viernes, 25 de septiembre de 2009

Domingo 27 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 19

“Los cielos cuentan la gloria de Dios,
la obra de sus manos anuncia el firmamento;
el día al día comunica tu mensaje,
y la noche a la noche transite la noticia.

No es un mensaje, no hay palabras,
ni su voz se puede oír;
mas por toda la tierra se adivinan los rasgos,
y sus giros hasta el confín del mundo.

En el mar levantó para el sol una tienda,
y él, como un esposo que sale de un tálamo,
se recrea, cual atleta, corriendo su carrera.

A un extremo del cielo es su salida,
y su órbita llega al otro extremo,
sin que haya nada que a su ardor escape.

La ley de Yahveh es perfecta,
consolación del alma,
el dictamen de Yahveh,
veraz, sabiduría del sencillo.

Los preceptos de Yahveh son rectos,
gozo del corazón;
claro el mandamiento de Yahveh,
luz de los ojos.

El temor de Yahveh es puro,
por siempre estable;
verdad, los juicios de Yahveh,
justos todos ellos,

apetecibles más que el oro,
más que el oro más fino;
sus palabras más dulces que la miel,
más que el jugo de los panales.

Por eso tu servidor se empapa con ellos,
gran ganancia es guardarlos.
Pero ¿quién se da cuenta de los yerros?
De las faltas ocultas límpiame.

Guarda también a tu siervo del orgullo,
no tenga dominio sobre mí.
Entonces seré irreprochable,
de delito grave exento.

¡Sean gratas las palabras de mi boca,
y el susurro de mi corazón,
sin tregua ante ti, Yahveh,
roca mía, mi redentor.” Amén.

Curiosidades

¿Qué era la expulsión de demonios?

En los evangelios hay muchas referencias a personas poseídas por demonios, dando como resultado una variedad de efectos, tales como la mudez, epilepsia, la negativa de usar ropa, y el hacer su morada entre las tumbas. A menudo se dice en la actualidad que estar poseído de demonios era simplemente el modo en que la gente del s.I se refería a las condiciones que hoy describimos como enfermedad o locura. Sin embargo, los relatos que tenemos en los evangelios hacen una distinción entre enfermedad y posesión demoníaca. Por ejemplo, en Mt.4:24, leemos de “los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos”. Ninguna de estas clases parece ser idéntica a las restantes.
Los evangelios presentan a Jesús en permanente conflicto con los espíritus malos. El poder de Jesús era el del “Espíritu de Dios”. La victoria que Jesús obtuvo sobre los demonios la compartió con sus seguidores. Cuando envió a los doce discípulos “les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades” (Lc.9:1). Más adelante, cuando los 70 volvieron de su misión pudieron informar diciendo, “Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre” (Lc.10:17). Otros que no eran del círculo íntimo de los discípulos podían invocar su nombre para echar fuera los demonios, hecho que causó cierta perturbación a algunos integrantes de dicho círculo, pero no al Maestro (Mc.9:38).

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 9:38-50

“Juan le dijo: ‘Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros’. Pero Jesús dijo: ‘No se lo impidan, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros’.
‘Todo aquel que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, les aseguro que no perderá su recompensa’.
‘Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que lo echen al mar. Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco a la Vida que, con las dos manos, ir a la gehena, al fuego que no se apaga. Y si tu pie es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehena. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehena, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga; pues todos han de ser salados con fuego. Buena es la sal; mas si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonarán? Tengan sal en ustedes y tengan paz unos con otros’.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Muchas veces he escuchado acerca de la sabiduría de los ancianos. Pero la verdad es que no toda persona mayor, no todo anciano es sabio. Porque no es la edad la que da la sabiduría, no son los años vividos, sino cómo se han vivido esos años. Qué es lo que la vida nos ha enseñado, y de qué manera lo vivido se ha capitalizado positivamente.
En Lucas González, Entre Ríos, en la congregación en la que estuve anteriormente sirviendo al Señor, había una mujer que, cuando hablábamos de este tema me decía que las experiencias de la vida, los años vividos debían servir para mejorar a la persona, y que aquella persona que no logra mejorarse a lo largo de la vida, había vivido en vano.
Pero ¿qué quería decir con esto de mejorarse?
En realidad no es tanto un mérito propio como el dejar que Dios nos moldee a través de los tantos desafíos por los que atravesamos a lo largo de la vida. Justamente para esto mismo cada uno de nosotros atravesamos todo tipo de situaciones, algunas más difíciles que otras, algunas más agradables que otras. Pero todas esas situaciones debían servir para algo, todo tiene una finalidad, y está en nosotros descubrirla, por supuesto con la ayuda del Espíritu Santo.
Cada cosa que vivimos debe servir para deshacernos de todo aquello que no colabora con esa edificación: algunas manías, preconceptos, modos de conducirnos… somos como una piedra que a lo largo de la vida se va tallando y van apareciendo hermosas betas, colores inimaginables, que al final del camino se transforma en una obra de arte en donde se puede percibir todo lo aprendido y todo lo vivido.
Si bien cada uno de nosotros nace con una forma de ser determinada, hay muchas asperezas para limar, hay muchas cosas que debemos tener en cuenta para lograr ser aquella persona que Dios necesita para que a través nuestro el mundo lo conozca. Hay cosas a las que nos tenemos que resignar si queremos formar parte de la familia de Dios, hay cosas que tenemos que desarrollar, que son buenas y sirven para la edificación del Reino. Todos tenemos algo para dar y todos tenemos algo que corregir. Lo importante es estar atentos y aprovechar a hacerlo mientras que estamos aquí en esta tierra. Ahora es el momento de ser sal y luz en este mundo, y esto es posible. Amén.

Querido Señor, a veces me cuesta dejar las cosas que en realidad me hacen daño a mí, y le hacen daño sobre todo a los demás. Ayudame a deshacerme de todo aquello que significa un obstáculo para seguirte totalmente. Ayudame a no buscar provocar a mis hermanos y hermanas con mis actitudes, que no llevan a nada y que sólo conservo por capricho. Ayudame a ser esa sal, a ser esa luz que tú necesitas que sea para dar un verdadero testimonio de tu amor. Amén.

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