viernes, 30 de octubre de 2015

1 de Noviembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 18:1-19.43-50

“Te amo, mi Señor, fortaleza mía.
Mi Señor, roca mía y castillo mío, mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
mi escudo y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
Invocaré a mi Señor, quien es digno de ser alabado,
y seré salvo de mis enemigo.

Me rodearon los lazos de la muerte
y los torrentes de la destrucción me atemorizaron.
Los lazos del seol me han rodeado,
me tendieron redes de muerte.

En mi angustia invoqué a mi Señor
y clamé a mi Dios.
Él oyó mi voz desde su Templo
y mi clamor llegó hasta sus oídos.

La tierra fue conmovida y tembló;
se conmovieron los cimientos de los montes
y se estremecieron, porque se indignó él.
Humo subió de su nariz
y de su boca fuego consumidor;
carbones fueron por él encendidos.
Inclinó los cielos y descendió,
y había densas tinieblas debajo de sus pies.
Cabalgó sobre un querubín y voló;
voló sobre las alas del viento.
Puso tinieblas por su escondite, por cortina suya a su alrededor;
oscuridad de aguas, nubes de los cielos.
Por el resplandor de su presencia, pasaron sus nubes:
granizo y carbones ardientes.
Tronó en los cielos mi Señor,
el Altísimo dio su voz:
granizo y carbones de fuego.
Envió sus saetas y los dispersó;
lanzó relámpagos y los destruyó.
Entonces aparecieron los abismos de las aguas
y quedaron al descubierto los cimientos del mundo:
a tu reprensión, mi Señor,
por el soplo del aliento de tu nariz.
Envió desde lo alto y me tomó,
me sacó de las muchas aguas.
Me libró de mi poderoso enemigo
y de los que me aborrecían, pues eran más fuertes que yo.
Me asaltaron en el día de mi desgracia,
pero mi Señor fue mi apoyo.
Me sacó a lugar espacioso;
me libró, porque se agradó de mí…

… Me has librado de las contiendas del pueblo;
me has hecho cabeza de las naciones;
pueblo que yo no conocía me sirvió.
Al oír de mí, me obedecieron;
los hijos de extraños se sometieron a mí.
Los extraños se debilitaron
y salieron temblando de sus encierros.

¡Viva mi Señor y bendita sea mi roca!
Y enaltecido sea el Dios de mi salvación,
el Dios que venga mis agravios
y somete pueblos debajo de mí,
el que me libra de mis enemigos
e incluso me eleva sobre los que se levantan contra mí.
Me libraste de hombre violento.

Por tanto yo te confesaré entre las naciones, mi Señor,
y cantaré a tu nombre.
Grandes triunfos da a su rey
y hace misericordia a su ungido,
a David y a su descendencia para siempre.” Amén.

Curiosidades

¿Qué es el amor fraternal?
El griego filadelfia significa, no amor semejante al de hermano, figuradamente, sino el amor de los que están unidos en la hermandad cristiana. Fuera de los escritos cristianos la palabra filadelfia se usa únicamente con referencia a hombres de descendencia común. En el AT “hermano”, igual que “prójimo”, significaba conciudadano israelita”. Jesús amplió la base del amor entre los seres humanos, pero al mismo tiempo, al decir que sus seguidores eran “suyos” y que eran hermanos y hermanas los unos de los otros, y al imponer el mandamiento joanino de que se amaran los unos a los otros, estableció el amor especial para con las y los demás cristianos tal como lo describe el vocablo filadelfia.
Esto se deja ver en la vida comunitaria de la iglesia. Es obra del amor de Cristo, que es natural que se desarrolle entre cristianos y cristianas pero que debe aumentar y profundizarse a fin de que sea perdurable, genuino, y sincero. Se deja ver en un común modo de pensar y de vivir, especialmente en la hospitalidad y la ayuda a los cristianos y cristianas necesitadas. Es demostración, tanto para las y los cristianos mismos, como para el mundo, de la genuinidad de su fe.
Por definición filadelfia es algo que puede darse fuera de la “familia de la fe”, pero está asociado con la idea de honrar y hacer el bien a todos y todas. Lo opuesto no es el exclusivismo ni la indiferencia para con los y las que están afuera, sino el amor de Cristo que constriñe, divide y que aún no ha sido consumado.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.51-52)

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 12:28-34

“Acercándose uno de los escribas, que los había oído discutir y sabía que les había respondido bien, le preguntó:
—¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
Jesús le respondió:
—El primero de todos los mandamiento es: “Oye, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.” Éste es el principal mandamiento. El segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No hay otro mandamiento mayor que estos.
Entonces el escriba le dijo:
—Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios y no hay otro fuera de él; y amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.
Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo:
—No estás lejos del reino de Dios.
Y ya nadie se atrevía a preguntarle.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hay una canción de Silvio Rodríguez que dice:
“Debes amar la arcilla que va en tus manos,
debes amar su arena hasta la locura,
y si no, no la emprendas que será en vano.
Sólo el amor alumbra lo que perdura,
sólo el amor convierte en milagro el barro.”
El amor como el motor de todo, de lo que hacemos, de nuestras relaciones, de nuestras sanaciones, de los milagros.
Es lo que llamamos: la ley del amor, que es dinámica, que va hacia Dios, hacia toda persona y hacia nosotros mismos. Sin una de las partes no s completa, no termina de cumplirse.
Emprender las cosas con amor, relacionarnos con las personas con amor y valorarnos, amarnos y respetarnos a nosotros mismos, como un estilo de vida, una forma de encarar todo en nuestra vida. Es una enseñanza de Jesús, pero de la que se habla desde la psicología, la ecología, y tantos otros espacios tan apreciados hoy día como el cuidado integral, como una forma de terminar con el sistema de muerte que hoy reina en nuestro planeta. Producto humano, pero que está terminando no sólo con la humanidad, sino con toda vida.
Amar y creer que el amor tiene el poder de transformar como parte de lo mismo, porque creer que es posible es lo que nos da la fuerza para encarar a veces tareas que parecerían imposibles, por eso de “sólo el amor convierte en milagro el barro”.
Es lo que creen aquellas personas que trabajar con las problemáticas del alcohol, la droga, la violencia, y tantos otros flagelos que son producto, justamente, de la falta de amor.
La Biblia dice que Dios es amor y donde hay amor ahí está Dios. Dios está presente en todo milagro, en toda transformación desde el amor, incluso cuando no se lo nombra o se lo invoca. El amor es la base para la construcción del Reino, y cada uno de nosotros somos parte importante, cada uno con su pequeño grano de arena, de amor y compromiso. Amén.

Querido Jesús, yo sé que el amor es lo más importante en la vida, que sin amor incluso un bebé puede morir. Sé también que hay personas más fáciles de amar y causas más fáciles de amar también. Pero tengo que aprender a quienes es difícil hacerlo y apoyar causas que defienden la vida de quienes considero símbolo de muerte. Ayudame a aprender a amar incluso a quienes me cuesta, ayudame también a amarme a mí misma, respetarme y poner mis límites. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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