viernes, 21 de abril de 2017

23 de Abril

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 118

“¡Aleluya!
¡Dad gracias a mi Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!

¡Diga la casa de Israel:
que es eterno su amor!
¡Diga la casa de Aarón:
que es eterno su amor!
¡Digan los que temen a mi
Señor: que es eterno su amor!

En mi angustia hacia mi Señor grité,
él me respondió y me dio respiro;
mi Señor está por mí, no tengo miedo,
¿qué puede hacerme el hombre?
Mi Señor está por mí, entre los que me ayudan,
y yo desafío a los que me odian.

Mejor es refugiarse en mi Señor
que confiar en hombre;
mejor es refugiarse en mi Señor
que confiar en magnates.

Me rodeaban todos los gentiles:
en el nombre de mi Señor los cercené;
me rodeaban, me asediaban:
en el nombre de mi Señor los cercené.

Me rodeaban como avispas,
llameaban como fuego de zarzas:
en el nombre de mi Señor los cercené.

Se me empujó, se me empujó para abatirme,
pero mi Señor vino en mi ayuda;
mi fuerza y mi cántico es mi Señor,
él ha sido para mí la salvación.

Clamor de júbilo y salvación,
en las tiendas de los justos:
«¡La diestra de mi Señor hace proezas,
excelsa la diestra de mi Señor,
la diestra de mi Señor hace proezas!»

No, no he de morir, que viviré,
y contaré las obras de mi Señor;
me castigó, me castigó mi Señor,
pero a la muerte no me entregó.

¡Ábranme las puertas de justicia,
entraré por ellas, daré gracias a mi Señor!
Aquí está la puerta de mi Señor,
por ella entran los justos.
Gracias te doy, porque me has respondido,
y has sido para mí la salvación.

La piedra que los constructores desecharon
en piedra angular se ha convertido;
esta ha sido la obra de mi Señor,
una maravilla a nuestros ojos.
¡Este es el día que mi Señor ha hecho,
exultemos y gocémonos en él!

¡Ah, mi Señor, da la salvación!
¡Ah, mi Señor, da el éxito!
¡Bendito el que viene en el nombre de mi Señor!
Desde la Casa de mi Señor los bendecimos.
Mi Señor es Dios, él nos ilumina.

¡Cierren la procesión, ramos en mano,
hasta los cuernos del altar!
Tú eres mi Dios, yo te doy gracias,
Dios mío, yo te exalto.
¡Den gracias a mi Señor,
porque es bueno, porque es eterno su amor!” Amén.

Curiosidades

¿Qué fueron las reuniones de Memmingen y qué decían los 12 artículos de Suabia?

Las tres bandas de campesinos de la Alta Suabia querían fundamentalmente mejorar sus condiciones de vida, no comenzar una guerra en gran escala. Unos 50 representantes de las tres bandas se reunieron en la ciudad libre de Memmingen, donde la burguesía simpatizaba con el campesinado. Los líderes de los campesinos, utilizando argumentos bíblicos, procuraban estructurar sus reclamaciones y hacer avanzar sus pretensiones. El 20 de marzo de 1525, luego de muchas discusiones, el abogado Wendel Hipler, “el canciller de los campesinos”, dio a conocer “los doce artículos”. Estos eran a la vez catálogo de dolencias, programa de reformas y manifiesto político. Habían sido redactados por el párroco Christoph Schappeler y el peletero Sebastian Lotzner. Siguiendo el ejemplo de los campesinos suizos, fundaron al mismo tiempo la confederación de la Alta Suabia, sentando las bases en un acta constitutiva. Las bandas se comprometían a prestarse asistencia recíproca. En un corto tiempo, se editaron y distribuyeron numerosas copias de esos documentos que buscaban una difusión, hasta entonces, inusual y rápida del movimiento en todo el sur de Alemania y el Tirol.
La negociación de los doce artículos en Memmingen fue el punto crucial y decisivo de la guerra de los campesinos. Aquí, por primera vez, se establecieron de manera consensuada y escrita las reclamaciones de los campesinos. Se enfrentaron por primera vez unificados contra las autoridades. Los levantamientos de las décadas anteriores habían fracasado, sobre todo por la dispersión de los levantamientos y la falta de apoyo mutuo. Con los “12 artículos”, la situación podía ser diferente.
https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_los_campesinos_alemanes
Éstos son los 12 artículos de Suabia en forma resumida:
1. El derecho a elegir a sus propios pastores
2. La abolición del pequeño diezmo (sobre hortalizas), pero no el diezmo grande (sobre cereales)
3. La liberación de los siervos, pues todos los seres humanos fueron redimidos por la sangre de Cristo
4. Libertad para cazar y pescar
5. El derecho de cortar leña en el bosque para consumo doméstico
6. Restricción de servicios compulsivos
7. Paga por trabajo extra, fuera de aquel que estipulaba el contrato
8. Reducción de los arriendos
9. Eliminación de castigos arbitrarios
10. Restitución de los pastos y campos que habían sido tomados a las comunas
11. Abolición de la tasa de herencia, por la cual las viudas y los huérfanos quedaban privados de su herencia
12. Todos estos artículos deberían ser examinados sobre la base de las Escrituras y los que no concordasen serían eliminados.
http://blog.ielco.org/?p=1098

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Juan 20:19-31

“Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con ustedes.» Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con ustedes.
Como el Padre me envió,
también yo los envío.»
Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Reciban el Espíritu Santo.
A quienes perdonen los pecados,
les quedan perdonados;
a quienes se los retengan,
les quedan retenidos.»
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.» Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con ustedes.» Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.» Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío.» Le dice Jesús:
«Porque me has visto has creído.
Dichosos los que no han visto y han creído.»
Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida en su nombre.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

El perdón es la clave de una vida en paz.
¿Por qué digo esto?
Porque mientras que guardamos algo en nuestro corazón, no logramos estar verdaderamente en paz. Hay una intranquilidad, aunque sea en el fondo, tal vez casi olvidado, pero está, carcomiendo nuestro corazón, esperando pacientemente a surgir en el momento menos esperado.
Hay que perdonar, siempre… pero no esto no es tan fácil…
En principio lo primero que tenemos que comprender es que cuando perdonamos no estamos beneficiando a quien nos hizo daño, consciente o inconscientemente, sino que somos nosotros mismos los primeros que ganamos.
El rencor, el resentimiento, ata, nos esclaviza, no permite que vivamos en plenitud, porque nuestra mente no deja de pensar en la persona que nos dañó. Todo el tiempo estamos pendientes, viendo (según nuestra visión distorsionada) como disfruta sádicamente de hacer maldades. También ocupamos nuestro tiempo, atentos en ver la oportunidad de devolver el daño recibido, lo que nos convierte lentamente seres vengativos, que no nos sirve para nada.
Una vez que logramos perdonar, todos esos sentimientos y pensamientos se disipan, y se transforman positivamente. Es entonces que encontramos la paz, que nace de adentro y se expresa o manifiesta hacia afuera. Ahí se entiende esto de atar/retener y desatar/soltar que Jesús habla.
Jesús vino al mundo para mejorar nuestra calidad de vida, para mostrarnos que es posible vivir de otra manera, pero depende de cada uno de nosotros, de cómo la encaramos y de qué cosas nos hacemos cargo, que son nuestra responsabilidad. Está en tus manos, está en mis manos. Amén.

Querido Jesús, quiero vivir en tu paz, pero necesito saber perdonar, ayúdame a hacerlo, a dejar de lado mis rencores y resentimientos, te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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