viernes, 14 de julio de 2017

16 de Julio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 65

“Silencio habrá delante de Ti, y alabanza en Sion, oh Dios. 
A Ti se cumplirá el voto. 
¡Oh Tú, que escuchas la oración! 

Hasta Ti viene todo ser humano. 
Las iniquidades prevalecen contra mí, 
pero nuestras transgresiones Tú las perdonas. 

Cuán bienaventurado es aquel que Tú escoges, y acercas a Ti, 
para que more en Tus atrios. 
Seremos saciados con el bien de Tu casa, 
Tu santo templo.

Con grandes prodigios nos respondes en justicia, 
Oh Dios de nuestra salvación, 
Tú eres la confianza de todos los términos de la tierra
y del más lejano mar; 

El que afirma los montes con Su poder, 
ceñido de potencia; 
El que calma el rugido de los mares, 
el estruendo de las olas, 
y el tumulto de los pueblos. 
Por eso los que habitan en los confines de la tierra temen Tus obras, 
Tú haces cantar de júbilo a la aurora y al ocaso.
Tú visitas la tierra y la riegas en abundancia, 
en gran manera la enriqueces. 
El río de Dios rebosa de agua; 
Tú les preparas su grano,

porque así preparas la tierra. 
Riegas sus surcos abundantemente, 
allanas sus camellones, 
la ablandas con lluvias, 
bendices sus renuevos. 
Tú has coronado el año con Tus bienes, 
y Tus huellas destilan grasa. 
Destilan los pastos del desierto, 
y los cerros se adornan de alegría. 
Las praderas se visten de rebaños, 
y los valles se cubren de grano; 
dan voces de júbilo, sí, cantan.” Amén.

Curiosidades

¿Qué significó Herzogin Elisabeth von Rochlitz para el movimiento de la Reforma?

En la Corte de Dresden
El noviazgo entre Elizabeth y Juan se oficializo el 8 de Marzo de 1515, después de que el papa habría pasado una dispensa para su casamiento (los dos eran parientes lejanos). Elizabeth todavía vivía con la madre en Cassel. En 1516, Juan fue hasta Marburgo donde se celebraron las nupcias. Elizabeth solo paso a vivir permanentemente en la corte de Dresden en Janeiro de 1519. El casamiento se celebró el 7 de Junio de 1519 en Cassel.
Tal como a su madre, en Dresden, Elizabeth lucho constantemente por su independencia contra el duque Jorge, el Barbudo, y los oficiales de la corte. Juan, que estaba constantemente enfermo, tampoco se lograba imponerse delante de su padre dominador. El matrimonio no conseguía tener hijos y la presión de la corte para que esto sucediera llevo a que Elizabeth sufriese de insomnio crónico. Durante este período, Elizabeth mostro por primera vez a su personalidad y sus capacidades diplomáticas. Por ejemplo, consiguió que su hermano y su madre hicieran las paces cuando su madre quería que Felipe se volviese a casar después de la muerte de su esposa y este se negó a hacerlo. Elizabeth volvió a ser a mediadora entre los dos cuando volvió a haber tensión por causa de la Reforma en Hesse (su madre no quiso dejar su fe católica). Durante este período, Elizabeth también cuido del duque Mauricio da Sajonia.
Rochlitz y Schmalkalden
Cuando Juan murió el 11 de Enero de 1537, Elizabeth se mudó para Rochlitz, un distrito que había recibido por el derecho de viudez. Con todo, la corte de Sajonia no le quería dar un rendimiento independiente, lo que casi pasa por la misma situación que su madre. Sin embargo, Elizabeth consiguió evitar esta situación con la ayuda do hermano. Recibió el distrito de Rochlitz que incluía la ciudad y el castillo de Rochlitz, Mittweida y Geithain, y el distrito de Kriebstein que incluía Waldheim y Hartha. Por estas conquistas, su nombre aparece como "de Rochlitz".
Elizabeth permitió que los ciudadanos de sus territorios se convirtiesen al luteranismo a partir de 1537 mientras que el resto de Sajonia, que pertenecía a su suegro, siguió rigorosamente el catolicismo. Su hermano le envió el predicador protestante Johann Schütz en ese mismo año. Durante este período, Elizabeth se volvió consejera del príncipe-elector Mauricio de Sajonia cuando este sucedió a su padre. En Rochlitz, Elizabeth crio a su sobrina Bárbara, hija de su hermano Felipe, que sería condesa de Württemberg-Mömpelgard.
Elizabeth, princesa de Hessen y, por casamiento, princesa heredera de Sajonia ejerció un papel clave contra la oposición de su suegro, el duque Jorge, a la introducción de la Reforma Protestante en Sajonia. Ella también se empeñó en la nominación de clérigos protestantes en la región. Los monasterios permanecieron intactos.
En 1538 ella se integró a la Liga Esmalcalda, procurando por todos los medios de impedir la guerra.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Mateo 13:1-23

