viernes, 12 de noviembre de 2010

14 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 98

Canten al Señor un canto nuevo,

porque él hizo maravillas:

su mano derecha y su santo brazo

le obtuvieron la victoria.

El Señor manifestó su victoria,

reveló su justicia a los ojos de las naciones:

se acordó de su amor y su fidelidad

en favor del pueblo de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado

el triunfo de nuestro Dios.

Aclame al Señor toda la tierra,

prorrumpan en cantos jubilosos.

Canten al Señor con el arpa

y al son de instrumentos musicales;

con clarines y sonidos de trompeta

aclamen al Señor, que es Rey.

Resuene el mar y todo lo que hay en él,

el mundo y todos sus habitantes;

aplaudan las corrientes del océano,

griten de gozo las montañas al unísono.

Griten de gozo delante del Señor,

porque él viene a gobernar la tierra;

él gobernará al mundo con justicia,

y a los pueblos con rectitud.” Amén.

Curiosidades

¿Cómo estaba construido el templo en los tiempos de Jesús?

La edificación del templo de Herodes, comenzada a principios del 19 a.C., fue un intento de reconciliar a los judíos con su rey idumeo, más bien que para glorificar a Dios. Se tuvo gran cuidado de respetar la zona sagrada durante las obras, hasta el extremo de preparar a 1000 sacerdotes como albañiles para que edificaran el santuario. Si bien la estructura principal se completó en 10 años, las obras continuaron hasta el 64 d.C.

Como base para los edificios del templo, y a fin de proporcionar un lugar de reunión, se niveló una extensión de unos 450 m de N a S y de unos 300 m de E a O. en algunos lugares se cortó la superficie en la roca, pero una buena parte fue nivelada con escombros, y todo el espacio fue encerrado con un muro de bloques macizos de piedra. En el rincón SE, el patio interior se encontraba a unos 45 m por encima de la roca. Todavía existen porciones de este muro. Una puerta atravesaba el muro N, pero aparentemente no se usaba nunca, otra atravesaba el muro en el lado E. rastros de las dos puertas de Herodes en el lado S pueden verse todavía debajo de la mezquita de el-Aqsa. Había rampas que llevaban a estas puertas al nivel del patio. Cuatro puertas daban de frente a la ciudad en el lado Occidental

El patio exterior del templo estaba rodeado de un pórtico, dentro de los muros. Según la descripción de Josefo, el pórtico S tenía cuatro hileras de columnas y se llamaba pórtico Real. Los pórticos de los otros lados tenían dos hileras cada uno. El pórtico de Salomón se extendía a lo largo del lado E. en etas columnatas funcionaban las escuelas de los escribas y allí se llevaban a cabo los debates, y los mercaderes y cambistas tenían allí sus puestos. La parte interior estaba algo más alta que el patio de los paganos, y estaba rodeada por una baranda. Avisos en griego y en latín advertían que las autoridades del templo no se hacían responsables de la probable muerte del pagano que se aventurase a entrar. Dos de dichas inscripciones han sido encontradas. El primer patio interno (patio de las mujeres) contenía las cajas para los donativos destinados a cubrir los gastos que ocasionaban los servicios. A los hombres se les permitía entrar en el patio de Israel, que se encontraba más alto que el patio de las mujeres, y en la época de la fiesta de los tabernáculos podían entrar en el patio de adentro (de los sacerdotes) para circunvalar el altar. El altar era de piedra sin cortar. El plano del santuario era copia del de Salomón. Una cortina dividía el lugar santo del santuario de más adentro. Un cuarto vacío encima del lugar santo y del santuario interior alcanzaba la altura del pórtico, proporcionando de este modo un techo uniforme. Tres pisos de cuartos rodeaban los lados N, S y O. puntas de oro cubrían el techo para evitar que se asentaran las aves.

Esta magnífica estructura de oro y de piedra color crema apenas llegó a completarse cuando fue destruida por los soldados romanos en el año 70 d.C. El candelabro de oro, la mesa de la proposición y otros objetos fueron llevados a Roma.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 21:5-19

“Y como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: «De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido». Ellos le preguntaron» «Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va suceder?».

Jesús respondió: «Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: "Soy yo", y también: "El tiempo está cerca". No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin». Después les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en cielo.

Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí. Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir. Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Muchas veces escucho acerca del fin del mundo como algo violento, como un final destructivo en donde nada va a quedar en pie. También escucho acerca de que estamos viviendo el fin de los tiempos por todas las señales que se están dando: terremotos, guerras, hambre, violencia…

Todas estas cosas teniendo como fundamento las palabras de Jesús en el relato de hoy. Pero algo falta, algo muy importante, y es lo que sigue enseguida: esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí”. Todas las cosas que están pasando en el mundo no son señales de que el mundo va a terminar en una gran catástrofe, sino para que nosotros, los cristianos demos testimonio de Cristo, para que seamos luz en la oscuridad.

Pero ¿qué estamos haciendo? Estamos brillando en medio de tantas catástrofes, ¿ayudamos al que nos necesita?

Sí, es verdad que los cristianos alrededor del mundo hemos armado corporaciones que se ocupan de ayudar tanto en las guerras como en las catástrofes naturales. Incluso podemos dar una ayuda indirecta a esas corporaciones para que puedan seguir actuando. Pero esto no es lo que nos pide Jesús.

Yo te pregunto a vos ¿sos protagonista en la vida para cambiar tu entorno? ¿para ayudar a que el mundo deje de contaminarse? ¿para que no haya niños en la calle? ¿para que los jóvenes no se intoxiquen a diario con las drogas?

¿No estás haciendo nada? ¿no es tu problema?

Entonces vamos a demorar algo más de tiempo para el fin de los tiempos, porque sólo cuando todos nos involucremos y sintamos que lo que le pasa al otro tiene que ver conmigo las cosas van a comenzar a cambiar y el Reino de Dios se hará presente de manera concreta. Nosotros somos los constructores del Reino, las herramientas que Jesús eligió para cambiar el mundo, para dar testimonio de él. Nada se dará mágicamente y Dios, que creó este mundo, viendo que estaba buena su creación, no va a terminar todo con destrucción, sino con lo mismo con lo que empezó: un gran impulso de amor. Amén.

Querido Jesús, no permitas que me asuste con los apocalípticos que año a año anuncian que el mundo va a volar por los aires. Dame fuerzas, dame claridad y sabiduría para hacer de este mundo un mundo más justo, un mundo en donde reine el amor. Sé que me has elegido como una de tus herramientas y a veces me avergüenzo de no responder a la confianza que has depositado en mí. Permitime ser luz y sal, permitime dar ese testimonio que vos estás esperando de mí. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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