viernes, 6 de marzo de 2015

8 de Marzo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 19

Los cielos cuentan la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Un día emite palabra a otro día
y una noche a otra noche declara sabiduría.
No hay lenguaje ni palabras
ni es oída su voz.
Por toda la tierra salió su voz
y hasta el extremo del mundo sus palabras.

En ellos puso tabernáculo para el sol;
y éste, como esposo que sale de su alcoba,
se alegra cual gigante para correr el camino.
De un extremo de los cielos es su salida
y su curso hasta el término de ellos.
Nada hay que se esconda de su calor.

La ley de mi Señor es perfecta:
convierte el alma;
el testimonio de mi Señor es fiel:
hace sabio al sencillo.
Los mandamientos de mi Señor son rectos:
alegran el corazón;
el precepto de mi Señor es puro:
alumbra los ojos.
El temor de mi Señor es limpio:
permanece para siempre;
los juicios de mi Señor son verdad:
todos justos.
Deseables son más que el oro,
más que mucho oro refinado;
y dulces más que la miel,
la que destila del panal.
Tu siervo es, además, amonestado con ellos;
en guardarlos hay gran recompensa.

¿Quién puede discernir sus propios errores?
Líbrame de los que me son ocultos.
Preserva también a tu siervo de las soberbias,
que no se enseñoreen de mí.
Entonces seré íntegro
y estaré libre de gran rebelión.

¡Sean gratos los dichos de mi boca
y la meditación de mi corazón delante de ti,
mi Señor, roca mía y redentor mío!”
Amén.

Curiosidades

¿Por qué se azotaba y qué era un azote en los tiempos bíblicos?

Existen varias palabras para traducir esta palabra en hebreo y en griego.
La palabra hebrea biqqoret se traduce en Levítico “ambos serán azotados”, “será él castigado” o “habrá castigo”, etc. El término hebreo, no obstante, expresa la idea de investigación, “se llevará a cabo la indagación”.
La palabra hebrea sot, sotet, ‘azote’, pero usado generalmente en sentido metafórico.
La palabra griega mastigoo, mastizo, ‘azotar’, ‘flagelar’, fragelloo, que se deriva del latín flagello. El azotamiento constituía una etapa preliminar en la ejecución de la sentencia de crucifixión, precedía a la sentencia de muerte y puede haber sido propuesto como una pena menos rigurosa.
“Azote” es, también, la traducción de otras palabras hebreas y griegas, de las cuales una sola (plege) aparece más de dos veces. La ley deuteronómica limitaba a cuarenta el número de azotes que podía ordenar el juez. El castigo generalmente se aplicaba utilizando un látigo de tres correas, y si el verdugo se excedía en el número de azotes, él mismo era castigado. Así, lo que Pablo describe como su “locura” jactanciosa era en realidad la pena máxima, porque en la práctica los cuarenta golpes fueron reducidos a 39 aplicando el principio de “levantar una cerca alrededor de la ley”.
Los azotes pueden constituir un símbolo de una saludable corrección y a la vez un recordatorio del sacrificio del Señor.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.150)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 2:13-25

Estaba cerca la Pascua de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Encontró en el Templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas que estaban allí sentados e hizo un azote de cuerdas y echó fuera del Templo a todos, con las ovejas y los bueyes; también desparramó las monedas de los cambistas y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas:
—Quiten esto de aquí, y no conviertan la casa de mi Padre en casa de mercado.
Entonces recordaron sus discípulos que está escrito: «El celo de tu casa me consumirá.» Los judíos respondieron y le dijeron:
—Ya que haces esto, ¿qué señal nos muestras?
Respondió Jesús y les dijo:
—Destruyan este templo y en tres días lo levantaré.
Entonces los judíos dijeron:
—En cuarenta y seis años fue edificado este Templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos recordaron que había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había dicho.
Mientras estaba en Jerusalén, en la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía. Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos; y no necesitaba que nadie le explicara nada acerca del hombre, pues él sabía lo que hay en el hombre.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

¿Qué es lo más valioso?
¿En dónde ponemos nuestro corazón?
En la teoría, en todo aquello que no se compra: los afectos, los momentos inolvidables, las personas especiales, lo espiritual. Pero en la práctica nos cuesta mucho no aferrarnos a las cosas, a los objetos, incluso aquellas cosas que tienen un valor simbólico, un valor afectivo.
Y es que los seres humanos somos materia, somos cuerpo y nos cuesta ver lo que no podemos tocar, sostener con nuestras manos, aferrarlo a nuestro cuerpo.
Una y otra vez, al menos desde la fe cristiana, hemos buscado aferrarnos sólo a Dios, sólo a su Palabra, sin objeto, sin lugares sagrados, sin magia. Pero nos cuesta mucho, incluso aquellos que pertenecemos al movimiento de la Reforma muchas veces tenemos la Biblia como nuestro talismán. Sintiendo que si dormimos con ella al lado nuestro nada nos va a pasar.
Jesús intentó que la gente de su tiempo no centrara su fe en el edificio del templo, pero no resultó, hasta hoy muchos cristianos decimos que la iglesia es la casa de Dios ¿es que Dios esta sólo ahí? ¿por qué nos parece que hay cosas que no se pueden hacer en la iglesia y sí en otras partes? No es fácil vivir una vida espiritual, una vida sin aferrarnos a lo material, sin desear tener algo en especial. Es difícil lograr ese desprendimiento y a la vez asumir que somos materia y necesitamos de ella… el justo equilibrio…
A eso se le suma el momento que vivimos como humanidad, consumistas y materialistas. Vivimos bombardeados con la idea que el consumo nos hace felices al punto que lo creemos y sentimos necesidades que nos tenemos, y el no lograr acceder a tooodo lo que nos ofrecen nos da una sensación de insatisfacción.
¿Qué es lo verdaderamente valioso?
A veces lo descubrimos porque hemos perdido mucho, porque hemos vivido una situación extrema, nos hemos enfermado o hemos perdido un ser querido que creíamos imprescindible. A veces los años nos ayudan a descubrirlo también.
El verdadero valor de las cosas, de lo que no se compra no se vende, de lo que no se puede tocar con las manos, pero que nos llena de alegría, nos da satisfacción y nos hace sentir plenos… todo un desafío. Amén.


Querido Jesús, vos te enojaste con nuestra limitación humana y echaste los mercaderes del templo… y nosotros todo el tiempo los volvemos a entrar… nos tocaste en lo más profundo diciendo que lo que tanto nos ha costado construir, lo podés destruir en un momento nada más. Ayudame a poner mi corazón en lo verdaderamente valioso, lo que realmente me puede hacer una persona feliz y plena. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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