viernes, 25 de septiembre de 2015

27 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 19

Los cielos cuentan la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Un día emite palabra a otro día
y una noche a otra noche declara sabiduría.
No hay lenguaje ni palabras
ni es oída su voz.
Por toda la tierra salió su voz
y hasta el extremo del mundo sus palabras.

En ellos puso altar para el sol;
y éste, como esposo que sale de su alcoba,
se alegra cual gigante para correr el camino.
De un extremo de los cielos es su salida
y su curso hasta el término de ellos.
Nada hay que se esconda de su calor.

La ley de mi Señor es perfecta:
convierte el alma;
el testimonio de mi Señor es fiel:
hace sabio al sencillo.
Los mandamientos de mi Señor son rectos:
alegran el corazón;
el precepto de mi Señor es puro:
alumbra los ojos.
El temor de mi Señor es limpio:
permanece para siempre;
los juicios de mi Señor son verdad:
todos justos.
Deseables son más que el oro,
más que mucho oro refinado;
y dulces más que la miel,
la que destila del panal.
Tu siervo es, además, amonestado con ellos;
en guardarlos hay gran recompensa.

¿Quién puede discernir sus propios errores?
Líbrame de los que me son ocultos.
Preserva también a tu siervo de las soberbias,
que no se enseñoreen de mí.
Entonces seré íntegro
y estaré libre de gran rebelión.

¡Sean gratos los dichos de mi boca
y la meditación de mi corazón delante de ti,
mi Señor, roca mía y redentor mío!”
Amén.

Curiosidades

¿Qué era la expulsión de demonios?
En los evangelios hay muchas referencias a personas poseídas por demonios, dando como resultado una variedad de efectos, tales como la mudez, epilepsia, la negativa de usar ropa, y el hacer su morada entre las tumbas. A menudo se dice en la actualidad que estar poseído de demonios era simplemente el modo en que la gente del s.I se refería a las condiciones que hoy describimos como enfermedad o locura. Sin embargo, los relatos que tenemos en los evangelios hacen una distinción entre enfermedad y posesión demoníaca. Por ejemplo, en Mt.4:24, leemos de “los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos”. Ninguna de estas clases parece ser idéntica a las restantes.
Los evangelios presentan a Jesús en permanente conflicto con los espíritus malos. El poder de Jesús era el del “Espíritu de Dios”. La victoria que Jesús obtuvo sobre los demonios la compartió con sus seguidores. Cuando envió a los doce discípulos “les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades” (Lc.9:1). Más adelante, cuando los 70 volvieron de su misión pudieron informar diciendo, “Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre” (Lc.10:17). Otros que no eran del círculo íntimo de los discípulos podían invocar su nombre para echar fuera los demonios, hecho que causó cierta perturbación a algunos integrantes de dicho círculo, pero no al Maestro (Mc.9:38).
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.347-348)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 9:38-50

Juan le respondió diciendo:
—Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue, y se lo prohibimos porque no nos seguía.
Pero Jesús dijo:
—No se lo prohíban, porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda hablar mal de mí, pues el que no está contra nosotros, por nosotros está. Y cualquiera que les dé un vaso de agua en mi nombre, porque son de Cristo, de cierto les digo que no perderá su recompensa.
A cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que se le atara una piedra de molino al cuello y se le arrojara al mar. Si tu mano te es ocasión de caer, córtala, porque mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere y el fuego nunca se apaga. Y si tu pie te es ocasión de caer, córtalo, porque mejor te es entrar en la vida cojo, que teniendo dos pies ser arrojado al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere y el fuego nunca se apaga. Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo, porque mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser arrojado al infierno, donde el gusano de ellos no muere y el fuego nunca se apaga. Todos serán salados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal. Buena es la sal; pero si la sal se hace insípida, ¿con qué la sazonarán? Tengan sal en ustedes mismos, y vivan en paz los unos con los otros.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

 “Tengan sal en ustedes mismos, y vivan en paz los unos con los otros” dice Jesús. En otras palabras: ocúpense de tus cosas y dejen que las demás personas tengan su propia forma de vivir sus vidas y su fe.
Nuestra tendencia es creer que la forma correcta de hacer las cosas es la nuestra, la forma correcta de vivir es la nuestra y nuestra fe es la que Jesús ha predicado. En nuestro acercamiento a personas de otros grupos religiosos, muchas veces sin darnos cuenta, buscamos convencerlas que nuestra forma es la mejor, la más piola, la más cercana a las enseñanzas de Jesús. Por eso muchas veces fracasan los espacios de diálogo, porque no logramos despojarnos de esa idea de “la verdad” y “la salvación”.
Y es que son siglos de escuchar que nuestra fe es la verdadera, la fe cristiana… ¡pero ni entre los cristianos y cristianas logramos un consenso, una unidad! Somos demasiado sensibles entre nosotros, por lo que todo el tiempo nos cuidamos para que ninguno se sienta desplazado, y así perdemos naturalidad.
Cuando contamos nuestras experiencias tenemos tanto miedo de que nuestros hermanos y hermanas de otras iglesias crean que nuestra comunidad, nuestra iglesia no tiene vida. Pero a la inversa pasa lo mismo. Y nos miramos desconfiados, desde arriba, pero con cierta envidia del otro, ¡toda una mezcla de sentimientos, sensaciones y preconceptos!
Creemos que las Iglesias Pentecostales están llenas de personas comprometidas, que sólo viven para la iglesia y que le dejan todos sus bienes. Creemos que la Iglesia Católica, por ser la amplia mayoría nunca tiene problemas para encontrar voluntarios y voluntarias, y que el dinero nunca falta… ¡todos mitos y preconceptos! A la hora de la sinceridad nos descubrimos más iguales de lo que imaginamos, y eso nos hermana… ¡y eso es bueno! Porque nos permite respetarnos mutuamente y convivir en paz en las diferencias.
Uno de los peores testimonios que damos como cristianos es la división entre nosotros. Nos perjudica a todos esa imagen de “hermanos y hermanas peleadas”.
Es hora de convivir en paz, de dejar de criticarnos, de molestarnos, de ignorarnos. Es hora de crecer y de dejar de ser niños. Cuando unimos nuestras fuerzas, cuando vamos al encuentro, ¡es increíble los resultados que se logran! Todos y todas somos sal, de diferentes colores y aromas, pero somos sal, y eso es lo importante. Amén.

Querido Jesús, perdoname las muchas veces que me creí mejor, que sentí que la mía era la verdadera iglesia. Así como vos elegiste personas diferentes para ser tus discípulas y discípulos, de la misma manera lo seguís haciendo, y eso es lo que nos hace familia. Ayudame a aceptar esto, a agradecer la diversidad y a valorarla. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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