martes, 11 de febrero de 2014

2 de Febrero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 146

“¡Alaba, alma mía, a mi Señor!
Alabaré a mi Señor en mi vida;
cantaré salmos a mi Dios mientras viva.
No confiéis en los príncipes
ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación,
pues sale su aliento y vuelve a la tierra;
en ese mismo día perecen sus pensamientos.

Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob,
cuya esperanza está en mi Señor su Dios,
el cual hizo los cielos y la tierra,
el mar, y todo lo que en ellos hay;
que guarda la verdad para siempre,
que hace justicia a los agraviados,
que da pan a los hambrientos.

Mi Señor liberta a los cautivos;
mi Señor abre los ojos a los ciegos;
mi Señor levanta a los caídos;
mi Señor ama a los justos.
Mi Señor guarda a los extranjeros;
al huérfano y a la viuda sostiene,
y el camino de los impíos trastorna.

Reinará mi Señor para siempre;
tu Dios, Sión, de generación en generación.

¡Aleluya!” Amén.

Curiosidades

¿Dónde estaba ubicada geográficamente la ciudad de Corinto y cuáles eran sus características?

Corinto era una ciudad de Grecia situada en el extremo occidental del itsmo entre Grecia central y el Peloponeso, que controlaba las rutas comerciales entre el N. de Grecia y el Peloponeso y a través del itsmo. Esta ruta tenía especial importancia porque una buena proporción del comercio se realizaba con preferencia cruzando el itsmo en lugar de rodear los tormentosos promontorios al S. del golfo de Corinto, conectado con la ciudad por medio de largos muros; y Cencrea, 14 km. Al E. sobre el golfo Sarónico. De esta manera Corinto se convirtió en un floreciente centro comercial, como también industrial, dedicado principalmente a la cerámica. La ciudad está dominada por el Acrocorinto, una empinada roca de forma plana en la parte superior, coronada por la acrópolis, que en tiempos antiguos contenía, entre otras cosas, un templo de Afrodita, la diosa del amor, cuyo servicio dio motivo a la proverbial inmoralidad de la ciudad, notoria ya en los tiempos de Aristófanes.
Desde fines del s.IV hasta 196 a.C. Corinto estuvo principalmente en poder de los macedonios; pero en ese año fue liberada, junto con el resto de Grecia, por Quincio Flaminio, y se unió a la liga aquea. Después de un período de oposición a Roma, y de una revolución social bajo el dictador Critolaus, la ciudad fue asolada por el cónsul Mummio en el año 146 a.C. y sus habitantes fueron vendidos como esclavos.
En el año 46 a. C. Corinto fue reedificada por César y comenzó a recuperar su prosperidad. Augusto la transformó en capital de la nueva Acaya separándola de macedonia, y en adelante fue gobernada por un gobernador proconsular propio.
Se ha podido establecer la fecha de los 18 meses de estada de Pablo en Corinto en su segundo viaje misionero mediante una inscripción de Delfos que muestra que Galión llegó a Corinto como procónsul en 51 ó 52 d.C. Su bema o tribunal también ha sido identificado, como también el macellum, o carnicería. Una inscripción cerca del teatro menciona un edil de nombre Erasto, posiblemente el tesorero de la ciudad a que se refiere Ro.16:23.


Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

1 Corintios 1:26-31

Consideren, pues, hermanos, su vocación y vean que no hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Pero por él están ustedes en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención, para que, como está escrito: «El que se gloría, gloríese en el Señor.»” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Uno de los problemas del ser humano es la necesidad de ser dios. Ya en el capítulo 3 del Génesis, ahí nomás, al comenzar el primer libro de la Biblia, el ser humano tuvo que desobedecer a Dios haciendo lo único que Dios había pedido que no hiciera, cuando todo lo demás le era permitido: comer del árbol de la sabiduría.
Esto se repite una y otra vez y el resultado está a la vista: un planeta que gime en medio de la contaminación ambiental, la basura y las guerras.
Somos tan necios que queremos tener el control de todo y creemos que somos los hacedores de nuestras vidas. Manipulamos la genética al punto de lograr la clonación. A través de cirugías y tratamientos pretendemos detener el tiempo, pero eso no es posible. Nos enojamos con las enfermedades y la muerte cuando en realidad son parte del ciclo de la vida. Nos resistimos a aceptar que cada uno de nosotros simplemente somos parte de un eslabón de la gran cadena de la humanidad, y es ahí en donde radica nuestra importancia, porque para que exista una cadena son imprescindibles los eslabones. Cada eslabón es importante, tiene que mantenerse fuerte y sólido, porque si se deforma o se quiebra, la cadena se rompe y ya no es más una cadena.
¿Por qué no disfrutamos nuestra vida en todas sus etapas?
¿Por qué no aceptamos el devenir de los años con alegría, aceptando que Dios nos sostiene y tiene el control?
¿Por qué no dejamos de luchar en contra de Dios o competir con él, si podemos vivir en armonía y agradecimiento?
Dios nos ha creado a su imagen y semejanza para ser partícipes de su reino, cuidadores del mundo y de la vida ¿qué mejor rol que ése?
Te invito a que lo pienses y descubras la alegría de aceptar tus limitaciones y tu imperfección, tu vulnerabilidad y tu ignorancia, ya que nunca vamos a saber todo y siempre nuestra vida pende de un hilo.
Es momento de ser feliz y vivir agradecidos a Dios, no dejarnos atrapar por una sociedad que nos genera un estado de insatisfacción constante. Intentalo. Amén.

Querido Jesús, ¿por qué vivo desconforme? ¿por qué me dejo influenciar por el bombardeo de publicidades que me hacen sentir que la felicidad está en: un cabello sedoso, una delgadez extrema, tener esto, esto otro y lo de más allá? ¿por qué me dejo contagiar de la disconformidad general de una sociedad en donde jamás accederemos a todo lo que nos proponen? ¿por qué no me doy cuenta que la vida es mucho más simple y que la felicidad está en las pequeñas cosas de la vida cotidiana y no en lo material? Ayudame a permanecer junto a vos, intentar vivir en la simplicidad y en el encuentro con el otro. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario