viernes, 4 de septiembre de 2015

6 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 146

¡Alaba, alma mía, a mi Señor!
Alabaré a mi Señor en mi vida;
cantaré salmos a mi Dios mientras viva.

No confíen en los príncipes
ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación,
pues sale su aliento y vuelve a la tierra;
en ese mismo día perecen sus pensamientos.

Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob,
cuya esperanza está en mi Señor su Dios,
el cual hizo los cielos y la tierra,
el mar, y todo lo que en ellos hay;
que guarda la verdad para siempre,
que hace justicia a los maltratados,
que da pan a los hambrientos.

Mi Señor liberta a los cautivos;
mi Señor abre los ojos a los ciegos;
mi Señor levanta a los caídos;
mi Señor ama a los justos.
Mi Señor guarda a los extranjeros;
al huérfano y a la viuda sostiene,
y el camino de los impíos trastorna.

Reinará mi Señor para siempre;
tu Dios, Sión, de generación en generación.
¡Aleluya!Amén.

Curiosidades

¿Qué era la Decápolis?

La Decápolis era un extenso territorio al sur del Mar de Galilea, mayormente al E. del río Jordán, pero incluyendo Bet-seán al O. Hubo habitantes de la Decápolis entre los que se unieron a las grandes multitudes que siguieron a Cristo (Mt.4:25; Mc.5:1). La presencia de tantos cerdos sugiere que la población era predominantemente gentil, la que, al sufrir pérdidas económicas a raíz del milagro, rogó a Cristo que se alejara del lugar, a pesar del testimonio del endemoniado. Cristo volvió a visitar la Decápolis cuando hizo un rodeo inusual por la zona de Hipo, en un viaje desde Sidón hasta la ribera de Galilea (Mc.7:31). La iglesia judía se refugió en Pela antes de la guerra del año 70 d.C.

(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.346)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 7:31-37

Volviendo a salir de la región de Tiro, vino por Sidón al Mar de Galilea, pasando por la región de Decápolis. Le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que pusiera la mano sobre él. Entonces, apartándolo de la gente, le metió los dedos en los oídos, escupió y tocó su lengua. Luego, levantando los ojos al cielo, gimió y le dijo:
—¡Efata! (que quiere decir: “Sé abierto.”)
Al momento fueron abiertos sus oídos, se desató la ligadura de su lengua y hablaba bien. Y les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban. Y en gran manera se maravillaban, diciendo:
—Bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír y a los mudos hablar.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

El ser humano se comunica especialmente a través de la palabra. El no poder expresarse por una imposibilidad física, por la violencia de su entorno o por vivir en un régimen autoritario, produce una frustración muy grande, pero a la vez activa la creatividad para hacerlo de otras maneras.
Una persona que nace con dificultades en el habla o que, por alguna razón, vive con esa discapacidad, puede, a través de sus manos y gestos expresar sus pensamientos, sentimientos y necesidades. Si tiene un entorno que propicia dicho desarrollo, puede tener una vida plena. De hecho existe la lengua de señas, tan conocida últimamente, como símbolo de inclusión.
Ahora, aquella persona que ha sido desvalorizada y violentada desde pequeña, en una familia con una educación muy severa, en donde la imposición es la norma, no ha podido desarrollar la expresión oral. Incluso la educación más tradicional, tampoco permite que niñ@s y jóvenes desarrollen un pensamiento autónomo y logre desarrollar y expresar dichos pensamientos. El discurso se logra a través de la práctica, por eso es importante generar los espacios de diálogo en la educación.
En cuanto a la libre expresión de ideas e ideologías hacen a los pueblos libres, y un país en donde se está a favor o en contra no propicia el dialogo y el respeto en las diferencias. Cuando esto sucede, cuando existe está vedado la expresión libre de las ideas, ya sea implícita o de forma encubierta, las personas buscan hacerlo de otras formas, por ejemplo a través del arte en cualquiera de sus expresiones.
Somos seres comunicativos, desde el inicio de la vida, como parte de nuestra imagen y semejanza de Dios, el Dios de la Palabra, que crea y se manifiesta a través de ella. Por eso es tan importante que podamos expresarnos a través de nuestras palabras, de la forma que podemos, pero también el escucharnos y valorarnos en las diferencias.
Al igual que Jesús hizo con el sordomudo, él destapa nuestros oídos y suelta nuestra lengua para que podamos expresarnos libremente, pero también escucharnos. Si lo hiciéramos en el amor, que es de la forma que Jesús nos enseña, muchas cosas serían muy diferentes y más justas. Ya no habría necesidad de reclamos ni discusiones. Parece imposible, pero no lo es. Empecemos a hacerlo desde nosotr@s mismos. Amén.

Querido Jesús, ¡cuántas veces siento que no me escuchan, pero cuántas, también, que yo no presto atención a lo que otras personas intentan decirme! Ayudame a cambiar mi actitud, a estar más atenta y a pensar qué es lo que digo y cómo lo hago, para que mis palabras sean Vida y bendición. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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