Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 93
“¡El Señor reina!
¡El Señor se ha vestido de magnificencia!
¡El Señor se ha revestido de gran poder!
¡El Señor afirmó el mundo, y éste no se moverá!
Su trono es firme desde el principio.
¡El Señor es el Rey eterno!
¡El Señor se ha vestido de magnificencia!
¡El Señor se ha revestido de gran poder!
¡El Señor afirmó el mundo, y éste no se moverá!
Su trono es firme desde el principio.
¡El Señor es el Rey eterno!
Los ríos levantaron,
Señor;
los ríos levantaron su voz;
los ríos levantaron sus olas.
Tú, Señor, en las alturas,
los ríos levantaron su voz;
los ríos levantaron sus olas.
Tú, Señor, en las alturas,
eres más poderoso
que el estruendo de los mares;
¡más poderoso que las fieras olas del mar!
¡más poderoso que las fieras olas del mar!
Tus testimonios,
Señor, permanecen firmes;
la santidad es el adorno de tu templo,
por siempre y para siempre.” Amén.
la santidad es el adorno de tu templo,
por siempre y para siempre.” Amén.
Curiosidades
¿Qué era el
pretorio?
La palabra originalmente señalaba
la sede del pretor o del general en el campamento, pero más tarde se aplicó a
la residencia oficial del gobernador provincial. El término se usa en los
Evangelios para referirse a la residencia temporaria del procurador en
Jerusalén durante su estadía en esa ciudad. En este edificio se realizó el
juicio de Jesús ante Pilato (Mt. 27:27; Mr. 15:16; Jn. 18:28, 33; 19:9). No hay
certeza si este lugar fue el palacio de Herodes, ubicado donde ahora está la
ciudadela, en la parte oeste de Jerusalén; o si fue en la Torre Antonia, o
fortaleza construida también por él, al norte del templo.
El Pretorio de Hch. 23:35 se refiere al magnífico palacio de
Herodes, en Cesarea, que era la residencia oficial de los procuradores de
Palestina (6-41 d.C. y 44-66 d.C.). En Filipenses 1:13 se usa también la misma
palabra griega, pero su significado es discutido. Si la epístola a los
Filipenses fue escrita desde Roma, como es lo más probable, no se puede referir
a un palacio, que en Roma no se llamaba "pretorio", sino a la
"guardia pretoriana" o al tribunal de justicia, que en ambos casos se
designaban con el término praitorion. Esta guardia estaba formada por un grupo
de soldados que asistía al emperador y a los miembros de su familia en Roma y
fuera de ella. En tiempos de Pablo constaba de 10 compañías de 500 soldados
cada una, y estaba a las órdenes de un tribuno. Estos guardias servían durante
16 años y recibían el triple del pago que se daba a los legionarios; su
campamento estaba en las afueras de la ciudad.
Evangelio
Desde
el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos
sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Juan 18:33-37
“Pilato volvió a
entrar en el pretorio; llamó entonces a Jesús, y le preguntó: «¿Eres tú el Rey
de los judíos?» Jesús le
respondió: «¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?» Pilato le respondió: «¿Soy yo acaso judío? Tu
nación, y los principales sacerdotes, te han puesto en mis manos. ¿Qué has
hecho?» Respondió Jesús: «Mi
reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores
lucharían para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de
aquí.» Le dijo entonces
Pilato: «¿Así que tú eres rey?» Respondió Jesús: «Tú dices que yo soy rey. Yo
para esto he nacido, y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la
verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.»” Amén.
Los
textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos
podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
Una
de las cosas más difíciles desde los primeros tiempos fue la de entender a qué
Reino pertenecemos como cristianos y qué implicancia política tiene esto. Incluso
para los mismos cristianos.
Cuando
los seguidores de Jesús eran perseguidos y minoría absoluta, el pertenecer a
este Reino y obedecer al Señor de los Cielos, significaba también estar en
contra del imperio, ya que el César exigía sumisión y adoración como hijo de
Dios. Los cristianos estaban en contra del sistema imperial.
Una
vez que el emperador Constantino se convierte a la fe cristiana, la religión
pasa a estar del lado del poder y esto, de alguna manera complicó las cosas, y
de alguna manera, la perjudicó también.
Así
es que comienza una larga historia en donde el cristianismo vive un constante
vaivén entre el poder y la denuncia profética, como un movimiento pendular en
el aún hoy se encuentra.
Si
tengo que dar mi opinión personal acerca de este tema, yo estoy convencida de
que de ninguna manera la Iglesia y el poder pueden ir juntos. Porque la Iglesia
pierde su voz profética y justifica y apaña en el nombre se Cristo sus
“movidas” y “trenzas”, y eso no tiene nada que ver con el Evangelio.
Si
pensamos en Jesús y lo que lo llevó a la cruz, no hay dudas de que su constante
denuncia hacia las estructuras de poder fueron las razones, pero encubiertas
bajo el argumento que Jesús era un atrevido que se adjudicaba ser Hijo de Dios.
¿A
qué Reino pertenecemos los cristianos? A ese reino sin fronteras en donde todos
somos hijos e hijas de Dios que nos debemos aceptar y amar por encima de
nuestras diferencias, en donde no podemos permitir que haya personas que sufran
hambre, violencia e injusticia. Como cristianos somos llamados a levantar
nuestra voz en defensa de los derechos humanos, de la ecología, de la libertad
incluso de credos.
Los
cristianos formamos parte de un Reino que abarca todos los países del mundo, en
donde respetamos a las autoridades y sus decisiones en la medida que sean
justos y honestos, pero que denunciamos y le ponemos palos en la rueda, si son
corruptos y absolutistas. Somos de este mundo, pero obedecemos a un Soberano
que gobierna el universo con su amor y su justicia, y esa obediencia está por
encima de cualquier ley humana.
Por
eso es que los cristianos somos los mejores ciudadanos, si seguimos el camino
de Jesús, pero también los opositores más firmes a cualquier sistema de muerte.
Amén.
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