Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 126
“Cuando el Señor
nos haga volver a Sión,
nos parecerá estar soñando.
Nuestra boca se llenará de risa;
nuestra lengua rebosará de alabanzas.
nos parecerá estar soñando.
Nuestra boca se llenará de risa;
nuestra lengua rebosará de alabanzas.
Entonces las
naciones dirán:
«¡El Señor ha hecho grandes cosas por éstos!»
Sí, el Señor hará grandes cosas por nosotros,
y eso nos llenará de alegría.
«¡El Señor ha hecho grandes cosas por éstos!»
Sí, el Señor hará grandes cosas por nosotros,
y eso nos llenará de alegría.
Señor, ¡haz que
volvamos de nuestra cautividad,
y que corramos libres como los arroyos del desierto!
¡Haz que los que siembran con lágrimas
cosechen entre gritos de alegría!
y que corramos libres como los arroyos del desierto!
¡Haz que los que siembran con lágrimas
cosechen entre gritos de alegría!
¡Que los que entre
sollozos esparzan la semilla,
vuelvan alegres trayendo sus gavillas!” Amén.
vuelvan alegres trayendo sus gavillas!” Amén.
Curiosidades
¿Quién era Timoteo?
Timoteo era hijo de un matrimonio mixto; la madre
que lo instruyó en las Escrituras, era judía, y el padre, griego. Era nativo de
Listra. No se especifica cuándo se hizo cristiano, pero resulta razonable
inferir que fue convertido por Pablo en su primer viaje misionero, en el que
estaba incluida Listra, y que en esa ocasión fue testigo de los sufrimientos de
Pablo.
El apóstol sentía gran simpatía para con el joven
Timoteo, y aún cuando hacía poco que había reemplazado a Bernabé por Silas como
compañero de viaje, agregó a Timoteo a la partida, quizá como sustituto de Juan
Marcos. Esta elección parece haber sido apoyada por otros, porque más tarde Pablo
se refiere a las manifestaciones proféticas que confirmaron que Timoteo debía
ser apartado para esta obra. Es ese momento habría recibido una dotación
especial para su misión, comunicada mediante la imposición de manos de los
ancianos y Pablo. Para aquietar cualquier oposición innecesaria por parte de
los judíos del lugar, Timoteo fue circuncidado antes de iniciar sus viajes.
Primeramente se le
encomendó una misión especial en Tesalónica, con el fin de alentar a los
cristianos que estaban siendo perseguidos. Se lo asocia con Pablo y Silvano en
los saludos en las dos epístolas enviadas a aquella iglesia, y estuvo presente
con Pablo durante su misión de predicación en Corinto. Timoteo era de carácter
tímido, evidentemente, porque Pablo insta a los corintios a que contribuyan a
que se sienta cómodo y a no despreciarlo. Por la situación que se suscitó en
Corinto se ve que la misión de Timoteo no tuvo éxito, y resulta significativo
que, aun cuando su nombre estaba asociado con el de Pablo en los saludos de esta
epístola, es Tito y no Timoteo el que ocupa el lugar de delegado apostólico.
Acompañó a Pablo en el otro viaje a Corinto, porque estaba con él como
colaborador cuando se escribió la epístola a los Romanos.
Timoteo también fue en
el viaje de Pablo a Jerusalén con la ofrenda, y se lo vuelve a mencionar cuando
Pablo, ya prisionero, escribió a los colosenses, a Filemón y a los filipenses.
En esta última es calurosamente elogiado, y Pablo se propone mandarlo pronto a
visitarlos, con el fin de asegurarse de su bienestar espiritual. Cuando el
apóstol fue liberado de la prisión y encaró nuevas actividades misioneras en el
E., como lo indican las epístolas pastorales, parecería que dejó a Timoteo en
Éfeso y le encomendó que se ocupara de los falsos maestros y supervisara el
culto público y la designación de autoridades en la iglesia.
Era un hombre
afectuoso pero muy temeroso, que necesitó más de una admonición de parte de su
padre espiritual; se le advierte que no debe dar lugar a los deseos juveniles,
y que no debe avergonzarse del evangelio. Ninguno de los otros compañeros de
Pablo es elogiado tan calurosamente por su lealtad.
Evangelio
Desde el
interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos
sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Filipenses 1:1-11
“Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús
que están en Filipos, junto con los obispos y diáconos: Gracia y paz
reciban ustedes de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes. En todas mis
oraciones siempre ruego con gozo por todos ustedes, por su comunión en el
evangelio, desde el primer día hasta ahora. Estoy persuadido de que el que
comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo. Es justo que yo sienta esto por todos ustedes, porque los
llevo en el corazón. Tanto en mis prisiones como en la defensa y confirmación
del evangelio, todos ustedes participan conmigo de la gracia. Porque Dios
me es testigo de cuánto los amo a todos ustedes con el entrañable amor de
Jesucristo. Y esto le pido en oración: que el amor de ustedes abunde aún
más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprueben lo mejor, a
fin de que sean sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de
los frutos de justicia que vienen por medio de Jesucristo, para gloria y
alabanza de Dios.” Amén.
Los
textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos
podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
Agradecer
y pedir a Dios por los amigos, por aquellos con los que compartimos la fe es
una particularidad de los cristianos. Desde un principio nos concebimos como
una comunidad extendida que se preocupa por los demás, sobre todo cuando esos
hermanos y hermanas están sufriendo o tienen una misión desafiante por delante.
Hay
algo muy interesante en esta carta de Pablo a los filipenses, y es que él
agradecer y pide por sus compañeros no desde el bienestar y la tranquilidad,
sino desde la cárcel, desde la soledad y la incertidumbre.
Hay
algo que es bien típico del ser humano: cuando estamos en problemas nos cuesta
ver más allá de nuestras narices. Nos concentramos en nuestra tristeza, nuestra
aflicción y no logramos ver al otro y por lo que también está pasando.
En
este sentido Pablo nos abre una puerta bien interesante en lo que respecta al
amor cristiano, algo que ya el mismo Jesús hizo momentos antes de ser
entregado, orar por sus amigos en medio de las dificultades, pensar qué será de
ellos sin su compañía.
Si
cada uno de nosotros lograra salir de su egocentrismo para pensar en el otro,
muchas cosas serían diferentes, muchas cosas cambiarían diametralmente.
Te
invito a que salgas de vos mismo, de tus problemas y preocupaciones, para
pensar y ayudar al otro, que también tiene problemas. Te invito a que dejes de
mirarte el ombligo y que junto a las personas que te rodean encuentres la
fortaleza a partir de las debilidades de todos.
Una
de las cosas que siempre digo es que la iglesia, la comunidad cristiana es el
primer grupo de autoayuda de la historia, después surgieron Alcohólicos
Anónimos, Alanón, Alco, y tantos otros grupos en donde personas con los mismos
problemas, se apoyan y acompañan en su debilidad.
Hay
un ejemplo que se utiliza para mostrar el valor del sistema cooperativo: de un
manojo de ramitas se quiebran algunas para mostrar así su fragilidad, y luego
se las junta a todas y se las trata de quebrar y no se logra, porque “la unión
hace la fuerza”. Esto mismo es lo que como cristianos vivimos en comunidad. Una
experiencia maravillosa, que no sólo te hace feliz porque la gente te acompaña
en tus problemas, sino que uno descubre la alegría de acompañar al otro. Está
en tus manos el cambiar una vida para vos mismo, o compartida con los demás. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario