viernes, 11 de noviembre de 2011

13 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:


Salmo 128


“Bienaventurado todo aquel que teme a mi Señor,
que anda en sus caminos.


Cuando comas el trabajo de tus manos,
bienaventurado serás y te irá bien.


Tu mujer será como vid que lleva fruto
a los lados de tu casa;
tus hijos, como plantas de olivo
alrededor de tu mesa.


Así será bendecido el hombre
que teme a mi Señor.


¡Bendígate mi Señor desde Sión,
y que veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida,


y que veas a los hijos de tus hijos!
¡La paz sea sobre Israel!”
Amén.


Curiosidades


¿Qué dinero circulaba en Palestina en los tiempos del N.T. y qué es un talento?


En la época del N.T. circulaba en Palestina el dinero procedente de tres fuentes distintas. Estaba el dinero imperial oficial acuñado según las normas romanas; monedas provinciales acuñadas en Antioquía y Tiro, que respondían principalmente a las normas griegas y circulaban especialmente entre los habitantes de Asia Menor; el dinero judío local, acuñado quizá en Cesarea. Ciertas ciudades y reyes dependientes tenían autorización para hacer sus propias monedas de bronce. Con tantas monedas diferentes en circulación resulta obvio que hacían falta cambiadores de dinero en Jerusalén, especialmente en las fiestas, cuando venían judíos de todas partes a pagar el padrón a la tesorería del templo. En tales ocasiones los cambistas trasladaban sus puestos al patio de los gentiles, de donde los expulsó Jesús debido a sus prácticas avarientas.

El dinero se acuñaba en tres metales principales: oro, plata y cobre, bronce o latón.

La única moneda judía que se nombra en el N.T. era el leptón, de bronce, de valor insignificante.

Las monedas romanas eran:

Denarius: era la moneda básica del imperio.

Quadrans: equivalía a una cuarta parte del as de cobre. 2 leptas equivalían a 1 quadrans.

As: era de cobre y equivalía a la cuarta parte del sestersius de bronce y una decimosexta parte del denarius de plata.

Denarius: su nombre significa 10 a la vez porque al principio era el equivalente en plata a 10 asas de cobre. Según la parábola de Mt.20:1-16, era el equivalente al salario diario del obrero.

Aureus o denarius aureus: esa una moneda de oro acuñada por Julio César durante sus reformas financieras del 49 a.C.

Las monedas griegas eran:

Grajmé: era de plata y equivalía aproximadamente a un denarius.

Didrajmon: o moneda de 2 dracmas, se usaba entre los judíos para el medio siclo que se requería para el impuesto anual del templo.

Statér, tetradajmon o moneda de 4 dracmas, era una moneda más común que el didracma. La mayoría de los numismáticos está de acuerdo en que esta fue la moneda en la que Judas recibió sus treinta piezas de plata.

Mna, mina, aparece en la parábola de Lc.19:11-27.

El talento no era una moneda, sino una unidad para los cálculos monetarios. Su valor era siempre alto, si bien variaba según los metales empleados y las diversas normas monetarias. El talento romano-ático era equivalente a 240 aurei. 100 dracma hacían 1 mina y 6000, 1 talento.


Evangelio


Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:


Mateo 25:14-30


»El reino de los cielos es como un hombre que, yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. El que recibió cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que recibió dos, ganó también otros dos. Pero el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.

»Después de mucho tiempo regresó el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y trajo otros cinco talentos, diciendo: "Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos". Su señor le dijo: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor". Se acercó también el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos". Su señor le dijo: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor". Pero acercándose también el que había recibido un talento, dijo: "Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo". Respondiendo su señor, le dijo: "Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros y, al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quítenle, pues, el talento y denlo al que tiene diez talentos, porque al que tiene, le será dado y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil échenlo en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes".” Amén.


Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:


Cada uno de nosotros somos dueños de hacer con nuestras vidas lo que nos parezca mejor. Pero a la vez somos responsables de ello.

Nuestros actos y el rumbo que decidimos tomar no sólo es una libertad, sino que tiene sus consecuencias.

En la historia de hoy que aparece en el evangelio, a primera vista parece muy duro, incluso hasta cruel. Pero la realidad es que cada uno de nosotros somos los constructores de nuestras vidas y el rumbo que tomemos nos afectará tarde o temprano.

Dios nos ha dado inteligencia y habilidades para que las usemos para proclamar su Reino. Es a través de cada uno de nosotros que el Reino de Dios se hace presente aquí en la tierra cómo y cuánto usamos y aprovechamos lo que él nos da.

Diariamente, a través de las noticias, podemos ver de qué manera hay personas que utilizan su inteligencia y astucia para engañar y hacer daño. Esas son las personas que aprovechan sus dones, pero no según la voluntad de Dios.

También está la gran masa de gente, la que nos rodea y que muchas veces formamos parte, que están en una especie de letargo o stand by. Que no hacen nada malo, pero tampoco desarrollan o aprovechan sus dones para el servicio del otro. Es lo mismo que enterrar el talento. Pasan por la vida sin dejar nada más que sus huesos y ocupan un lugar que es sólo su cuerpo…

Cada persona que nace es la oportunidad de que a través de ella el mundo se transforme. Cada persona que nace es una nueva esperanza de que tal vez ella acepte compartir su inteligencia, sus habilidades, su ingenio con las demás personas, y de esa manera, cambiar el mundo. Eso es multiplicar los talentos, no dejar que mueran en nosotros.

Vos podés ser la persona que sale de su ostracismo, de su letargo, para compartir algo de lo bueno que tenés. Tal vez te gusten los chicos, o los jóvenes, o tal vez los ancianos. Tal vez seas bueno para la música, para contar cuentos, para las artesanías, para contar chistes… eso lo podés hacer para alegrar al otro, para ayudarlo. Así se cambia el mundo: con pequeños gestos, actitudes, compartiendo los dones, multiplicándolos. Tu actuar tiene sus consecuencias, vos sos quien decide tu forma de vivir. Sos dueño de tu vida, pero Dios te la ha dado y también todo lo que sos. Por eso te invito a compartir tu vida con los demás. Va a ser bueno para vos y para todas las personas que te rodean. Amén.


Querido Jesús, ayudame a compartir mi vida con los demás, a no entrar en el letargo de vivir para mí misma y alejarme de vos. Enseñame a no dejar enterrados en mí los dones que me ha dado nuestro Padre, el Dios Creador. Ayudame a salir de mi comodidad y egoísmo para dar frutos y multiplicar lo que me has dado. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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