“Ese mismo día salió Jesús de la casa y se sentó a la orilla del mar. Y se congregaron junto a él grandes multitudes, por lo que subió a una barca y se sentó; y toda la multitud estaba de pie en la playa. Y les habló muchas cosas en parábolas, diciendo:
“El sembrador salió a sembrar; y al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en pedregales donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó porque no tenía profundidad de tierra; pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron. Y otra parte cayó en tierra buena y dio fruto, algunas semillas a ciento por uno, otras a sesenta y otras a treinta. El que tiene oídos, que oiga.”
Y acercándose los discípulos, dijeron a Jesús: “¿Por qué les hablas en parábolas?” Jesús les respondió: “Porque a ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
Y en ellos se cumple la profecía de Isaías que dice:
‘Al oír, ustedes oirán, pero no entenderán; 
y viendo verán, pero no percibirán; 
porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible, 
y con dificultad oyen con sus oídos; 
y han cerrado sus ojos; 
de otro modo, verían con los ojos, 
oirían con los oídos, 
y entenderían con el corazón, 
y se convertirían, 
y yo los sanaría.’
Pero dichosos los ojos de ustedes, porque ven, y sus oídos, porque oyen. Porque en verdad les digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; y oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.
“Ustedes, pues, escuchen la parábola del sembrador. A todo el que oye la palabra del reino y no la entiende, el maligno viene y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquél en quien se sembró la semilla junto al camino. Y aquél en quien se sembró la semilla en pedregales, éste es el que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo; pero no tiene raíz profunda en sí mismo, sino que sólo es temporal, y cuando por causa de la palabra viene la aflicción o la persecución, enseguida se aparta de ella. Y aquél en quien se sembró la semilla entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero las preocupaciones del mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto. Pero aquél en quien se sembró la semilla en tierra buena, éste es el que oye la palabra y la entiende; éste sí da fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta por uno.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

En la instalación de un pastor de nuestra Iglesia, el obispo que estaba a cargo lo instó, en su tarea pastoral, a sembrar por encima de su espalda, sin mirar para atrás. Porque si mira y no ve nada, tal vez se desanime y ya no trabaje con la misma energía como hasta el momento. Pero si mira, y ve cómo ha crecido abundantemente lo sembrado, es posible que se llene de sí mismo y crea que es “su” obra, y no de Dios. Nuestra tarea es sembrar, nada más, sin pensar en los resultados, sin esperar resultados inmediatos.
En el tiempo de la inmediatez, en el tiempo en donde los resultados son lo que cuentan para considerar que algo es exitoso, la idea de sembrar más allá del tiempo y de los rindes, es impensables.
Muchas veces, en los trabajos que emprendemos como Iglesia nos desanimamos porque nuestra cabeza está formateada con el “ya mismo” y cantidad como éxito. Nos cuesta pensar en plazos más largos, incluso que tal vez nunca veamos nosotros el resultado de nuestro esfuerzo.
En esos momentos siempre traigo el recuerdo de las mujeres que llegaron al sepulcro y encontraron la tumba vacía ¿podían sospechar que su anuncio iba a ser proclamado 2000 años después?
Seguramente ni lo pensaron. Sólo vivieron el momento, que ya era muy intenso.
Tal vez sea hora de vivir el momento, de concentrarnos en lo que pasa ahora y no de los resultados, sembrar simplemente, con la alegría de la tarea realizada, sin pensar que somos pocos o siempre los mismos. Tal vez sea el momento de abrir nuestros oídos para escuchar lo que Dios nos dice y espera de nosotros. Tal sea el momento de abrir bien nuestros ojos para no perdernos los milagros con que Dios nos bendice a diario, en vez de quejarnos por lo que nos falta o lo que no pasa. Tal vez sea hora que nos pongamos bajo la voluntad de Dios y que Él, a través de su Espíritu haga brotar el grano en el momento oportuno. Amén.

Querido Jesús, ayudame a bajar mi ansiedad, a disfrutar lo que hago ahora, lo que pasa ahora. Dame la energía y la alegría para sembrar en todo momento, sin mirar atrás, sin esperar el resultado, sin buscar ser reconocida. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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