viernes, 13 de agosto de 2010

15 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 40 (1-4.9-10.13-17)

“En mi Señor puse toda mi esperanza,
él se inclinó hacia mí
y escuchó mi clamor.
Me sacó de la fosa fatal,
del barro cenagoso;
asentó mis pies sobre la roca,
consolidó mis pasos.
Puso en mi boca un canto nuevo,
una alabanza a nuestro Dios;
muchos verán y temerán,
y en mi Señor tendrán confianza.

Dichoso el hombre aquel
que en mi Señor pone su confianza,
y no se va con los rebeldes,
que andan tras la mentira…

…He publicado la justicia
en la gran asamblea;
mira, no he contenido mis labios,
tú lo sabes, mi Señor.
No he escondido tu justicia en el fondo de mi corazón,
he proclamado tu lealtad, tu salvación,
no he ocultado tu amor y tu verdad
a la gran asamblea…

…¡Dígnate, oh mi Señor, librarme,
mi Señor, corre en mi ayuda!
¡Queden avergonzados y confusos todos juntos
los que buscan mi vida para cortarla!

¡Atrás, sean confundidos
los que desean mi mal!Queden desesperados de vergüenza
los que dicen contra mí: ‘¡Ja, Ja!’
¡En ti se gocen y se alegren
todos los que te buscan!
Repitan sin cesar: ‘¡Grande es mi Señor!’,
los que aman tu salvación.

Y yo, pobre soy y desdichado,
pero el Señor piensa en mí;
tú, mi socorro y mi libertador,
oh Dios mío, no tardes.” Amén.

Curiosidades

¿Cómo era la meteorología en los tiempos antiguos?

La antigua sabiduría sobre cuestiones de la naturaleza y concerniente a la regularidad de los ciclos celestes, base de los primeros calendarios, incluía los cambios cíclicos en la Tierra y llegó a correlacionarse con el estudio de los fenómenos naturales. Por ejemplo, en Mesopotamia el ciclo estacional estaba definido por observaciones astronómicas y meteorológicas. De igual forma, en Egipto, donde la prosperidad material ha dependido siempre de las crecidas y bajadas del Nilo, la aparición periódica de estrellas en determinadas constelaciones, como el nacimiento de Sirio, la Canícula, indicaba las fases cíclicas de inundación y sequía. En Egipto se hizo uno de los primeros y más famosos pronósticos a largo plazo cuando según el libro del Génesis, José interpretó un sueño del faraón como la llegada de siete años de hambre que serían seguidos por siete años de prosperidad: una profecía que muy bien podría haberse basado en el ciclo de 14 años descubierto por los sacerdotes-astrónomos egipcios para las crecidas del Nilo.
Pero el conocimiento de las fluctuaciones del tiempo más a corto plazo, así como periodos extemporáneos de frío, calor, lluvia o sequía se hizo necesario. Uno de los primeros avances de la meteorología fue comprender que ciertos tipos de tiempo solían seguir a la aparición de determinados fenómenos. Este primer "indicio" de meteorología parece haberse desarrollado de manera independiente en diversas partes del mundo antiguo: los valles del Eúfrates y el Tigris, el valle del Nilo, del Indo, del río Amarillo y en las costas Mediterráneas. De esta forma, del conjunto de presagios, proverbios y dichos populares se fueron extrayendo gradualmente una serie de signos que se consideraban indicativos de acontecimientos futuros: algunos basados en la mitología y superstición, otros resumían conceptos sobre el clima fundamentado en cuidadosas observaciones del fenómeno natural (aspecto del cielo, vientos, acontecimientos como la migración de aves o la foliación de los árboles, entre otros). Los poemas épicos y los textos filosóficos de las civilizaciones antiguas son ricos en dichos populares acerca del tiempo. Los poemas épicos babilónicos datados en el 2000 a de C. contienen explicaciones gráficas de la creación y el diluvio, que evocan el poder de los dioses sobre los fenómenos atmosféricos. La epopeya del Gigalmesh incluye referencias a una violenta tormenta y descripciones de vientos huracanados, lluvia torrencial y las desastrozas inundaciones fechadas unos 1000 años antes que la versión bíblica.
Muchos siglos antes de la era cristiana, los babilonios, guardaban sus documentos en forma de tablilla de arcilla. Los astrólogos babilonios y caldeos eran los encargados de predecir fenómenos terrestres y astronómicos. Sus pronósticos se basaban en observaciones del movimiento planetario, fenómenos ópticos y aspecto del cielo, entre otros. Utilizaban en particular los halos lunar y solar e incluso distinguían dos tipos diferentes, el pequeño de 22 grados (tarbasu) y el mayor de 46 grados (supuru).
Las tablillas de arcilla de la biblioteca cuneiforme del rey asirio Ashurbanipal (668-627 a. de C.) se encuentran ahora en el Museo Británico e ilustran cómo los babilonios predecían el tiempo guiándose por el aspecto del cielo: "cuando un halo negro rodea la Luna, el mes traerá lluvia o acumulará nubes. Cuando un halo rodea la Luna y Marte se encuentra dentro, habrá destrucción del ganado. Cuando un pequeño halo rodea el sol, lloverá....". Creían que las condiciones celestiales y los ciclos gobernaban todos los acontecimientos terrestres.
La importante relación entre la dirección del viento y el tiempo por venir se reconocía desde antiguo. En Mesopotamia, los babilonios habían diseñado un diagrama de los vientos teniendo en cuenta los cuatro puntos cardinales en el orden, sur, norte, este y oeste (sutu,iltanu, sadu, amurra). Crearon las direcciones intermedias por una combinación de éstas. Para el principio de la era cristiana se construían ya las veletas y se utilizaban para hacer observaciones regulares, incluso Plinio describió el modelo de vientos del Mediterráneo.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 12:49-56

