viernes, 7 de noviembre de 2014

9 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 63

¡Dios, Dios mío eres tú!
¡De madrugada te buscaré!
Mi alma tiene sed de ti,
mi carne te anhela
en tierra seca y árida
donde no hay aguas,
para ver tu poder y tu gloria,
así como te he mirado en el santuario.
Porque mejor es tu misericordia que la vida,
mis labios te alabarán.
Así te bendeciré en mi vida;
en tu nombre alzaré mis manos.

Como de médula y de grosura será saciada mi alma,
y con labios de júbilo te alabará mi boca,
cuando me acuerde de ti en mi lecho,
cuando medite en ti en las vigilias de la noche,
porque has sido mi socorro
y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
Está mi alma apegada a ti;
tu diestra me ha sostenido.

Pero los que para destrucción buscaron mi alma
caerán en los sitios bajos de la tierra.
Los destruirán a filo de espada;
serán presa de los chacales.
Pero el rey se alegrará en Dios;
será alabado cualquiera que jura por él,
porque la boca de los que hablan mentira será cerrada.”
Amén.

Curiosidades

¿Cómo se entiende la muerte física en la Biblia?
La muerte parece ser necesaria para cuerpos como los nuestros. El deterioro físico y la eventual disolución final son inevitables. No obstante, la Biblia habla de muerte como consecuencia del pecado. Dios le dijo a Adán: “El día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gn.2:17). Pablo nos dice que “el pecado entró en el mundo por un  hombre, y por el pecado la muerte” (Ro.5:12), y también que “la paga del pecado es la muerte” (Ro.6:23). Pero cuando examinamos más detenidamente el asunto, vemos que Adán no murió físicamente el mismo día que desobedeció a Dios. En Ro. 5 y 6 Pablo contrasta la muerte que sobrevino a consecuencia del pecado de Adán con la vida que Cristo ha traído a los seres humanos. Ahora bien, la posesión de la vida eterna no anula la muerte física. Está en contraposición a un estado espiritual y no a un acontecimiento físico. Lo que se infiere de todo esto es que la muerte que es consecuencia del pecado va más allá de la muerte del cuerpo.
Pero a este pensamiento debemos agregar el otro que los pasajes de las Escrituras, que vinculan al pecado y la muerte, no modifican el concepto de muerte. Dichos pasajes no nos revelan otra cosa que no sea el significado usual de la palabra. Quizá debamos entender que la mortalidad es el resultado del pecado de Adán, y que el castigo incluye tanto el aspecto físico como espiritual. Pero no sabemos lo suficiente acerca de la condición de Adán antes de la caída como para hablar de ella. Si su cuerpo era semejante al nuestro, sería mortal; de lo contrario, no tenemos forma de saber cómo era, ni si era o no mortal.
Parecería mejor considerar que la muerte es algo que comprende al ser humano completo. El ser humano no muere como cuerpo sino que muere como ser humano, con la totalidad de su ser. Muere como ser espiritual y físico. La Biblia no hace una distinción neta entre los dos aspectos. Por lo tanto, la muerte física constituye tanto símbolo como expresión adecuados de aquella muerte más profunda que es consecuencia inevitable del pecado, con la que forma una sola unidad.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág. 928-929)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

1 Tesalonisenses 4:13-18

Tampoco queremos, hermanos, que ignoren acerca de los que duermen, para que no se entristezcan como los otros que no tienen esperanza. Si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
Por lo cual les decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. El Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo. Entonces, los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Siempre digo que los que tenemos fe en Cristo tenemos un as en la manga a la hora de que muere un ser querido y tiene que ver con nuestra concepción de la muerte.
Aunque para muchos resulte una locura el confiar que la persona que muere está con Dios y que la volveremos a encontrar a la hora de nuestra propia muerte, es una esperanza y un motivo para como dice una canción “en el dolor cantar”.
Justamente este es el mensaje que una y otra vez repetimos en nuestros sepelios, porque es parte de nuestra fe. Y esto es muy interesante porque le quita lo irreversible de la muerte para darle el espacio a la esperanza, al alivio en medio del dolor de la pérdida porque pasa de un “adiós” a un “hasta luego”.
Pero para que esto ocurra la fe es imprescindible y a veces cuesta aferrarse a esta idea mismo a la gente de la iglesia, a los cristianos, porque va en contra de la lógica humana: lo que muere muerto está y no vuelve a tener vida… pero Jesús resucitó y si creemos en esto tenemos que creer también en la resurrección de aquellos que han muerto con fe en Cristo.
Si me preguntan cómo va a ser… no tengo idea. Sólo estoy segura que me voy a encontrar con tantas personas que ya han fallecido y ese reencuentro me produce mucha alegría y me prepara para mi propia muerte. Permite que no le tenga miedo a la muerte porque sé que es tan sólo parte de esta vida terrena, se parece al nacimiento ¿nunca han pensado que tal vez para el bebé que nace esto mismo es algo parecido a la muerte? Pasa de un estado a otro, ya que está en el agua y tiene que arreglársela en el aire, esto mismo significa que ya no puede moverse con la facilidad que lo hacía antes. A eso se le suma que tiene que respirar por la nariz, comer por la boca, utilizar su aparato digestivo, el respiratorio y todos los sentidos que hasta ese momento eran totalmente diferentes. Pero eso para nosotros es natural… la muerte también es natural, todo ser vivo muere, y es importante que podamos vivir todo esto con la tranquilidad que Dios está guiando y acompañando todo esto que es parte de su creación. Amén.

Querido Jesús. ¡gracias por darme la vida nueva! Gracias porque sé que así como vos resucitaste yo también lo voy a hacer, como todas aquellas personas que han muerto con fe en vos. Gracias porque el saber que la muerte ya no tiene poder es mi consuelo a la hora de la muerte de un ser querido. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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