miércoles, 14 de febrero de 2018

18 de Febrero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 25

“A ti, mi Señor, levantaré mi alma.
Dios mío, en ti confío;
no sea yo avergonzado.
¡No se alegren de mí mis enemigos!
Ciertamente, no será confundido ninguno de cuantos esperan en ti;
serán avergonzados los que se rebelan sin causa.

Muéstrame, mi Señor, tus caminos;
enséñame tus sendas.
Encamíname en tu verdad y enséñame,
porque tú eres el Dios de mi salvación;
en ti he esperado todo el día.

Acuérdate, mi Señor, de tus piedades y de tus misericordias,
que son perpetuas.
De los pecados de mi juventud y de mis rebeliones no te acuerdes.
Conforme a tu misericordia acuérdate, mi Señor, de mí,
por tu bondad.

Bueno y recto es mi Señor;
por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.
Encaminará a los humildes en la justicia
y enseñará a los mansos su carrera.
Todas las sendas de mi Señor son misericordia y verdad
para los que guardan su pacto y sus testimonios.

Por amor de tu nombre, mi Señor,
perdonarás también mi pecado, que es grande.
¿Quién es el hombre que teme a mi Señor?
Él le enseñará el camino que ha de escoger.
Gozará él de bienestar
y su descendencia heredará la tierra.
La comunión íntima de mi Señor es con los que lo temen,
y a ellos hará conocer su pacto.
Mis ojos siempre se dirigen hacia mi Señor,
porque él saca mis pies de la red.

Mírame y ten misericordia de mí,
porque estoy solo y afligido.
Las angustias de mi corazón se han aumentado;
sácame de mis congojas.
Mira mi aflicción y mi trabajo
y perdona todos mis pecados.
Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado
y con odio violento me aborrecen.
¡Guarda mi alma y líbrame!
No sea yo avergonzado, porque en ti he confiado.
Integridad y rectitud me guarden,
porque en ti he esperado.

¡Redime, Dios, a Israel
de todas sus angustias!” Amén.

Curiosidades

¿Qué significa la palabra “arrepentimiento” en la Biblia?
En la Biblia hay por lo menos dos términos que indistintamente fueron traducidos como "arrepentimiento" de los manuscritos originales del antiguo testamento, y por lo menos otros dos términos griegos de los textos originales del Nuevo Testamento. No obstante, hay casos en los que esos términos no indican lo mismo, y hay versos que por lo tanto pueden resultar confusos para la interpretación, debido a las traducciones bíblicas que no llegan a diferenciarlos.
En el Antiguo Testamento, un término es "nacham" o "nä•kham" (נָחַם) que significa "cambiar de parecer", mientras que "shub" (שׁוּב), indica el sentido antes ya mencionado de “volverse" o "retornar” de un mal camino pecaminoso. El término "nacham" aparece unas 40 veces aproximadamente en la concordancia hebrea, mientras que "shub" aparece más de 1.056 veces en el texto original del Antiguo Testamento. El uso del término "nacham" casi en todos los casos se aplica a Dios, y no al hombre; por lo cual, cuando se llega a decir en la Biblia que Dios “se arrepintió”, el texto bíblico se refiere al cambio de parecer sobre el castigo o el mal que Dios había dispuesto, propuesto o iniciado hacia el hombre impío, a menos de que este último se arrepintiese. "Nacham" por lo tanto, se refiere a la actitud de Dios hacia el hombre en función de una relación personal o la orientación de sus caminos por los que una persona anda.
La palabra hebrea na•jám, puede significar “sentir pesar; estar de duelo; arrepentirse” (Éx 13:17; Gé 38:12; Job 42:6), y también: “consolarse” (2Sa 13:39; Eze 5:13), “liberarse” o “desembarazarse (por ej.: de los enemigos). (Isa 1:24.) Sea que se refiera a sentir pesar o a sentir consuelo, el término hebreo implica un cambio en la actitud mental o el sentir de la persona.
Por su parte, el término "shub" se refiere a cambiar una persona el rumbo de sus caminos y alejarse del pecado por el que se andaba previamente, acompañado de gran contracción. Éste es el caso de Job 42:6 donde Job escribió “Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en el polvo y en la ceniza”, y el caso de Números 23:19 donde se dice que "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta", donde el uso del término quiere decir que Dios no puede volverse de algún camino pecaminoso, dado que Dios siempre ha sido Santo y nunca ha pecado. En otras palabras, Dios, como deidad perfecta, no cambia en su naturaleza esencial (Malaquías 3:6, Hebreos 13:8), lo que cambia es la relación y la actitud de ira o misericordia, bendición o juicio que tiene hacia el hombre.
En los manuscritos originales del Nuevo Testamento, las palabras griegas traducidas como arrepentimiento son 'metanoia' (con su forma verbal 'metanoeo') y 'metamelomai'; de las cuáles metanoeo (arrepentirse) es usada predominantemente para referir un cambio moral radical en el modo de creer y en el modo de actuar. Metanoia aparece unas 22 veces, a menudo relacionado con la salvación, mientras que metanoeo aparece unas 34 veces.
En griego se usan dos verbos en conexión con el arrepentimiento: me•ta•no•é•ō y me•ta•mé•lo•mai. El primero se compone de me•tá, “después”, y no•é•ō (relacionado con nous, mente, disposición o consciencia moral), que significa “percibir; discernir; captar; darse cuenta”. Por consiguiente, el significado literal de me•ta•no•é•ō es “conocer después” (en contraste con “pre-conocer”), y se refiere a un cambio en la manera de pensar, la actitud o el propósito de una persona.
https://es.wikipedia.org/wiki/Arrepentimiento

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 1:12-15

“Luego el Espíritu lo impulsó al desierto. Y estuvo allí en el desierto cuarenta días. Era tentado por Satanás y estaba con las fieras, y los ángeles lo servían.
Después que Juan fue encarcelado, Jesús fue a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios. Decía: «El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado. ¡Arrepiéntanse y crean en el evangelio!»” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Para un equilibrio en la vida es importante apoyarse en tres patas: el diálogo con Dios, la introspección o diálogo con uno mismo, y la relación con los demás en coherencia con las dos patas anteriores, buscando mejorar el entorno.
Cada una de las patas, como he decidido denominarlas hoy, deben ser del mismo largo, no puedo dedicarle o priorizar ninguna de ellas, porque automáticamente se desequilibraría.
La oración o el diálogo con Dios, es un cable a lo trascendente, que es más fuerte y más perfecto que lo humano. En ese espacio es donde puedo soñar, puedo creer que es posible todo, si lo emprendo con la certeza de que no estoy sola, que Dios me acompaña. Con Dios me cargo las pilas, puedo se frágil y débil, compartir mis miedos y dudas, puedo descansar en la certeza de que está a mi lado y me protege.
La introspección o diálogo conmigo misma, me sincero, veo cuales son mis fortalezas y mis debilidades. Asumo que no siempre tengo ganas, que el egoísmo me absorbe y que muchas veces desearía no involucrarme en los problemas y quedarme en mi comodidad. En el diálogo conmigo misma leo, me instruyo, medito, busco, reflexiono, me fortalezco para tener claro lo que quiero y adónde voy.
La parte más complicada es la de mi compromiso con el otro, con mi prójimo, en donde seguramente muchas veces voy a chocar o incluso correr peligro si me comprometo con la vida, si lo que busco es hacer algo para mejorar el lugar en donde vivo, y que esta mejora signifique un cambio en la calidad de vida de las personas que me rodean.
El punto es que si logro el equilibrio de estas tres dimensiones, estas tres patas, mi vida realmente va a ser plena, feliz. Mi vida tendrá sentido y coherencia, sentiré la libertad que me da una fe madura en donde yo soy la artífice de mi vida, elijo lo que quiero hacer y cómo, y me hago responsable también de la sociedad que comparto con las personas que me rodean. Es verdad que seguramente esto mismo me traerá problemas, que me equivocaré también, que en ocasiones me sentiré frustrada o decepcionada, pero es parte de lo mismo, es parte de la vida.
Pero vale la pena, porque me permite ser yo misma y no parte de una masa que le es funcional a los gobernantes y los que están en el poder. Pensalo. Seguramente es la mejor propuesta que has tenido hace tiempo: no tenés que llamar a ningún número, ni participar de ningún sorteo, sólo lo tenés que comenzar a practicar como estilo de vida. Junto con Dios, claro. Amén.

Querido Jesús, ¡gracias por enseñarme lo importante que es retirarme un poco aparte antes de emprender una tarea complicada! ¡Gracias por ayudarme a percibir que si me pongo en las manos de Dios todo es más fácil! ¡Gracias por tu ejemplo de coherencia y entrega! En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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