viernes, 20 de agosto de 2010

22 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 117

“¡Aleluya!
¡Alaben a mi Señor, todas las naciones,
celébrenle, pueblos todos!
Porque es fuerte su amor hacia nosotros,
la verdad de mi Señor dura por siempre.” Amén.

Curiosidades

¿Qué son las puertas de la ciudad?

Las puertas de las poblaciones fortificadas formaban parte de su cintura amurallada urbana. A lo largo de los tiempos, sus formas fueron variando, pero mantuvieron el objetivo de permitir una vigilancia y un control del flujo de entrada y salida de la zona fortificada.
En el Oriente, las puertas de las ciudades tuvieron siempre un papel importante. Permitía el acceso a las fortificaciones, a la sombra de las cuales se realizaban cambios comerciales y se resguardaban las caravanas.
En la Babilonia y en la Asiria, en el primer milenio antes de Cristo, las puertas de las ciudades se presentaban bajo la forma de un bastión que se proyectaba de la muralla. En el bastión se abría una puerta que daba acceso a un patio interior. Este último era, a veces, precedido y seguido por patios más pequeños, todos ellos presentándose como estrangulamientos en el acceso a la ciudad. Esta disposición permitía a los defensores, agrupados en las murallas, lanzar diversos proyectiles sobre los posibles asaltantes sitiados en los patios. Los diversos pasajes de conexión entre los patios eran, frecuentemente, ornamentados de imágenes en relieve de genios protectores.
En la Grecia Antigua, los edificios sagrados eran erigidos sobre colinas fortificadas, a las cuales se accedía por una puerta monumental. Micenas, Tirinto y Atenas tienen ejemplos de ese tipo de puertas.
Los campos fortificados romanos (castra) disponían de cuatro puertas abiertas en los extremos de las dos vías principales, cada cual mirando hacia cada uno de los cuatro puntos cardinales. Esas puertas eran la Puerta Praetoria (norte), la Puerta Principalis Dextra (este), la Puerta Principalis Sinistra (oeste) y la Puerta Decumana (sur). Las puertas de las ciudades romanas eran, normalmente, flanqueadas por dos torres de defensa. Para los Romanos, las puertas de la ciudad asumieron una gran importancia simbólica y mágica, llevándolos a construir arcos del triunfo con el mismo simbolismo de las puertas pero, puramente ceremoniales.
Hablando de Jerusalén, las murallas de la ciudad cuentan con ocho puertas. Siete están abiertas y una permanece sellada. Las cuatro puertas principales - Puerta de Yafo, Puerta de Damasco, Puerta de los Leones y Puerta de Sión - fueron construidas de acuerdo a los cuatro puntos cardinales, y se dirigen hacia las principales ciudades del país.
La Puerta de Yafo tiene la inscripción del sultán Suleimán, que ordenó su construcción en 1538/9 (que corresponde al año 945 en el calendario musulmán). La Puerta de Yafo es la más conocida y movida de las puertas de Jerusalén. Fue construida mirando hacia el oeste, en dirección al puerto de Yafo.
La Puerta Nueva, mirando hacia el norte, es esencialmente una apertura en la muralla abierta en 1887 para permitir el acceso directo al barrio cristiano.
La Puerta de Damasco es la principal entrada al barrio musulmán. Su estrecha entrada y puente de madera fueron reemplazados por una plaza en forma de anfiteatro y un masivo puente de piedra. La puerta mira hacia el norte, en dirección a Nablus (Siquem) y a Damasco, Siria.
La Puerta de Herodes, asimismo mirando hacia el norte, es llamada también la Puerta de las Flores por los bajorrelieves con flores en su fachada.
La Puerta de los Leones, adornada con heráldicos leones a ambos lados, fue restaurada, de acuerdo a su inscripción, por los otomanos en 1538/9 (correspondiente al año 945 en el calendario musulmán). Es también conocida como la Puerta de San Esteban. Mira hacia el este, en dirección a Jericó.
La Puerta Dorada, que también mira hacia el este, es llamada en hebreo y árabe la "Puerta de la Misericordia". De acuerdo a la tradición judía, ésta es la puerta a través de la cual el Mesías entrará en Jerusalén. Para impedir la entrada del Mesías, los árabes sellaron esa puerta hace ya varios siglos.
La Puerta de Sión o Puerta de David se encuentra en el Monte Sión. Fue construida por el sultán Suleimán en 1540, en una zona en la que murallas anteriores - de los períodos hasmoneo y herodiano - fueron desenterradas en la actualidad. Esta puerta mira hacia el sur, en dirección a Hebrón.
La Puerta de los Desperdicios, que mira hacia el sur, es más una "puerta de servicio" que una puerta monumental, es la entrada más cercana al Muro Occidental ("de los Lamentos').

