viernes, 5 de mayo de 2017

7 de Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 23

““Mi Señor es mi pastor, nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar; 
    junto a aguas de reposo me pastoreará.

Confortará mi alma. 
    Me guiará por sendas de justicia
por amor de su nombre.

Aunque ande en valle de sombra de muerte, 
    no temeré mal alguno, 
    porque tú estarás conmigo; 
    tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Aderezas mesa delante de mí
    en presencia de mis angustiadores; 
    unges mi cabeza con aceite;
    mi copa está rebosando.

Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán
todos los días de mi vida,
    y en la casa de mi Señor
moraré por largos días.” Amén.

Curiosidades

¿Quién fue Marie Dentière?
Marie Dentière (Bélgica, 1495-1561) fue una monja agustina, que abandonó el monacato y se adhirió a la Reforma gracias a una predicación de Martín Lutero…
Marie creía importante reformar las doctrinas religiosas de su época, pero también fue una gran feminista al proponer que se ampliara el papel de las mujeres en la religión. Ella decía que hombres y mujeres estamos igualmente calificados para interpretar las Sagradas Escrituras y los aspectos de la fe. Para cualquiera de sus debates teológicos o predicaciones usaba directamente el texto bíblico, siempre interpretando pasajes donde las protagonistas eran mujeres, defendiendo el ministerio femenino y volviendo sus argumentos en contra de sus detractores normalmente reformadores en contra del ministerio de la mujer:
“¿Qué predicadores han hecho más que la mujer Samaritana que no se avergonzó de predicar a Jesús y su palabra, confesándole abiertamente a todo el mundo, tan pronto como oyó de Jesús que uno debe adorar a Dios en Espíritu y en verdad? O ¿Hay otra como María Magdalena, de quién Jesús sacó 7 demonios, capaz de presumir de haber tenido la primera revelación del gran misterio de la resurrección de Jesús? Y ¿Por qué no la otra mujer, a quién, en lugar de a hombre su resurrección fue anunciada por su ángel, recibiendo el mandamiento de hablar, predicar y declararla a los demás?”
Marie Dentière fue una teóloga reformadora. Desempeñó un papel activo en la religión y política de Ginebra, participó activamente en el cierre de conventos y era predicadora a la par de Calvino y Farel. Redactó una serie de escritos muy revolucionarios para su tiempo, los cuáles son considerados hoy día como una defensa de la perspectiva femenina…
Marie no sólo sufrió persecución e incomprensión por parte de la Iglesia Católica, también de parte de la iglesia protestante. Muchos de sus escritos y cartas fueron prohibidos, y destruidos como La Epistre, carta suya escrita a Margarita de Navarra hermana del Rey de Francia donde alentaba fuertemente a la expulsión del clero católico en Francia y criticaba la estupidez de los protestantes por obligar a Calvino y Farel a abandonar Ginebra. Aun dentro del círculo femenino, Dentière no gozó de popularidad. En la Epistre tresutile también se refiere al escaso papel que las mujeres desempeñaron para realizar la Reforma, dice: “¿Tenemos dos evangelios: uno para hombres y otro para mujeres? Tampoco los calumniadores y enemigos de la verdad tienen el derecho de acusarnos de excesiva arrogancia, ni puede un verdadero creyente decir que las mujeres están traspasando sus derechos cuando hablamos a otra acerca de la sagrada escritura”…
Marie no compartía la idea de su época y de los reformadores como Calvino, de ser una buena esposa sumisa y abnegada, buena ama de casa, receptora y pasiva de la doctrina, mencionaba: “Pareciera que la “alianza” que colocamos en nuestra mano el día del matrimonio fuera como el anillo de Giges, que tenía la propiedad de hacerla invisible; pero en nuestro caso no para protegernos de nuestros enemigos sino para arrebatarnos el derecho al tiempo y al espacio, para impedirnos el acceso al ágora”.
Llegó a ser una participante activa de la Reforma Protestante, predicaba en oposición al celibato y a favor del papel activo de las mujeres en la nueva iglesia. Ella fue un agente dinámico en la reforma. Su esposo Froment tampoco estaba de acuerdo con ver a la mujer desde esta perspectiva, fue él quien le ayudó a publicar su obra la Epistre con el impresor ginebrino Jean Girard. Marie esperaba el mismo apoyo de parte de Calvino del cual no lo recibió jamás, sino todo lo contrario…
Calvino fue muy duro y despectivo ante los reclamos de Marie Dentière y sus esfuerzos para que la voz de las mujeres fuera escuchada. Los propios reformadores en Ginebra prohibieron la publicación de todo texto escrito por una mujer durante el siglo XVI, así la reformadora más importante de su época tuvo que refugiarse en los pseudónimos para que sus escritos llegaran hasta nosotros.
Muchos de sus escritos se le atribuyeron a su esposo quien gozaba de fama de buen predicador, algunos editores se han dado cuenta de la gran diferencia que existía entre los textos de Marie y los de su esposo. “Tanto uno es vivo y lleno de astucias retóricas- se refiere a Marie- como el segundo es pesado… las frases de Marie son sueltas y bien construidas, a menudo entre cortada y lacónica. Ella aprieta el paso y Fromet se arrastra”. Con habilidad manejaba sus argumentos teológicos, su orientación teológica estaba más influida por Farel y Zwinglio que por Lutero. Considerada por muchos una de las primeras teólogas laicas feministas, defendió con gran convicción las ideas de la Reforma y el papel de las mujeres en la Iglesia…
Amparo Lerín Cruz, "Las mujeres en la reforma protestante del siglo XVI", pastora de la Comunión Mexicana de Iglesias Reformadas y Presbiterianas, Licenciada en Administración de Empresas por el Instituto Tecnológico de Oaxaca y Maestria en Divinidades por el STPM.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 10:1-10

