Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 25
“A ti, Señor, elevo
mi alma.
Eres mi Dios, y en ti confío;
Eres mi Dios, y en ti confío;
¡no permitas que
mis enemigos
me avergüencen y se burlen de mí!
No permitas que sean avergonzados
los que en ti ponen su esperanza;
más bien, que sean puestos en vergüenza
los que sin razón se rebelan contra ti.
me avergüencen y se burlen de mí!
No permitas que sean avergonzados
los que en ti ponen su esperanza;
más bien, que sean puestos en vergüenza
los que sin razón se rebelan contra ti.
Señor, dame a
conocer tus caminos;
¡Enséñame a seguir tus sendas!
¡Enséñame a seguir tus sendas!
Todo el día espero
en ti;
¡enséñame a caminar en tu verdad,
pues tú eres mi Dios y salvador!
Recuerda, Señor, que en todo tiempo
me has mostrado tu amor y tu misericordia.
¡enséñame a caminar en tu verdad,
pues tú eres mi Dios y salvador!
Recuerda, Señor, que en todo tiempo
me has mostrado tu amor y tu misericordia.
Tú, Señor, eres
todo bondad.
Por tu misericordia, acuérdate de mí;
pero olvídate de que en mi juventud
pequé y fui rebelde contra ti.
Por tu misericordia, acuérdate de mí;
pero olvídate de que en mi juventud
pequé y fui rebelde contra ti.
El Señor es bueno y
recto;
por eso enseña a los pecadores el camino.
por eso enseña a los pecadores el camino.
El Señor muestra su
camino a los humildes,
y los encamina en la justicia.
Misericordia y verdad son los caminos del Señor
para quienes cumplen fielmente su pacto.
y los encamina en la justicia.
Misericordia y verdad son los caminos del Señor
para quienes cumplen fielmente su pacto.
Señor, muy grande
es mi pecado,
pero haz honor a tu nombre, y perdóname.
pero haz honor a tu nombre, y perdóname.
¿Quieres tú servir
al Señor?
Él te mostrará el
mejor camino.
Te hará disfrutar de bienestar,
y tus descendientes heredarán la tierra.
Te hará disfrutar de bienestar,
y tus descendientes heredarán la tierra.
El Señor es amigo
de quienes le temen,
y confirma su pacto con ellos.
y confirma su pacto con ellos.
Señor, siempre
dirijo a ti la mirada
porque tú me libras de caer en la trampa.
Mírame, y ten compasión de mí,
pues me encuentro solo y oprimido.
porque tú me libras de caer en la trampa.
Mírame, y ten compasión de mí,
pues me encuentro solo y oprimido.
Crece en mi corazón
la angustia;
¡líbrame de esta congoja!
¡Mira cómo sufro y me esfuerzo!
¡Perdóname todos mis pecados!
¡líbrame de esta congoja!
¡Mira cómo sufro y me esfuerzo!
¡Perdóname todos mis pecados!
¡Mira cómo aumentan
mis adversarios,
y cuán grande es su odio contra mí!
¡Sálvame! ¡Protégeme!
¡No me dejes quedar en vergüenza,
pues en ti he puesto mi confianza!
¡Protege mi integridad y rectitud,
pues en ti he puesto mi esperanza!
y cuán grande es su odio contra mí!
¡Sálvame! ¡Protégeme!
¡No me dejes quedar en vergüenza,
pues en ti he puesto mi confianza!
¡Protege mi integridad y rectitud,
pues en ti he puesto mi esperanza!
¡Salva, oh Dios, a
Israel
de todas sus angustias!” Amén.
de todas sus angustias!” Amén.
Curiosidades
¿Qué significa la palabra "santo" en la Biblia cuando se refiere a las personas?
El AT aplica
la palabra “santo” a los seres humanos en virtud de su consagración a fines
religiosos, por ejemplo, a los sacerdotes consagrados por medio de ceremonias
especiales, y a toda la nación de Israel, incluso, como pueblo separado de las
naciones y consagrado a Dios. En consecuencia, fue su relación con Dios lo que
hizo que Israel fuese un pueblo santo, y en este sentido la santidad fue la más
alta expresión de la relación basada en el pacto. Este concepto no está
totalmente ausente en el NT, en 1 Co.7:14, en donde se santifica al marido no
creyente en virtud de su relación con la esposa creyente y viceversa.
Pero a medida
que avanzó el concepto de la santidad, junto con su progresiva relación de Dios,
de afuera hacia adentro, de lo ceremonial a la realidad, también adquirió
fuerte significación ética, y esta es su connotación principal en el NT. Los
profetas veterotestamentarios la proclamaron como lo más característico de la
autorrevelación divina, como el testimonio que Dios ofrece de sí mismo, y como
aspecto bajo el cual quiere que sus criaturas lo conozcan. Además, los profetas
declararon que Dios resolvió expresamente comunicar su santidad a sus
criaturas, y que, a su vez, exige santidad. Así como “yo soy santo” es la
afirmación que pone Dios inmensurablemente por encima de sus criaturas, “sean
santos” es el llamamiento divino a que sus criaturas comparten su santidad.