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 13:22-30

“Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. Uno le dijo: ‘Señor, ¿son pocos los que se salvan?’ El les dijo:‘Luchen por entrar por la puerta estrecha, porque, les digo, muchos pretenderán entrar y no podrán.
‘Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, se pondrán los que estén fuera a llamar a la puerta, diciendo: ‘¡Señor, ábrenos!’ Y les responderá: ‘No sé de dónde son.’ Entonces empezarán a decir: ‘Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas’; y les volverá a decir: ‘No sé de dónde son ¡Retírense de mí, todos los agentes de injusticia!’
‘Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a ustedes los echan fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios.
‘Y hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos’.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hay algo que nos cuesta a los cristianos, y es sobre el tema del juicio final, la hora en que todos vamos a tener que dar cuentas a Dios por lo que hemos hecho o dejado de hacer, ese juicio que está íntimamente ligado a nuestra vida aquí y ahora.
Siempre digo que estamos viviendo el tiempo de la oportunidad, el tiempo de la paciencia de Dios, en donde podemos equivocarnos, podemos apartarnos de su presencia, podemos correr tras otras cosas que no son las de Dios, pero también es el tiempo en donde todavía podemos tomar conciencia de lo que es Dios en nuestra vida, es el tiempo en donde nuestra vida puede dar un giro hacia la vida, hacia Jesús, y así seguir sus pasos.
Hoy es el día justo para que te pongas a reflexionar acerca de tu vida y de tu relación con los demás y con Dios.
¿Vivís para vos mismo? ¿buscás sólo tu propio beneficio y los demás que se arreglen?
¿O pensás que vale la pena luchar por la vida de los que no saben o no pueden defenderse?
A veces ¿pensás en Dios? ¿reflexionás acerca de Jesús, su vida y sus palabras?
El tiempo que tenemos para darnos cuenta de lo importante en esta vida es corto, es del mismo largo que nuestra existencia, y ninguno de nosotros sabemos cuándo se nos terminó el hilo del carretel, ninguno de nosotros sabemos cuándo va a ser la hora de nuestra muerte. Lo cierto es que una vez que llega ya es tarde, lo que no hemos hecho ya no lo vamos a hacer, ya no hay remedio.
¿Alguna vez te has quedado afuera de algo? ¿alguna vez llegaste tarde y ya no había remedio?
No se puede volver atrás, no podemos rebobinar nuestra vida, sólo en pensamientos, para hacer un balance. Pero lo que no hicimos muchas veces no tiene remedio. Por eso es bueno estar atentos y fijarse bien a la hora de las decisiones no vaya a ser que tengamos que arrepentirnos.
Hoy es el día para que descubras la importancia de Jesús en tu vida, de lo bueno que es una vida de entrega, una vida para los demás. No tenés mucho tiempo, no hay tanto para pensar, sólo es animarse, porque no te vas a arrepentir.
En otros tiempos la gente se preocupaba mucho por su salvación, hoy la mayor preocupación es salvarse pero económicamente, y cuando se habla de oportunidades, sólo se habla acerca de lo material, ofertas de fin de temporada o tal vez algún trabajo que nos haga escalar en nuestro status.
Es verdad que la calidad de vida es muy importante, pero dentro de la calidad de vida también está la paz, el bienestar interior, el equilibrio emocional, y ahí está la presencia de Dios en tu vida, una vida siguiendo los pasos de Jesús.
Uno de los grandes problemas de estos tiempos son las frustraciones que hasta a veces llegan a enfermarnos físicamente. En Jesús no hay frustración, porque él nos enseña a vivir en paz junto a ellas, a confiar en lo que es permanente y no fluctúa: el amor y la misericordia de Dios. Nuestro amor y tolerancia cristiana, que acepta al otro con sus falluteadas y sus traiciones.
Estamos viviendo el tiempo de la oportunidad. Vos lo estás viviendo, ¿estás dispuesto a dejarla pasar y quedarte afuera? Está en vos, en si aceptás la invitación de Jesús o no. Amén.

Querido Jesús, no quiero quedarme afuera, no quiero sufrir en la oscuridad eternamente, pero al mismo tiempo no termino de decidirme. Pienso que todavía tengo tiempo para seguir tus pasos, que soy joven y que ya va a haber tiempo, que por ahora tengo que lograr una economía sólida, establecerme en mi trabajo, luchar para tener una casa, un auto, el confort que siento que merezco… después me voy a ocupar de mi vida junto a vos, cuando esté más tranquila, cuando me sobre el tiempo y ya no tenga tantas ganas de vivir la vida, de tener nuevas y fascinantes experiencias. Pero hoy vos me estás diciendo ¡cuidado que cuando se cierre la puerta te vas a quedar afuera! Y no quiero eso… ayudame a buscarte ahora, a darme el tiempo para escuchar tu palabra, para seguir el modelo de vida que vos me proponés. Ayudame a frenar mi locura y descansar en tu mensaje de amor, misericordia y tolerancia. Te lo pido a vos que junto con el Padre y el Espíritu Santo reinan por toda la eternidad. Amén.

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