Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 138
“Con todo mi
corazón Te daré gracias;
En presencia de los dioses Te cantaré alabanzas.
Me postraré hacia Tu santo templo,
En presencia de los dioses Te cantaré alabanzas.
Me postraré hacia Tu santo templo,
Y daré gracias a Tu
nombre por Tu misericordia y Tu fidelidad;
Porque has engrandecido Tu palabra conforme a todo Tu nombre.
En el día que invoqué, me respondiste;
Me hiciste valiente con fortaleza en mi alma.
Porque has engrandecido Tu palabra conforme a todo Tu nombre.
En el día que invoqué, me respondiste;
Me hiciste valiente con fortaleza en mi alma.
Todos los reyes de
la tierra Te alabarán, Señor,
Cuando hayan oído los dichos de Tu boca.
Y cantarán de los caminos del Señor,
Porque grande es la gloria del Señor.
Porque el Señor es excelso,
Y atiende al humilde,
Pero al altivo conoce de lejos.
Cuando hayan oído los dichos de Tu boca.
Y cantarán de los caminos del Señor,
Porque grande es la gloria del Señor.
Porque el Señor es excelso,
Y atiende al humilde,
Pero al altivo conoce de lejos.
Aunque yo ande en
medio de la angustia, Tú me vivificarás;
Extenderás Tu mano contra la ira de mis enemigos,
Y Tu diestra me salvará.
El Señor cumplirá Su propósito en mí;
Eterna, oh Señor, es Tu misericordia;
No abandones las obras de Tus manos.” Amén.
Extenderás Tu mano contra la ira de mis enemigos,
Y Tu diestra me salvará.
El Señor cumplirá Su propósito en mí;
Eterna, oh Señor, es Tu misericordia;
No abandones las obras de Tus manos.” Amén.
Curiosidades
Colosas era una ciudad en la provincia romana de
Asia, en el oeste de lo que ahora es Turquía asiática. Estaba situada a unos 15
km. de Laodicea en el valle de Lico, sobre la carretera principal hacia el
este. Originalmente era el punto donde se unían las grandes rutas de Sardis y
Éfeso, en un lugar fácilmente defendible y con un abundante suministro de agua.
Fue una ciudad importante en los períodos lidio y persa, pero posteriormente
declinó cuando el camino a Pérgamo que pasaba por Sardis fue desplazado más al
oeste debido a la nueva fundación de la próspera ciudad de Laodicea.
Actualmente el lugar está deshabitado; se encuentra 16 km. al este de la ciudad
de Denizli cerca de Honaz.
Esta zona fue devastada por un terremoto, que
Tácito, fecha en el año 60 d.C. no se insinúa nada de esto en la carta, por lo
que debemos suponer que fue escrita antes de que llegaran a Roma las noticias
del desastre.
El evangelio probablemente llegó a esta zona en
la época en que Pablo residía en Éfeso, tal vez por intermedio de Epafras, que
era oriundo de Colosas. Aparentemente Pablo no había visitado Colosas cuando
escribió su carta, aunque su deseo de hacerlo puede haberse cumplido más tarde.
Filemón y su esclavo Onésimo eran miembros de la primitiva iglesia de Colosas.
La mezcla de elementos judíos, griegos y frigios en la población de la ciudad
probablemente se reflejaba también dentro de la iglesia, y por ello
constituiría tierra fértil para el tipo de herejía especulativa que la epístola
de Pablo tenía por objeto contrarrestar.
Los principales problemas de la comunidad, según
la carta, fueron tres:
- Daban importancia a los poderes que esgrimía el mundo de los
espíritus, en desmedro del lugar que le correspondía a Cristo. En 2:18
habla del “culto a los ángeles”, y otras referencias a la relación de la
creación espiritual con Cristo parecen tener un sentido parecido.
