viernes, 4 de abril de 2014

6 de Abril

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 130

“De lo profundo, mi Señor, a ti clamo.
Señor, oye mi voz;
estén atentos tus oídos
a la voz de mi súplica.

Jah, si miras los pecados,
¿quién, Señor, podrá mantenerse?
Pero en ti hay perdón,
para que seas reverenciado.

Esperé yo en mi Señor;
esperó mi alma,
en su palabra he esperado.
Mi alma espera en mi Señor
más que los centinelas la mañana,
más que los vigilantes la mañana.

Espere Israel en mi Señor,
porque en mi Señor hay misericordia
y abundante redención con él.
Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.” Amén.

Curiosidades

¿Qué significa la palabra “carne” según el Nuevo Testamento?

El término para “carne” en el NT es sarx. Esta palabra reproduce la mayor parte del significado veterotestamentario  de basar. Denota la parte carnosa del cuerpo. Como de las referencias de comer carne, o a todo el cuerpo. También puede significar el hombre completo. Al igual que en el AT, el hombre y la mujer son “una sola carne”, y hay pasajes que se refieren a “toda carne”. Se menciona la debilidad de la carne en relación con el fracaso de los apóstoles cuando debían mantenerse despiertos en Getsemaní.
Pero el NT tiene también algunos significados distintivos. Semejantes a los pasajes con “hueso mío y carne mía” del AT, tenemos los que se refieren a la declinación física y cosas parecidas. Se habla así de que Cristo era “del linaje de David según la carne”. Pablo puede hablar de “Israel según la carne”, y de los israelitas como sus “parientes según la carne”.
“La carne” puede significar la existencia física en su totalidad, y hay referencias al ser visto “en la carne”. El estar “en la carne” no es incompatible con estar “en el Señor”. La carne puede mancillarse o purificarse. La vida que ahora vivía Pablo el cristiano era “en la carne”.
Pero, por definición, la carne es la parte terrenal del ser humano. Tiene sus “concupiscencias” y sus “deseos”. De los que se concentran en ellos puede decirse que “piensan en las cosas de la carne”. Y ocuparse de la carne “es muerte”. Esto se explica como “enemistad contra Dios”. El ser humano cuyo horizonte está limitado por la carne se opone, por eso mismo, a Dios. Vive “conforme a la carne”, esa carne que “codicia contra el Espíritu”. Para una impresionante lista de “las obras de la carne” véase Gálatas 5:19-21. En este sentido, la carne denota la personalidad total del ser humano organizada en dirección equivocada, y dirigida a empresas puramente terrenales en lugar del servicio a Dios.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.225-226)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Romanos 8:8-11

“… y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
Pero ustedes no viven según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios está en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, pero el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús está en ustedes, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también sus cuerpos mortales por su Espíritu que está en ustedes.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

En ocasiones me pongo a pensar lo diferente que sería el mundo si los que nos decimos cristianos realmente viviríamos en Cristo, según su Espíritu.
Lamentablemente no es así porque la mayoría de las personas tiene la fe como un accesorio, algo alejado de su vida cotidiana y de ninguna manera como norma de vida.
Si le damos una mirada a la historia del mundo “occidental y cristiano” nos vamos a encontrar hasta el día de hoy con una realidad muy diferente a las enseñanzas de Jesús, al modelo de Cristo.
Muchas veces creo que es la razón también del desprestigio de la Iglesia como institución.
Dice Pablo en su carta que el Espíritu de Cristo vive a causa de la justicia, esto nos compromete a todos los cristianos y cristianas a trabajar por una sociedad más justa. Nos lleva a no hacer la “vista gorda” frente a la corrupción, la falta de justicia y el enriquecimiento desmedido de unas personas a costa de otras.
Como cristianos y cristianas nos debería doler la realidad en la que vivimos y deberíamos estar haciendo algo por cambiarla. Es impensable que si nuestros dirigentes políticos vivieran la fe a la que dicen pertenecer, fueran tan indiferentes ante una sociedad cada día más dividida, violenta y corrupta.
El punto que una cosa es decir y otra muy diferente es hacer. El hacer nos exige un compromiso, una coherencia, salirnos de nosotros mismos para entregar nuestras vidas para dar el testimonio al que somos llamados a través del Bautismo.
¡Qué distinto sería todo! No tendríamos otros problemas que los que surgen naturalmente. No tendríamos que lidiar con las consecuencias de una sociedad cada día más individualista, insensible y competitiva… pero estamos lejos de esto…
Pero vos y yo podemos hacer la diferencia buscando caminar sobre los pasos de Jesús, permitiendo que el Espíritu de Cristo nos conduzca en un camino nuevo en donde, a través de pequeños gestos, produzcamos los cambios. Que otras personas se sientan atraídas por este Espíritu, y así lograr algunos cambios. ¿Nos acompañás? Amén.

Querido Jesús, vos viniste a la tierra para mostrarnos que es posible una vida diferente a la que nos presenta la sociedad como un modelo. Ayudame a cambiar, ayudame a producir chispas de justicia, de amor y esperanza, a mostrar y demostrarme a mí misma que es posible vivir una vida de compromiso y sensibilidad con mi entorno. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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