“«En verdad, en verdad les digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.» Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba.
Entonces Jesús les dijo de nuevo:
«En verdad, en verdad les digo:
yo soy la puerta de las ovejas.
Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores;
pero las ovejas no les escucharon.
Yo soy la puerta;
si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá
y encontrará pasto.
El ladrón no viene
más que a robar, matar y destruir.
Yo he venido para que tengan vida
y la tengan en abundancia.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hoy día se habla mucho acerca de la inseguridad. Todo el mundo tiene miedo de que alguien entre a su casa a robar, pero más todavía, a ser maltratado, torturado o asesinado. Por eso es común que pongamos rejas en nuestras casas, alarmas y hasta algunos, vigilancia privada.
Pero no es una preocupación de ahora. Es sólo prestar atención a este texto que hoy compartimos en donde Jesús marca la diferencia entre el pastor y el ladrón de ovejas.
Pero también habla de puertas abiertas y prados verdes, pasto tierno y suave: alimento delicioso para las ovejas…
Tomando como argumento la inseguridad en la que vivimos, pasamos nuestra vida indiferente de las personas que nos rodean. Encerrados detrás de nuestras puertas y rejas, estamos solos, con nuestros miedos, nuestros preconceptos, que sólo aumentan a medida que la soledad aumenta.
Jesús nos habla de una vida, una vida en abundancia a la que somos llamados si nos animamos a entrar por su puerta… si escuchamos su voz…
Pero nos rodeamos de ruido, para no escuchar el silencio de la soledad, lo que también nos impide escuchar la voz de Jesús, nuestro pastor.
Tal vez sea el momento en que en vez de encerrarnos en nosotros mismos y confiar en la seguridad que logramos con nuestros recursos, que busquemos la seguridad que Jesús nos da. Esa tranquilidad de saber que Dios nos cuida y nos protege, y nos da una vida más allá de la humana: una vida en abundancia, una vida en donde nos animemos a vivir más allá de los posibles peligros, que también son parte de esta vida. Amén.

Querido Jesús, hoy te quiero agradecer porque sos mi pastor, que me guía, me tranquiliza, me permite ver más allá de mis miedos y preconceptos. Sé que con vos estoy segura y que la vida que me ofrecés es mucho más que la que por ahora conozco. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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