viernes, 11 de febrero de 2011

13 de Febrero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:


Salmo 112


“Aleluya!


Feliz el hombre que teme al Señor

y se complace en sus mandamientos.

Su descendencia será fuerte en la tierra:

la posteridad de los justos es bendecida.


En su casa habrá abundancia y riqueza,

su generosidad permanecerá para siempre.

Para los buenos brilla una luz en las tinieblas:

es el Bondadoso, el Compasivo y el Justo.


Dichoso el que se compadece y da prestado,

y administra sus negocios con rectitud.

El justo no vacilará jamás,

su recuerdo permanecerá para siempre.


No tendrá que temer malas noticias:

su corazón está firme, confiado en el Señor.

Su ánimo está seguro, y no temerá,

hasta que vea la derrota de sus enemigos.


El da abundantemente a los pobres:

su generosidad permanecerá para siempre,

y alzará su frente con dignidad.


El malvado, al verlo, se enfurece,

rechinan sus dientes y se consume;

pero la ambición de los malvados se frustrará.” Amén.


Curiosidades


¿Cómo aparece la palabra lámpara en el Nuevo Testamento?


En el Nuevo Testamento “lámpara” aparece 14 veces, en general como traducción del griego lampas, pero a veces también del griego lyjnos. Lampas se traduce, acertadamente, “antorcha” en Jn.18:3 y en Ap.8:10, “lámpara” en Hch.20:8, y también en Mt.25:1, 3-4, 7-8 y Ap.4:5 en los que sería más acertado traducir “antorcha”, como. Lyjnos se traduce “lámpara”, “luz” y “antorcha”, aunque la traducción más acertada sería “lámpara”.

La lámpara convencional se destinaba a interiores, y lo que se necesitaba en la parábola de las vírgenes, y que a veces se usa todavía en las bodas, era antorchas. Era necesario empapar en aceite los trapos que hacían de mecha. Parecería que las vírgenes insensatas carecían totalmente de aceite, y por lo tanto, cuando encendieron sus antorchas estas se apagaron inmediatamente. Las prudentes habían guardado aceite en recipientes separados, listo para usar en el momento apropiado. Parecería que la diferencia entre ellas no fue la cantidad de aceite que tenían, sino que una tenían, y otras no. Las insensatas podrían haber ido a comprar un poco si hubieran actuado con tiempo.

Lyjnos se emplea frecuentemente en sentido simbólico. Es la lámpara que hay que poner en un pedestal para iluminar toda la casa. Juan el Bautista fue “una lámpara que ardía y alumbraba”, que “vino para que diese testimonio de la luz”. Es Cristo quien es la luz. En Mt.6:22 se llama al ojo “lámpara del cuerpo”, porque recibe la luz de afuera.

Lyjnia se traduce invariablemente “candelero”, con excepción de Hch.9:2 en donde aparece como “candelero”. Las siete iglesias y los dos testigos están simbolizados por candelabros, similares a los usados en el tabernáculo.


Evangelio


Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:


Mateo 5:13-16


“Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.

Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa. Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.” Amén.


Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:


Es curioso el ejemplo que Jesús da para que nosotros, los cristianos, comprendamos nuestra misión aquí en la tierra. Habla de sal y de lámpara. Ambas cosas son necesarias, pero se puede vivir igual sin ellas. Hay personas que no pueden comer las comidas con sal, lo mismo que una vida sin una luz artificial en la noche es posible (de hecho hay mucha gente que vive en esas condiciones.

Pero ¿qué es lo que la sal hace a la comida y la lámpara en la noche? Nos mejora la vida, le da sabor, color y orientación. Tanto la sal como la luz nocturna no debe ser mucha, con un poco la cosa cambia. Cuando la disfrutamos en su justa medida casi no nos damos cuenta de ella, pero cuando nos falta ¡cómo la extrañamos!

Se puede vivir sin la sal o sin la luz de una lámpara, así como también se puede vivir una vida sin fe. Pero le falta sabor, color, sentido. La fe es el que le da el sentido a la vida y sostiene en los tiempos difíciles.

Cuando Jesús nos dice “ustedes son la sal de la tierra” o “ustedes son la luz del mundo” nos está diciendo que somos quienes hacemos que las cosas sean diferentes, con sabor, con luz. Mi pregunta entonces es ¿por qué no atraemos? ¿por qué la gente busca otras alternativa y nos dicen que la fe no sirve para nada?

La sal que no sala o la lámpara que no ilumina no sirven. Tal vez es el momento de plantearnos acerca de nuestro testimonio como cristiano, tal vez sea hora de animarnos a ser verdaderamente sal y luz, a entregarnos, disolvernos y quemarnos para que este mundo reciba lo que Cristo nos ha dejado. Que transformemos el mundo a través del amor de Dios, ese amor que no puede vivir en una persona sino que necesita ser compartida. La sal en el salero no sala, sólo sala cuando se derrama sobre la comida. La lámpara sólo ilumina cuando se enciende, cuando se quema la lama, cuando corre la electricidad, la energía, y desgasta el foco hasta quemarlo.

Es necesario darse para que el mundo cambie, necesita de nuestra entrega, de nuestro amor y desprendimiento. Sólo hay que animarse. Amén.


Querido Jesús, me llamaste a ser sal, a ser luz, pero a veces me da fiaca, no quiero esforzarme, no quiero salir de mi comodidad. Ayudame a aceptar tu desafío, a comprender que vos estás a mi lado, que me acompañás y fortalecés en todo momento. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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