"He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla!
‘¿Creen que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, se los aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.’
Decía también a la gente: ‘Cuando vean una nube que se levanta en el occidente, al momento dicen: ‘Va a llover’, y así sucede. Y cuando sopla el sur, dicen: ‘Viene el calor’, y así sucede. ¡Hipócritas! Saben explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploran, pues, este tiempo?” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

La fe une, pero divide a la vez. Si, es así, porque cuando una persona tiene fe, cree que Jesucristo es el centro de su vida es un incomprendido para aquellos que no tienen esa fe.
Y no estoy hablando de aquellas personas que se han fanatizado y desprecian a todo aquel que no vive la fe de la misma manera, o que simplemente no cree.
Estoy hablando de la persona con fe en Cristo, pero que la vive libremente, viviendo en paz y permitiendo que los demás tengan la libertad de llevar la vida que quieren o que pueden. De todas maneras la fe divide. Porque de alguna manera los que creemos que Jesucristo vino al mundo para nuestra salvación y nos propone una vida diferente, con otros valores, en donde lo más importante, por encima de los intereses materiales, está la vida y la defensa de la vida.
Ser una persona de fe, de alguna manera es ser rebelde, no aceptar que el modelo económico y social, en donde el más fuerte es el que gana, en donde hay demasiados excluidos, personas que son desechadas por viejas, por jóvenes, por tener una discapacidad, por tímidos… y así seguimos. El cristiano no está de acuerdo con esta estructura social, sino que necesariamente, al seguir los pasos de Jesús, la desprecia, y busca cambiarla.
Por eso es que no nos vamos a entender con aquellos que sienten que es así como debe ser, que gane el más fuerte, el más apto. La persona con fe en Cristo siempre buscará ponerle un palo en la rueda a la injusticia, al sufrimiento del otro, siempre abrirá la boca cuando sienta que algo va en contra de evangelio. Así es, y por eso vino Jesús al mundo, para que los que creyésemos en él fuésemos los artífices de un mundo mejor. Pero esto significa al mismo tiempo que los que están bien, los que sacan provecho del sistema o simplemente los que no conciben que las cosas pueden ser diferentes, no estén de acuerdo con nosotros y con nuestra manera de actuar.
Es verdad, Jesús vino a traer la discordia, la división, porque a partir de él aprendimos que se puede luchar por un mundo en donde todos seamos aceptados, un mundo en donde el amor sea la ley que está por sobre todo y que vivamos en paz y armonía. Amén.

Querido Jesús, ¡cómo que cuesta demostrar mi fe a los demás! Tengo miedo de que se rían de mí, de que se burlen, que me consideren una tonta. Señor, también tengo miedo de crear conflictos, discordia… pero vos me decís que es así, y que uno tiene que mostrar los colores con que uno juega y que es el primer paso en esto de dar testimonio. Dame fuerzas, dame valor para animarme a vivir mi fe libremente. Te lo pido a vos que junto con el Padre y el Espíritu Santo reinan por toda la eternidad. Amén.

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