Este impartir de la santidad divina es lo que se produce en el alma humana con
la regeneración y se convierte en fuente y fundamento del carácter santo.
Con su vida y
su carácter Cristo es ejemplo supremo de la santidad divina. En él la santidad
consistió en algo más que una mera impecabilidad: consistió en una total
consagración a la voluntad y el propósito de Dios, y con este fin Jesús se
santificó a sí mismo. La santidad de Cristo es tanto la norma para el carácter
cristiano como su garantía: “porque el que santifica y los que son
santificados, de uno son todos”.
En el NT la
designación apostólica para los cristianos es la de santos, y esta designación
continuó usándose en sentido general por lo menos hasta los días de Ireneo y
Tertuliano, aunque posteriormente se degeneró en el uso eclesiástico hasta
convertirse en título honorífico. Aunque su significado primario era
relacional, también servía para describir el carácter semejante al de Cristo.
En todo el NT se hace incapié en la naturaleza ética de la santidad en
contraste con toda suerte de impureza. Se la representa como la suprema
vocación cristiana y como meta de su existencia.
Evangelio
Desde el
interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos
sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
1 Tesalonisenses 3:13-4:2
“… para que se fortalezca su corazón y sean
ustedes santos e irreprensibles delante de nuestro Dios y Padre, cuando venga
nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.
Por lo demás,
hermanos, les rogamos y animamos en el Señor Jesús a que cada día su
comportamiento sea más y más agradable a Dios, que es como debe ser, de acuerdo
con lo que han aprendido de nosotros. Ustedes ya conocen las instrucciones que les
dimos de parte del Señor Jesús.” Amén.
Los
textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos
podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
Por
alguna razón la palabra “santo” se ha tergiversado a lo largo de los tiempos,
de manera tal que hoy día, es sinónimo de persona que casi no vive, que no
sale, ni se divierte.
Pero
bíblicamente el concepto es otro.
Tal
vez el que en algún momento la Iglesia Romana fue haciendo categoría de
personas, naciendo así la gran cantidad de santos a los que les rinden
adoración y acuden según su necesidad. Personas que murieron mártires o que
sufrieron por su fe en Cristo.
Cuando
el apóstol Pablo de dice santos a los tesalonicenses, a lo que refiere es a que
son seguidores de Cristo, templos del Espíritu Santo. Muy lejos de ser personas
casi sin vida, son personas que viven intensamente su fe y que a través de esta
carta, Pablo las anima a que sigan en esa vida, arriesgándose a causa de su fe.
Es
verdad que aquella persona que entrega su corazón a Cristo se caracteriza por
un comportamiento agradable, no sólo a Dios, sino a la gente que la rodea,
porque el entregar el corazón a Cristo significa seguir la ley del amor, el
mandamiento principal de Jesús.
El
ser santo de ninguna manera significa dejar de ser humano, con las
imperfecciones propias de cada uno de nosotros. Cada persona tiene cualidades
positivas y negativas, y Dios nos ama y nos acepta así, con lo bueno y lo malo.
Ser
santo o formar parte de la comunión de los santos, significa buscar seguir el
camino que Jesús trazó y que tiene que ver con el compromiso, la aceptación y
la solidaridad con el otro, con quienes nos rodean y necesitan de nuestra
ayuda, de nuestros dones.
Ser
santo, lejos de ser una persona casi sin vida, es alguien con energía,
decisión, amor, compromiso, que está convencido de que a través del amor puede
cambiar el mundo que lo rodea.
Por
eso también, como dice la carta, es necesario fortalecer el corazón y que los
demás fieles oren por él que a partir de su entrega a Cristo, corre peligro.
En
los tiempos de la Iglesia primitiva, los cristianos corrían grandes riesgos, ya
que su fe en Cristo era contraria a los dictámenes del Imperio Romano. Pero
también hoy, si llevamos en serio nuestra fe, Jesucristo y su mensaje están en
contra de los poderes que ahora nos dominan. Tanto la violencia en que vivimos,
la trata y tráfico de personas, el desequilibrio ecológico, y tantas otras
cosas, están en contra del mensaje de Jesús, pero al mismo tiempo, cualquiera
que luche contra este sistema injusto corre riesgos, a veces de muerte, pero
muchas de vivir hostigado y limitado por quienes son perjudicados en esta lucha
por buscar un mundo más justo y equitativo. Quienes se animan a este desafío,
son santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre. Amén.
Querido
Jesús, hoy te quiero pedir perdón. Perdón porque no siempre me animo a vivir mi
fe en el compromiso que requiere. Perdón porque al ver todo el trabajo que hay
por hacer, me da fiaca y finalmente no hago nada, sólo critico la realidad,
pero no hago nada por cambiarla. Perdón porque soy egoísta y como no padezco
directamente la injusticia y el hambre, permanezco en la inercia de una
sociedad que cada día se aleja más de vos. Te lo pido en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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