viernes, 22 de julio de 2016

24 de Julio

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 138

“Te doy gracias, mi Señor, de todo corazón,
pues tú has escuchado las palabras de mi boca.
En presencia de los ángeles salmodio para ti,
hacia tu santo Templo me prosterno.

Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad,
pues tu promesa ha superado tu renombre.
El día en que grité, tú me escuchaste,
aumentaste la fuerza en mi alma.

Te dan gracias, mi Señor, todos los reyes de la tierra,
porque oyen las promesas de tu boca;
y cantan los caminos de mi Señor:
‘¡Qué grande la gloria de mi Señor!
¡Excelso es mi Señor, y ve al humilde,
al soberbio le conoce desde lejos!’

Si ando en medio de angustias, tú me das la vida,
frente a la furia de mis enemigos, extiendes tú la mano
y tu diestra me salva:
Mi Señor lo acabará todo por mí.
¡Oh mi Señor, es eterno tu amor,
no dejes la obra de tus manos! Amén.

Curiosidades

¿Quién fue Juan Calvino?
Nació el 10 de Julio de 1509 en Noyon, cerca de Amiens, Francia. Estudió en Paris en donde conoció el Humanismo y a los Reformadores Wyclif, Huss y Lutero. Se recibió de Maestro en Artes y luego siguió estudios de jurisprudencia, llegando a recibirse de abogado en 1530, profesión que nunca practicó. En 1534 abandonó la Iglesia Romana para seguir el camino de los protestantes, como el rey Francisco había decidido terminar con la tolerancia religiosa, se vio obligado a exiliarse en la ciudad de Basilea.
La obra incompleta que Zwinglio había dejado, fue terminada por Calvino. Él no fue conocido por sus ideas innovadoras sino por haber fortificado y organizado la Iglesia Evangélica bajo el punto de vista de la doctrina y la constitución. Fue muy influyente en Ginebra no sólo en la vida religiosa y eclesiástica, sino también en la civil. Obligó al gobierno a actuar contra toda clase de falta moral, el juego y el lujo. Su objetivo fue hacer de Ginebra la ciudad de Dios, creo un reglamento eclesiástico y un código civil, y modificó la administración y constitución de la ciudad.
Su obra principal es la Institución Cristiana, la cual fue modificando a lo largo de su vida. Calvino se inspiró en Melanchthon, Bucero y Zwinglio, y sobre esta base creó una obra totalmente nueva. Es fundador de la rama del Protestantismo que más se distingue de la Iglesia Católico Romana.
Calvino falleció el 27 de Mayo de 1564, a los 55 años.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 11:1-13

"Y sucedió que, estando él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: ‘Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos.’ El les dijo: "Cuando oren, digan:
Padre, santificado sea tu Nombre,
venga tu Reino,
danos cada día nuestro pan cotidiano,
y perdónanos nuestros pecados
porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe,
y no nos dejes caer en tentación.’
Les dijo también: ‘Si uno de ustedes tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: ‘Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle’, y aquél, desde dentro, le responde: ‘No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos’, les aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su impertinencia, y le dará cuanto necesite.’
Yo les digo: "Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre ustedes que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, ustedes, siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!’” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Es curioso porque es común decir “y… no queda más que orar” cuando una situación parece irreversible, o se cree que lo que se espera es imposible. Esto puede ser ante una enfermedad grave, una operación complicada, una situación económica o laboral compleja…
Es como que la oración es un recurso que utilizamos como última instancia, y no como una forma de comunicarnos con Dios.
Cuando Jesús les enseño el Padrenuestro a sus discípulos, fue porque ellos siempre lo veían orar, diariamente, en soledad, pero también porque otros grupos con líderes espirituales tenían su oración particular.
Si miramos las partes del Padrenuestro nos damos cuenta que es para repetirlo diariamente porque habla del “pan cotidiano”, del perdón, de “caer en tentación”. Son los temas del día a día, nuestras necesidades, peligros y temores. Al mismo tiempo nos plantea una relación con Dios que debemos cultivar.
Para reforzar esta idea Jesús da el ejemplo de la relación padre/hijo, lo que pide el hijo y lo que le da el padre, como algo natural producto del amor entre ambos.
Lo interesante es esto de las necesidades cotidianas, que tantas veces nos parecen obvias, naturales, como algo que no hace falta pedirle a Dios o agradecerle…
La oración nos mejora el día a día.
No es lo mismo comenzar nuestro día de trabajo pidiéndole a Dios que nos acompañe en cada momento, o en la noche agradecerle por un día de trabajo y un descanso reparador. Orar antes de comer me permite tomar conciencia de que Dios me da todo lo que necesito y agradecer por ello, a la vez acordarme de aquellas personas que no tienen una vida tan bendecida como la mía.
Así como debo cultivar la relación con mi familia y mis amistades para exista dicha relación. Así como debo dar de mi tiempo y dedicación a mi familia y amigos, si quiero generar el vínculo. De la misma manera es importante que cada día hable con Dios, le agradezca y le pida, le hable de mis preocupaciones y mis alegrías. Así, cuando llegue la hora de los “imposibles” no los sienta de esa manera y nunca más diga “y… no queda más que orar”. Amén.

Querido Jesús, una vez vos les enseñaste a tus discípulos la importancia de la oración. Ayudame a hablar con vos cada día, cuando siento que te necesito y cuando solamente quiero charlar con vos sobre mi vida, como con un amigo, una amiga. Cuanto te agradezco por esta oportunidad que me das. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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