viernes, 5 de octubre de 2012

7 de Octubre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 128

“¡Dichosos todos los que honran al Señor!
¡Dichosos los que van por sus caminos!
¡Dichoso serás, y te irá bien,
cuando te alimentes del fruto de tu trabajo!
En la intimidad de tu casa,
tu esposa será como una vid con muchas uvas;
alrededor de tu mesa
tus hijos serán como retoños de olivo.
Así bendice el Señor
a todo aquel que le honra.

¡Que el Señor te bendiga desde el monte Sión!
¡Que veas en vida el bienestar de Jerusalén!
¡Que llegues a ver a tus nietos!
¡Que haya paz en Israel!” Amén.

Curiosidades

¿Qué decía la Ley de Moisés acerca del divorcio?

En Mt.19:8 Jesús dice que Moisés había “permitido” el divorcio a causa de la dureza del corazón de la gente. Esto quiere decir que Moisés no ordenó el divorcio, sino que reglamentó una práctica ya existente, y desde esta perspectiva podemos entender mejor el contenido de la ley en Dt.24:1-4 y otros versículos  más, en donde queda claro que el divorcio se practicaba, que se le daba a la esposa algún tipo de contrato, y que desde ese momento ella estaba libre para volver a casarse.
Los motivos del divorcio están expuestos aquí en términos tan generales que no podemos darles una interpretación precisa. el marido encuentra “alguna cosa indecente” en su esposa. Poco tiempo antes de Cristo, la escuela de Shammai lo interpretaba solamente desde la infidelidad, mientras que la escuela de Hillel lo extendía a todo lo que resultara desagradable al esposo. Debemos recordar que Moisés no se propone dar aquí los motivos del divorcio, sino que lo está aceptando como un hecho que se da.
Hay dos situaciones en las que se prohíbe el divorcio: cuando el hombre ha acusado falsamente a su esposa de infidelidad premarital; y cuando un hombre ha tenido relaciones con una joven, y el padre de ella lo ha obligado a casarse con ella.
En dos ocasiones excepcionales se insistió sobre la necesidad del divorcio. Uno fue el caso de los exiliados que retornaron casados con mujeres paganas. En Mal.2:10-16 algunos habían abandonado sus mujeres judías para casarse con mujeres paganas.
Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 10:1-16

“Jesús salió de allí y se fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. El pueblo volvió a reunirse en torno suyo, y él volvió a enseñarles, como era su costumbre.
Unos fariseos se le acercaron y, para ponerlo a prueba, le preguntaron si le estaba permitido al esposo divorciarse de su esposa. Jesús les respondió: «¿Qué les mandó Moisés?» Ellos dijeron: «Moisés permitió el divorciarse de la esposa mediante un certificado de divorcio.» Jesús les dijo: «Ese mandamiento les escribió Moisés por lo obstinado que es el corazón de ustedes. Pero, al principio de la creación, Dios los hizo hombre y mujer. Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán un solo ser, así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe nadie.»
Ya en la casa, los discípulos volvieron a preguntarle acerca de lo mismo, y Jesús les dijo: «Quien se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si la mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio.»
Llevaron unos niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendieron a quienes los habían llevado. Al ver esto, Jesús se indignó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí. No se lo impidan, porque el reino de Dios es de los que son como ellos. De cierto les digo que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.» Entonces Jesús tomó a los niños en sus brazos, puso sus manos sobre ellos, y los bendijo.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Dios nos ha creado sin categorías, todos valemos igual aunque somos diferentes. No importa ni el sexo ni la edad, las mujeres y los niños valen igual los hombres.
Esto fue un mensaje muy duro en los tiempos de Jesús en donde las personas eran categorizadas en libres y esclavos, hombres, mujeres y niños, en donde algunos valían más y tenían poder sobre las otras.
Y no es que haya cambiado mucho hoy, sólo que como sociedad ya no podemos admitir esto, desde que se escribió la convención de los Derechos Humanos hay muchas cosas que ya no se pueden afirmar abiertamente, pero que en el fondo aún existen.
Nada más mirar las leyes: es mucho más difícil para una mujer conseguir la patria potestad completa de sus hijos que un hombre. Dentro del código civil, la mujer debe obediencia al hombre dentro de la sociedad conyugal. En los mismos trabajos las mujeres perciben menores pagas que los hombres. Hay profesiones que le son vedadas a las mujeres, y curiosamente la mayoría de ellos son espacios de poder: muchas Iglesias no aceptan el ministerio femenino, fíjense que normalmente la pastora es la esposa del pastor así como no hay sacerdotisas…
Algunas cosas están cambiando y las mujeres somos parte fundamental de estos logros, aunque nos encontramos con muchas mujeres todavía que les resulta cómoda la estructura machista y educan a sus hijos e hijas de esa manera.
Si hablamos de los niños… ¿cuántos padres y madres los escuchan, hablan con ellos y conocen lo que piensan y sienten?
La mayoría de la gente cree que una buena educación es ordenarles todo a los hijos, como si no pudieran pensar, como si tuvieran que ser autómatas. Otros creen que la clave está en que reciban todo lo que quieren, pero no se dan cuenta que crían a pequeños demandantes, pero se olvidan de darle lo más importante, que es su tiempo y su afecto. Otros creen que hay que prepararlos para la vida con computación, ingles, deporte y no sé qué otras cosas. Lo curioso es que en todos los casos, ninguno de ellos son tratados como personas, como seres humanos con derechos, con necesidad de descubrir sus dones, su vocación, de desarrollarse en todos los aspectos.
¡Y Jesús nos dice: Dejen que los niños se acerquen a mí. No se lo impidan, porque el reino de Dios es de los que son como ellos”. Tal vez es el momento de pensar sobre todo esto, dejar de pensar que el mundo está dividido en los que saben y mandan y los que tienen que obedecer y seguir los caprichos de los fuertes.
Te invito a que revises tu vida, tus relaciones con las demás personas y que busques cambiar tu realidad y la de los que te rodean aunque sea un poco cada día. Vas a ver qué bueno que es. Amén.

Querido Jesús, muchas veces me sentido maltratada por ser mujer, pero esto mismo no me ha hecho más sabia, ya que al mismo tiempo he maltratado. Ayudame a cambiar, a respetar al otro sea niño, anciano, adolescente, hombre o mujer. Te lo pido a vos que nos mostraste una forma nueva de vivir. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario