sábado, 10 de febrero de 2018

11 de Febrero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 32

“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada 
y cubierto su pecado.

Bienaventurado el hombre a quien mi Señor no culpa de iniquidad
y en cuyo espíritu no hay engaño.

Mientras callé, se envejecieron mis huesos 
en mi gemir todo el día,

porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; 
se volvió mi verdor en sequedades de verano.

Mi pecado te declaré 
y no encubrí mi iniquidad. 
Dije: «Confesaré mis rebeliones a mi Señor», 
y tú perdonaste la maldad de mi pecado.

Por esto orará a ti todo santo 
en el tiempo en que puedas ser hallado; 
ciertamente en la inundación de muchas aguas 
no llegarán estas a él.

Tú eres mi refugio; 
me guardarás de la angustia; 
con cánticos de liberación me rodearás.

«Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar;
sobre ti fijaré mis ojos.

No sean como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, 
que han de ser sujetados con cabestro y con freno, 
porque si no, no se acercan a ti».

Muchos dolores habrá para el impío; 
mas al que espera en mi Señor, lo rodea la misericordia.

Alégrense en mi Señor y gócense, justos; 
¡canten con júbilo todos ustedes los rectos de corazón!” Amén.

Curiosidades

¿Cómo eran las vestimentas sacerdotales en los tiempos bíblicos?

La Torá establece los vestidos específicos que deben llevar los sacerdotes israelitas al ejercer su ministerio en el Tabernáculo: « Y haréis vestidos sagrados para Aarón, vuestro hermano, para la decencia y belleza de su oficio » (Éxodo 28:2). Estos vestidos están descritos en detalle en Éxodo 28, Éxodo 39 y Levítico 8. El sumo sacerdote llevaba ocho prendas de vestir sagradas o bigdei kódesh. Cuatro de ellas eran idénticas a aquellas que portaban todos los demás sacerdotes, pero cuatro adicionales le eran propias en exclusividad. La apariencia del Sumo sacerdote de Israel presentaba atributos comparables a aquellos propios de la era realeza hebrea.
Comunes a todos los sacerdotes israelitas eran las siguientes prendas de vestir:
Mijnasáim, especie de pantalones de lino hasta las rodillas « para cubrir su desnudez » (Éxodo 28:42).
Któnet: túnica hecha de lino puro de cuerpo entero, cubriendo desde el cuello hasta los pies, con mangas hasta las muñecas. La del sumo sacerdote estaba bordada (Éxodo 28:39); las de los sacerdotes eran más sencillas (Éxodo 28:40).
Avnet (cinturón): el del sumo sacerdote era de lino sin defecto, con bordados trabajados en azul, púrpura y escarlata (Éxodo 28:39, 39:29); los de los sacerdotes eran de lino blanco retorcido. Rodeaba a la túnica.
Mitznéfet (especie de turbante, de lino): aquella del Sumo sacerdote era mayor que las portadas por los demás sacerdotes. En el caso del Sumo sacerdote el lino era enrollado para formar una especie de turbante ancho (análogo en apariencia a un actual sombrero de cocinero), con techo plano. Aquellas de los demás sacerdotes tomaban forma cónica; a cada una de ellas se la conocía como migbahat.
Tejidas de lino fino, las cuatro prendas mencionadas eran vestidas también por el Sumo sacerdote, quien, además, poseía otras cuatro que le eran reservadas en exclusividad y a las que portaba sobre las cuatro anteriores:
Me'il (manto del efod): un largo vestido sin mangas, tejido de púrpura violeta, cuyo dobladillo inferior estaba bordado con campanillas de oro, alternando con bellotas de lino y de lana, en forma de granadas, en azul, púrpura y escarlata.
Efod: un chaleco o delantal ricamente bordado, retenido por dos piedras de ónice en los hombros. Los nombres de las doce tribus de Israel estaban grabados sobre estas dos piedras, seis en cada piedra.
Jóshen (pectoral): fijado por delante del efod, estaba adornado por doce piedras preciosas, cada una, grabada con el nombre de una de las tribus israelitas. Consistía en una tableta cuadrada de oro, donde el Sumo sacerdote portaba los Urim y Tumim.
Tzitz (corona), o Nezer (lámina): placa de oro exhibiendo la inscripción "קדש ליהוה" (qodesh le-YHWH), « Consagrado al Eterno ». Estaba fijada a la parte delantera de la mitznefet por un hilo de púrpura violeta, de modo que reposaba sobre la frente del Sumo sacerdote.
https://es.wikipedia.org/wiki/Sumo_sacerdote_de_Israel

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 1:40-45

“Vino a él un leproso que, de rodillas, le dijo:
- Si quieres, puedes limpiarme.
Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano, lo tocó y le dijo:
- Quiero, sé limpio.
Tan pronto terminó de hablar, la lepra desapareció del hombre, y quedó limpio. Entonces lo despidió en seguida, y le ordenó estrictamente:
- Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos.
Pero, al salir, comenzó a publicar y a divulgar mucho el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera, en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Como cristianos vivimos entre la obediencia y la desobediencia a Dios.
Pero muchas veces en esta tensión confundimos lo importante y lo secundario. Muchas veces priorizamos los dogmas de la Iglesia por encima de las Escrituras, como si ambas fueran Palabra de Dios... no logramos discernir entre nuestros conceptos humanos y nuestras leyes y la Ley de Dios.
Jesús dejó bien claro a lo largo de su vida por la tierra que lo principal es el Amor, y cómo el amor fraterno es más importante que cualquier otra "ley".
Moisés había dejado una serie de leyes de convivencia y demás, como para ordenar y proteger a la sociedad israelita. Por esa razón, como lo muestra el texto, una persona enferma de lepra vivía aparte, porque era la única forma que encontraban de que no contagiara la enfermedad, y también, una vez sanados debían presentarse a los sacerdotes para que "oficialmente" fueran considerados sanos... como un certificado del alta hoy.
El texto hoy muestra cómo la persona sanada no cumple con la ley de Moisés, sino que en vez de presentarse en el templo, sale corriendo entre la gente contando lo que Jesús había hecho con él. Desconoce al templo como autoridad, para considerar a Jesús como La autoridad.
De la misma manera, como cristianos, anteponemos el mandato del Amor por encima de la ley del país en que vivimos, y si alguna decisión del gobierno va en contra del Amor y de la defensa de la Vida, obedecemos a Dios, a Cristo, pero a la vez desobedecemos el mandato de Dios también, de obedecer a los gobernantes como buenos cristianos.
Lo importante es lograr discernir cuál es la prioridad. Amen.

Querido Jesús, ayudame a discernir las prioridades, a obedecerte en lo esencial de tu mensaje de amor y no perderme en los detalles. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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