viernes, 11 de abril de 2014

20 de Abril

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 118

“Alaben a mi Señor, porque él es bueno,
    porque para siempre es su misericordia.

Diga ahora Israel
    que para siempre es su misericordia.
Diga ahora la casa de Aarón
    que para siempre es su misericordia.
Digan ahora los que temen a mi Señor
    que para siempre es su misericordia.

Desde la angustia invoqué a Jah,
y me respondió Jah, poniéndome en lugar espacioso.
Mi Señor está conmigo; no temeré
lo que me pueda hacer el hombre.
Mi Señor está conmigo entre los que me ayudan;
por tanto, yo veré mi deseo en los que me detestan.
Mejor es confiar en mi Señor
que confiar en el hombre.
Mejor es confiar en mi Señor
que confiar en príncipes.

Todas las naciones me rodean;
mas en el nombre de mi Señor yo las destruiré.
Me rodean y me asedian;
mas en el nombre de mi Señor yo las destruiré.
Me rodean como abejas;
se enardecen contra mí como fuego entre espinos;
mas en el nombre de mi Señor yo las destruiré.
Me empujaste con violencia para que cayera,
pero me ayudó mi Señor.
Mi fortaleza y mi cántico es Jah,
y él me ha sido por salvación.

Voz de júbilo y de salvación
hay en las tiendas de los justos;
diestra de mi Señor hace hazañas.
La diestra de mi Señor es sublime;
la diestra de mi Señor hace valentías.
¡No moriré, sino que viviré
y contaré las obras de Jah!
Me castigó gravemente Jah,
pero no me entregó a la muerte.

¡Ábranme las puertas de la justicia;
entraré por ellas, alabaré a Jah;
ésta es la puerta de mi Señor;
por ella entrarán los justos!

Te alabaré porque me has oído
y me fuiste por salvación.
La piedra que desecharon los edificadores
ha venido a ser la cabeza del ángulo.
De parte de mi Señor es esto
y es cosa maravillosa a nuestros ojos.
Éste es el día que hizo mi Señor;
¡nos gozaremos y alegraremos en él!
Mi Señor, sálvanos ahora, te ruego;
te ruego, mi Señor, que ahora nos hagas prosperar.
¡Bendito el que viene en el nombre de mi Señor!
Desde la casa de mi Señor les bendecimos.
Mi Señor es Dios y nos ha dado luz;
aten víctimas con cuerdas
a los cuernos del altar.

Mi Dios eres tú y te alabaré;
Dios mío, te exaltaré.

Alaben a mi Señor, porque él es bueno,
    porque para siempre es su misericordia.” Amén.

Curiosidades

¿A qué se refieren las cartas del Nuevo Testamento cuando habla de “idolatría?

El NT refuerza y amplía la enseñanza del AT. En la línea que el reconocimiento de que los ídolos no son nada pero, que al mismo tiempo, son potencias espirituales peligrosas. Romanos 1 expresa el argumento del AT de que la idolatría representa una declinación de la verdadera espiritualidad, y no una etapa en el camino al conocimiento puro de Dios. El NT reconoce, sin embargo, que el peligro de la idolatría existe, aun cuando no se fabriquen ídolos materiales; la asociación de la idolatría con los pecados sexuales en Gálatas 5 debería ligarse con la equiparación de la codicia con la idolatría, porque en la codicia Pablo incluye y destaca la lascivia. Después de haber recalcado el carácter definitivo y pleno de la revelación en Cristo, la primera carta de Juan advierte que toda desviación es idolatría. Ídolo es todo lo que exige una lealtad que solamente pertenece a Dios.
La relación entre la enseñanza bíblica referente a los ídolos y su doctrina monoteísta de Dios no puede pasar inadvertida. Al reconocer el magnetismo de la religión idolátrica de Israel, como así también en su aparente aceptación de la existencia de otros dioses, como es el caso del Salmo 95, el AT no acepta la existencia real de los “dioses”, sino la existencia real de la amenaza que suponen para Israel, la amenaza de cultos y lealtades alternativos. Es así como mantiene constantemente su monoteísmo (como también lo hace el NT) en el marco de la religión y la atmósfera religiosa del pueblo de Dios.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.622-623)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Colosenses 3:1-11