- Se asignaba gran importancia al cumplimiento de las cosas externas,
tales como fiestas y ayunos, lunas nuevas y días de reposo, y
posiblemente, también, la circuncisión. El cumplimiento de estas cosas se
invocaba con orgullo como el verdadero camino de la disciplina personal y
la sujeción de la carne.
- Los falsos maestros se jactaban de poseer una filosofía superior,
cosa que se observa claramente leyendo 2:4.8.18. podemos presumir también
que Pablo, al utilizar con frecuencia los términos “conocimiento”,
“sabiduría”, “entendimiento” y “misterio”, estaba combatiendo dicha
perspectiva.
Evangelio
Desde el
interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos
sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Colosenses 2:12-14
“…habiendo sido sepultados con El en el bautismo, en el cual
también han resucitado con El por la fe en la acción del
poder de Dios, que Lo resucitó de entre los muertos.
Y cuando ustedes estaban muertos en (por causa de) sus delitos y en la incircuncisión de su carne, Dios les dio vida juntamente
con Cristo, habiéndonos perdonado
todos los delitos, habiendo
cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la
cruz.” Amén.
Los
textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos
podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
¿Qué
es la vida?
A
lo largo de los tiempos el ser humano se ha hecho esta pregunta en todas las
culturas, pueblos y civilizaciones. Filósofos de diferentes lugares en el mundo
han intentado responder, y podemos encontrar definiciones de todos los gustos y
colores.
Cuando
hago esta pregunta no pretendo entrar en esas filosofías, sino ir a lo esencial
de la vida, del sentido de la vida en lo cotidiano, en el día a día, en el
barrio…
Dios
no dio la vida en la creación y Jesucristo, vida más allá de la muerte, en su
resurrección…
Pero
¿qué significa esto en mi vida cotidiana?
La
vida no es sólo que el corazón funcione y que respire. En eso todos
coincidimos, ya que cuando una persona está enferma, agonizante, todos decimos
“esto no es vida para una persona”.
¿Qué
pretendemos de la vida?
Tener
lo suficiente para cubrir las necesidades diarias.
Pero
¿cuáles son nuestras necesidades?
Ahí
entramos en un terreno algo más difícil porque podemos hablar de necesidades
básicas: comida, vivienda, salud y educación, pero muchas personas sienten que
sus necesidades son más que eso.
Vivimos
en una sociedad de consumo que nos impone necesidades y que pretende mostrarnos
qué es “vida”: divertirse, viajar, tomar, tener, tener y tener. Muchas personas
se dejan atrapar por ese modelo y podrán decir que vida es el acceso a ese
mundo de productos interminables, en donde nos pasamos la vida trabajando para
conseguirlos.
La
vida la encontramos en la naturaleza, no sólo en las personas: en los animales,
las plantas, el aire, la lluvia, el sol… Muchas personas se sienten vivas en el
contacto diario con esa vida.
Pero
para quienes somos cristianos, vida también es compromiso de seguir las huellas
de Jesús. Vivir como él, amando y buscando el encuentro de las personas que nos
rodean. Sensibilizarnos con el que sufre buscando de alguna manera mitigar su
dolor, conmovernos con las necesidades de los más débiles y luchar contra la
injusticia y la violencia. Para los cristianos, la vida es vida con el otro,
así como Dios es Dios con nosotros, en el modelo de Jesús, Dios hecho ser
humano.
Cada
uno de nosotros somos libre, Dios nos ha creado libres, y tenemos la
oportunidad de elegir el camino que creemos nos hará más libres, felices y
plenos. Pensalo. Amén.
Querido Jesús, ¡gracias por la vida que me has
dado a partir de tu resurrección! Porque me has dado creatividad, inteligencia,
conocimiento, fuerza de voluntad e iniciativa, pero sobre todo gracias, porque
me diste tu Espíritu, que vive en mí, me sostiene, me anima y me fortalece día
a día para vivir sin temor a la muerte, a los desafíos y los peligros que se
presentan por vivir el evangelio como vos me has enseñado. En el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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