viernes, 14 de octubre de 2011

16 de Octubre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 96

“Canten a mi Señor cántico nuevo;
canten a mi Señor toda la tierra.


Canten a mi Señor, bendigan su nombre.
Anuncien de día en día su salvación;


proclamen entre las naciones su gloria,
en todos los pueblos sus maravillas,


porque grande es mi Señor y digno de suprema alabanza;
temible sobre todos los dioses.


Todos los dioses de los pueblos son ídolos;
pero mi Señor hizo los cielos.


¡Alabanza y magnificencia delante de él!
¡Poder y hermosura en su santuario!


Tributen a mi Señor, familias de los pueblos,
den a mi Señor la gloria y el poder.


Den a mi Señor la honra debida a su nombre;
traigan ofrendas y vengan a sus atrios.


Adoren a mi Señor en la hermosura de la santidad;
teman delante de él, toda la tierra.


Digan entre las naciones: «¡Mi Señor reina!
También afirmó el mundo, no será conmovido;
juzgará a los pueblos con justicia».


Alégrense los cielos y gócese la tierra;
brame el mar y su plenitud.


Regocíjese el campo y todo lo que hay en él;
entonces todos los árboles del bosque rebosarán de contento


delante de mi Señor, que vino,
porque ha venido a juzgar la tierra.
¡Juzgará al mundo con justicia
y a los pueblos con su verdad!”
Amén.

Curiosidades

¿Quiénes eran los herodianos?

Se los menciona como enemigos de Jesús, una vez en Galilea y luego en Jerusalén. Su asociación con los fariseos en la cuestión referente al pago del tributo al César sugiere que estaban de acuerdo sobre este asunto, o sea el nacionalismo por oposición al yugo extranjero. Este hecho, y la formación de la palabra, parecen probar que constituían un partido judío que ofrecía a la dinastía herodiana. La opinión de que constituían un partido religioso conocido en la literatura rabínica como los “boetosianos”, adherentes de la familia de Boeto, cuya hija Mariamne fue una de las esposas de Herodes, y cuyos hijos fueron elevados por él al sumo sacerdocio, actualmente no tiene aceptación.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 22:15-22

“Entonces se fueron los fariseos y consultaron cómo sorprenderlo en alguna palabra. Y le enviaron sus discípulos junto con los herodianos, diciendo:

- Maestro, sabemos que eres amante de la verdad y que enseñas con verdad el camino de Dios, y no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres. Dinos, pues, qué te parece: ¿Está permitido dar tributo a César, o no?

Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo:

- ¿Por qué me tientan, hipócritas? Muéstrenme la moneda del tributo.

Ellos le presentaron un denario. Entonces les preguntó:

- ¿De quién es esta imagen y la inscripción?

Le dijeron:

- De César.

Y les dijo:

- Den, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.

Al oír esto se maravillaron, y dejándolo, se fueron.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

El peligro del dinero, de que sea el centro de mi vida. Cada día vivo esto, y no es casual. Lo necesito, necesito del dinero para todo lo que emprendo: todo cuesta dinero.

La realidad de que no alcanza, que necesito más, y que cuanto más tengo más necesito… una rueda infernal de la que es muy difícil salir.

Busco tener unos ahorros, por las dudas… luego me digo ¿Por qué no una cuenta en dólares? Ahí alguien me dice: “lo mejor es trabajarlo al dinero, no dejarlo parado porque se te descapitaliza”. Entonces compro acciones y vivo pendiente de la bolsa: estoy atrapada, ya me agarró, el dios dinero me tiene en sus manos. Mi vida está pendiente de él y siento que todo gira ahí. me aferro a él, nunca es suficiente, pienso en la manera de ganar más, justifico mis actitudes para con los demás por esa necesidad mía de acumular más y más…

Me compro una compu, ¡la mejor!, un celular con todos los chiches… la ropa… tiene que ser de marca y cualquier cosa, si es importada, ¡mejor! Lleno mi casa de cosas… ¡tengo miedo que roben! Pongo rejas, alarmas, perros… ¡nada es suficiente! Tengo miedo de las personas que me rodean, me parece que me quieren sacar lo que tengo o que me buscan por interés…

El dios dinero me esclaviza, me llena de miedo, ambición, egoísmo… no está tan bueno seguirlo, dejar que gobierne mi vida.

Dios, el verdadero, el de la vida, me ofrece una vida mucho más feliz, más desprendida, en donde los seres humanos son la prioridad, y el amor es la moneda corriente. Esa es la vida que quiero. Seguir a Cristo y aceptar su propuesta de vida, en donde busco cambiar el mundo pero para beneficio de todos, en donde el dinero es un medio y no un fin. En donde soy una ciudadana que vive según la ley, pero que en Cristo vivo mi libertad de no atarme a otra cosa que no sea su Palabra. Una buena opción. La mejor. Amén.

Querido Jesús, ¡qué fácil es dejarse atrapar por el dinero, la ambición y el querer tener! Y qué difícil es salir de esa rueda cuando se ha entrado. Te pido que me preserves, que no deje que caiga en sus redes seductoras. Las publicidades me rodean y me proponen mil oportunidades para ser feliz, pero sé que la felicidad sólo está con vos. Dame fuerzas, integridad y convicción para vivir una vida en la fe. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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