“Si, pues, han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Pongan la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, la vida de ustedes, se manifieste, entonces ustedes también serán manifestados con él en gloria.
Hagan morir, pues, lo terrenal en ustedes: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría. Por estas cosas la furia de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales ustedes también anduvieron en otro tiempo cuando vivían en ellas. Pero ahora dejen también ustedes todas estas cosas: furia, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de sus bocas. No se mientan los unos a los otros, habiéndose despojado del viejo hombre con sus hechos y revestido del nuevo. Éste, conforme a la imagen del que lo creó, se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni extranjero, esclavo ni libre, sino que Cristo es el todo y en todos.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Ni madre siempre me decía: “No devuelvas el mal que te hacen con la misma moneda, la mejor venganza que podés hacer es devolver bien por mal. Eso le dolerá más que cualquier daño que le hagas, porque con tu actitud le vas a demostrar que estás por encima de su bajeza”.
Si bien ella nunca se consideró una buena cristiana, esta forma no sólo de pensar, sino de actuar, tiene mucho que ver con esto que dice Pablo “busquen las cosas de arriba”.
Porque de eso se trata. Como personas tenemos miles de oportunidades para hacer cosas buenas como malas, depende del camino que elijamos. Pero lo que tenemos que tener bien claro es que nuestras malas conductas no sólo dañan a las demás personas, sino que en primer lugar nos dañan a nosotros mismos.
Es verdad que es difícil en una sociedad en donde se estimula y se incentiva el descontrol como forma de divertirse. En una sociedad en donde hemos naturalizado las borracheras, en donde tenemos sexo y no hacemos el amor, en donde existe algo así como amigo con derecho a rose, en donde pagar una coima o buscar una cuña es normal, en donde hablamos de mentiras piadosas, en donde el dinero es el centro de nuestras vidas, en donde buscamos tener, tener y tener, es difícil pensar en el modelo al que nos invita Jesús.
Es verdad que nos cuesta salir del modelo que nos impone la sociedad porque a nadie le gusta que le digan “santito”, “mojigato”, “aburrido”, “mala onda”, pero ¡qué lindo se siente cuando se hace algo que es bueno y que hace bien a otro!
¡Qué bien se siente cuando uno se divierte sanamente sin abusos! ¡qué bueno es cuando se ama y se expresa ese amor con el cuerpo! ¡qué libertad se siente cuando no se le debe nada a nadie, cuando se está con la conciencia tranquila y no se está preso de alguna mentira!
Siempre el mal camino nos debilita, nos hace sentirnos sucios, usados, inquietos, angustiados. Cuando nos enojamos, nos ponemos violentos, cuando mentimos o hablamos mal de los demás, cuando por lograr lo que queremos dañamos a otras personas, algo dentro nuestro se seca, se muere… es como que el poder de la muerte nos atrapa, y aunque nos sentimos mal no podemos salir. Vamos sumando malas actitudes y pensamientos hasta alejarnos completamente de nosotros mismos.
Al contrario, cuando buscamos caminar en las enseñanzas de Jesús, amando a las personas con sus imperfecciones, tratando de perdonar y reconciliarnos, buscando ayudar a quien nos necesita, poniéndonos en el lugar del otro sin juzgar y condenar, el bienestar que nace en nuestro corazón es muy agradable. Es como que el tener buenas actitudes nos dan más ganas de hacer cosas positivas y nos llena de energía y alegría, además, a las personas que nos rodean les hacemos bien y eso nos lo transmiten a. través del afecto que nos demuestran. Es como un círculo que se retroalimenta, es algo que nos llena de vida. Todo esto es un buen motivo para buscar las cosas de arriba, las que nos enseñó Jesús en su paso por la tierra, las que nos iluminan y nos permiten descubrir el verdadero sentido de la vida. Amén.

Querido Jesús, ¡gracias por ser mi Maestro! ¡gracias por la huella que me has dejado para que pueda seguirte y animarme a no seguir la corriente! Ayudame a ser perseverante en mi fe, a que pueda resistir a las tentaciones que se me presentan como vos lo hiciste. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Felices Pascuas para todos y todas!

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