viernes, 29 de abril de 2016

1 de Mayo

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 67 

“¡Dios nos tenga piedad y nos bendiga,
su rostro haga brillar sobre nosotros!
Para que se conozcan en la tierra tus caminos,
tu salvación entre todas las naciones.

¡Te den, oh Dios, gracias los pueblos,
todos los pueblos te den gracias!

Alégrense y regocíjense las gentes,
pues tú juzgas al mundo con justicia,
con igualdad juzgas a los pueblos,
y a las gentes en la tierra gobiernas.

¡Te den, oh Dios, gracias los pueblos,
todos los pueblos te den gracias!

La tierra ha dado su cosecha:
Dios, nuestro Dios, nos bendice.
¡Dios nos bendiga, y teman ante él
todos los confines de la tierra!” Amén.

Curiosidades

¿Qué es el Paráclito o Paracleto?

La palabra parakletos, derivada del verbo parakaleo, literalmente “llamar al lado”, se ha interpretado tanto en forma activa como pasiva; en forma activa con el significado de uno que permanece al lado para exhortar o alentar, de donde viene la traducción “Consolador”; en forma pasiva, con el significado de uno que ha sido llamado para estar al lado de alguien, especialmente ante un tribunal (aunque más bien como amigo del acusado que como defensor profesional); de allí el uso de la palabra “Abogado”. Muchas versiones traducen directamente el griego; así surge el uso de “Paracleto” o “Paráclito” como designación del Espíritu Santo.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.278)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 14:22-31 

“Le dice Judas - no el Iscariote -: ‘Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?’
Jesús le respondió:
‘Si alguno me ama,
guardará mi Palabra,
y mi Padre lo amará,
y vendremos a él,
y haremos morada en él.
El que no me ama no guarda mis palabras.
Y la palabra que escuchan no es mía,
sino del Padre que me ha enviado.
Les he dicho estas cosas
estando entre ustedes.
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo,
que el Padre enviará en mi nombre,
se lo enseñará todo
y les recordará todo lo que yo les he dicho.
Les dejo la paz,
mi paz les doy;
no se la doy como la da el mundo.
No se turben sus corazones ni se acobarden.
Han oído que les he dicho:
‘Me voy y volveré a ustedes.’
Si me amaran, les alegraría de que me fuera al Padre,
porque el Padre es más grande que yo.
Y les lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda crean.
Ya no hablaré muchas cosas con ustedes, porque llega el Príncipe de este mundo.
En mí no tiene ningún poder;
pero ha de saber el mundo que amo al Padre
y que obro según el Padre me ha ordenado.
Levántense. Vámonos de aquí." Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Dice una canción del pastor y obispo de la Iglesia Metodista, Federico Pagura:
“Por paz suspira el corazón humano,
la paz no simple ausencia de la guerra,
la paz no mudo ambiente de sepulcro,
la paz no mera fuga de la tierra…”
¿Qué paz buscamos los seres humanos?
¿Qué paz esperamos los cristianos y cristianas de Jesús?
El evangelio de hoy dice que Jesús nos deja la paz, pero no como la da el mundo, o la que el mundo espera.
El shalom hebreo tiene que ver con una paz interna, un equilibrio integral de la persona que se realiza finalmente en la justicia social, la paz está íntimamente ligada a la justicia, si no hay justicia, no hay paz verdadera. Y esa justicia s construye como sociedad.
Cuando nosotros hablamos de paz, pensamos en el silencio, la armonía, el descanso…
La paz que Jesús ofrece es independiente de los problemas, complicaciones o sufrimientos que podamos tener aquí en la tierra, pero, como dice la canción de Pagura, es mucho más que ausencia de guerras o escapismos grupales, formándonos un mundo aparte. Que haya silencio y orden no significa que haya paz, puede ser por el miedo, porque se vive en una sociedad temerosa de una autoridad dictatorial.
Se puede estar en paz en medio del bullicio, de las corridas, de los problemas, porque es un estilo de vida, una forma de enfrentar las cosas, un equilibrio que nace de adentro y se expande hacia afuera, transmitiendo paz justamente.
Buscar la paz no significa no meterse en problemas en esa búsqueda, porque si bien cultivamos la paz en nuestro interior, está directamente relacionada con la equidad y la justicia. No puedo estar en paz mientras que otras personas sufren ¡y menos si puedo cambiar algo!
Seamos constructores de paz, transmitamos la alegría de las pequeñas cosas cotidianas, los gestos de amor, denunciando también a todo aquello que va en contra de esa paz, de la manipulación de las personas, de la extorción que muchos sufren a cambio de un pedazo de pan. Jesús nos da las herramientas necesarias y la fuerza para no caer en el intento. Amén.

Querido Jesús, sé que para muchos tu mensaje los defraudó y los defrauda, porque no proponés un cambio mágico del mundo, sino que nos involucrás en la construcción de un mundo nuevo, que es un proceso nada fácil. Ayudame a dar el testimonio de paz que tanto necesitamos como sociedad. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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