viernes, 4 de noviembre de 2016

6 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 17

“Escucha, Señor, mi justa demanda,
atiende a mi clamor;
presta oído a mi plegaria,
porque en mis labios no hay falsedad.
Tú me harás justicia,
porque tus ojos ven lo que es recto:

si examinas mi corazón y me visitas por las noches,
si me pruebas al fuego, no encontrarás malicia en mí.
Mi boca no se excedió ante los malos tratos de los hombres;
yo obedecí fielmente a tu palabra, y mis pies se mantuvieron firmes
en los caminos señalados: ¡mis pasos nunca se apartaron de tus huellas!

Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes:
inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu gracia, tú que salvas de los agresores
a los que buscan refugio a tu derecha.

Protégeme como a la pupila de tus ojos;
escóndeme a la sombra de tus alas
de los malvados que me acosan,
del enemigo mortal que me rodea.

Se han encerrado en su obstinación,
hablan con arrogancia en los labios;
sus pasos ya me tienen cercado,
se preparan para derribarme por tierra,
como un león ávido de presa,
como un cachorro agazapado en su guarida.

Levántate, Señor, enfréntalo, doblégalo;
líbrame de los malvados con tu espada,
y con tu mano, Señor, sálvame de los hombres:
de los mortales que lo tienen todo en esta vida.

Llénales el vientre con tus riquezas;
que sus hijos también queden hartos
y dejen el resto para los más pequeños.
Pero yo, por tu justicia, contemplaré tu rostro,
y al despertar, me saciaré de tu presencia.” Amén.

Curiosidades

¿Qué sucede en la Dieta de Ratisbona?
En la Dieta de Ratisbona (1532) Carlos cambió de parecer y acordó una tregua con los protestantes, por la cual los asuntos religiosos se mantendrían como hasta entonces hasta la convocatoria de concilio. La solución de este cambio era nuevamente el avance de Solimán, que había conquistado Hungría y amenazaba Viena. La siguiente dieta no se convocaría hasta nueve años después, durante de los cuales Carlos había vencido a los turcos en Túnez (1536) y había expulsado a Francisco I de Milán. Además, Clemente VII había muerto y le había sucedido Pablo III, que estaba a favor de la convocatoria de un concilio. Martín Lutero, a iniciativa de Juan Federico de Sajonia, hijo del fallecido Juan, redactó los Artículos de Esmalcalda (1536) como compendio de su doctrina para ser presentado en el concilio. No obstante, al final del mismo, Lutero aseguraba que no estaba dispuesto a variar su doctrina, por lo que la negociación estaba condenada al fracaso. El reformador, en su escrito Sobre los concilios de la Iglesia, defendía que sólo un concilio convocado por los poderes civiles y por el Emperador tenía validez porque ahí estarían representados los intereses del pueblo cristiano. A principios de 1541 comenzó la Dieta de Ratisbona donde, pese a unos pequeños compromisos iniciales, el acuerdo final no tuvo lugar. El cambio fundamental había tenido lugar poco antes. El Landgrave Felipe de Hessen, líder de la Liga de Esmalcalda, se había pasado al bando del Emperador debido al enfrentamiento con Lutero suscitado por la cuestión de la bigamia.
Al fin, las relaciones entre Carlos V y Pablo III fueron resquebrajándose a causa de la abierta colaboración del Papa con Francisco I, que se había aliado con los turcos frente al Emperador. En la Dieta de Spira de 1544, Carlos asumió la dirección incluso en asuntos religiosos y, por primera vez, católicos y protestantes se pusieron de acuerdo en una cosa. Se había difundido la noticia de que Francisco I, pese a apoyar oficialmente a la Liga de Esmalcalda, se había comprometido a atacarla a cambio del ducado de Milán. Como respuesta, todos los Estados alemanes aprobaron la petición del Emperador de armar un gran ejército para atacar a Francia o al Turco. En lo religioso, Carlos impuso que en adelante no se podría imponer nada por motivos de fe, se suspendían todas las medidas contra los Estados protestantes y se dejaba la cuestión para que fuera resuelta en el futuro concilio. El Papa cargó contra Carlos acusándole de intervenir en cuestiones religiosas y de no respetar el poder de la Santa Sede. Lutero le respondió en 1545 en Contra el papado de Roma fundado por el diablo, un ataque plagado de insultos y de obscenidades ilustrado. En el fondo, Lutero seguía defendiendo la supremacía de la autoridad imperial y conciliar sobre la del Santo Padre.
http://blogs.ua.es/luteromartin/2011/08/13/la-reforma-en-las-dietas-imperiales/

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 20:27-40

“Se le acercaron algunos saduceos, que niegan la resurrección, y le dijeron: «Maestro, Moisés nos ha ordenado: "Si alguien está casado y muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda". Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos. El segundo se casó con la viuda, y luego el tercero. Y así murieron los siete sin dejar descendencia. Finalmente, también murió la mujer. Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?».
Jesús les respondió: «En este mundo los hombres y las mujeres se casan,  pero los que sean juzgados dignos de participar del mundo futuro y de la resurrección, no se casarán. Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección. Que los muertos van resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Porque él no es Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en efecto, viven para él».
Tomando la palabra, algunos escribas le dijeron: «Maestro, has hablado bien». Y ya no se atrevían a preguntarle nada.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Los seres humanos tenemos una mente limitada, y aunque busquemos de muchas maneras superarnos a nosotros mismos, tenemos un tope. Uno de nuestros topes es la eternidad de Dios.
La promesa que Jesús nos ha hecho es que quien vive una vida en la fe, resucitará y compartirá la eternidad junto a Dios, algo que aceptamos, repetimos, pero no terminamos de comprender. Y lo que nos pasa es que nos imaginamos esa nueva vida como la que vivimos ahora: con el tiempo y el espacio, con las relaciones y los cuerpos que tenemos ahora. Nos resulta muy difícil imaginarnos una vida sin envejecer, sin hombres y mujeres, sin género ni nuestra corporeidad con sus características físicas.
Dios es un Dios de vivos, por eso no concibe la muerte como parte de su plan, incluso en el ciclo de la vida lo podemos observar, porque donde un ser murió sigue la vida de otro, como alimento, como abono.
Creemos en ese Dios de la Vida, que a través de Cristo nos da Vida en Abundancia, esto es acá y después de nuestra muerte. ¿Cómo va a ser?...
No lo sabemos… pero ¿importa? ¿cambia algo en nuestra vida ahora?...
Creo que no, porque de lo que se trata es vivir cada día para Dios, dando testimonio, mejorando la realidad en la que vivimos.
Cuando Dios se aparece a Moisés en la zarza, aparte de la promesa y la revelación de Dios, había una tarea para cumplir, y era lo primero. De la misma manera, en vez de estar elucubrando cómo va a ser nuestra vida en la eternidad, ocupémonos de nuestra tarea acá… ¡y hay mucho por hacer! Así como los hicieron nuestros antepasados, Abraham, Isaac, Moisés, pero también quienes siguieron a Jesús, Hijo de Dios, que formaron la Iglesia, nuestros padres y abuelos. Amén.

Querido Jesús, gracias por ser tan claro cuando hablás y cuando nos cortás “el mambo”, cuando nos ponemos a delirar con pensamientos inútiles. Quiero ser concreta como vos y dedicarme a la tarea que me has encomendado, ayúdame a ver mi misión. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario