Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 16
“Cuídame, oh Dios,
porque en ti confío.
Yo declaro, Señor, que tú eres mi dueño;
que sin ti no tengo ningún bien.
Poderosos son los dioses del país,
según todos los que en ellos se complacen.
Yo declaro, Señor, que tú eres mi dueño;
que sin ti no tengo ningún bien.
Poderosos son los dioses del país,
según todos los que en ellos se complacen.
¡Pero grandes
dolores esperan a sus seguidores!
¡Jamás derramaré ante ellos ofrendas de sangre,
ni mis labios pronunciarán sus nombres!
¡Jamás derramaré ante ellos ofrendas de sangre,
ni mis labios pronunciarán sus nombres!
Tú, Señor, eres mi
copa y mi herencia;
tú eres quien me sostiene.
Por suerte recibí una bella herencia;
hermosa es la heredad que me asignaste.
tú eres quien me sostiene.
Por suerte recibí una bella herencia;
hermosa es la heredad que me asignaste.
Por eso te bendigo,
Señor,
pues siempre me aconsejas,
y aun de noche me reprendes.
Todo el tiempo pienso en ti, Señor;
contigo a mi derecha, jamás caeré.
pues siempre me aconsejas,
y aun de noche me reprendes.
Todo el tiempo pienso en ti, Señor;
contigo a mi derecha, jamás caeré.
Gran regocijo hay
en mi corazón y en mi alma;
todo mi ser siente una gran confianza,
porque no me abandonarás en el sepulcro,
¡no dejarás que sufra corrupción quien te es fiel.
Tú me enseñas el camino de la vida;
con tu presencia me llenas de alegría;
¡estando a tu lado seré siempre dichoso!” Amén.
todo mi ser siente una gran confianza,
porque no me abandonarás en el sepulcro,
¡no dejarás que sufra corrupción quien te es fiel.
Tú me enseñas el camino de la vida;
con tu presencia me llenas de alegría;
¡estando a tu lado seré siempre dichoso!” Amén.
Curiosidades
¿Qué importancia
tenía la higuera en la vida de los israelitas?
La higuera es
originaria de Asia menor y la región oriental del Mediterráneo, y es un árbol
que crece hasta 11 m de altura, aunque a menudo se forma como un arbusto de
varios tallos en los lugares rocosos. En épocas primitivas se empezó a cultivar
en Palestina, como la vid y el olivo; los tres se asocian en las promesas de
prosperidad como también en advertencias proféticas. A menudo se planta la
higuera junto a la vid, de modo que sus ramas y el follaje de la vid hicieron
surgir la conocida expresión “cada uno debajo de su parra y debajo de su
higuera”, como símbolo de bienestar y prosperidad continuada.
La
improductividad o la destrucción de estos árboles de crecimiento lento, que
requieren años de paciente labor, se consideraba una calamidad nacional,
mientras que la productividad era símbolo de paz y favor divino. Frecuentemente
se mencionan los higos junto con la vid, la palmera, y la granada, y su
ausencia formaba parte de la queja de los israelitas.
Se dice que Adán
y Eva se vistieron con delantales hechos con las anchas hojas de la higuera, y
en oriente todavía se cosen las hojas de parra para envolver la fruta fresca
que se envía al mercado, donde constituyen un valioso producto comercial. Se
preparaba un excelente alimento con masa o tortas de higos secos, que era fácil
de llevar y constituía un regalo aceptable. Isaías recetó “masa de higos” para
curar la llaga de Ezequías.
La higuera ha
inspirado numerosos símiles, metáforas y proverbios. En épocas helenísticas los
higos adquirieron tal importancia para la economía nacional que los griegos
promulgaron leyes especiales para su exportación.
Evangelio
Desde
el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos
sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Marcos
13:21-33
“Así que si alguien les dice: “¡Miren, aquí está el Cristo!”; o “¡Miren,
allí está!”, no le crean. Porque surgirán falsos cristos y falsos
profetas, y harán señales y prodigios para engañar, de ser posible, incluso a
los elegidos. Pero ustedes, tengan cuidado. Ya los he prevenido de todo.
»En aquellos días, después de esa gran aflicción, sucederá que el sol se
oscurecerá y la luna dejará de brillar; las estrellas caerán del
cielo y los poderes celestiales se estremecerán. Entonces verán al
Hijo del Hombre venir en las nubes con gran poder y gloria, y él
enviará a sus ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, desde
los extremos de la tierra hasta los extremos del cielo.
»De la higuera deben aprender esta parábola: Cuando sus ramas se ponen
tiernas, y le brotan las hojas, ustedes saben que el verano ya está
cerca. De la misma manera, cuando ustedes vean que todo esto sucede, sepan
que la hora ya está cerca, y que está a la puerta. De cierto les digo que
todo esto sucederá antes de que pase esta generación. El cielo y la tierra
pasarán, pero mis palabras no pasarán.
»En cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el
cielo, ni el Hijo. Sólo el Padre lo sabe. Pero ustedes, presten atención y
manténganse atentos, porque no saben cuándo llegará el momento.” Amén.
Los
textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos
podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
A
lo largo de la historia de la humanidad muchos han anunciado el fin del mundo
hasta con fecha y horario… y aquí seguimos…
Para
este año muchas personas están esperando ansiosas el 21 de Diciembre como el
día en que todo cambiará diametralmente, para bien o para mal (he escuchado
muchas versiones…). Esto, claro, según el calendario Maya.
La
cosa es que evidentemente es inherente al ser humano el poder dominar la vida,
los ciclos, el tiempo… saber cuándo va a ser, cómo va a pasar, qué va a
suceder… pero indefectiblemente esto no sucede ¡nunca logramos tener el control
completo de las cosas, y menos de nuestra propia vida!
Y
así es que surgen imprevistos, cosas inesperadas, hermosas y dolorosas, que
cambian el rumbo de nuestras vidas y de nuestros pensamientos. Y de esa manera
vamos evolucionando, creciendo, madurando.
En
el evangelio del día Jesús nos llama a estar atentos, como lo estamos de la
llegada de la primavera, que la podemos percibir en la naturaleza. Él dice por
los brotes de la higuera, nosotros podríamos hablar de las flores del cerezo,
el almendro o alguno de los árboles hermosos que nos anuncian que el invierno
se termina y comienza el calorcito.
Y
el estar atentos significa estar preparados, pero no con angustia y
desesperación, sino listos para enfrentar lo que sea, lo que nos toque, como
para lograr resistir a los embates más duros y difíciles. Porque de eso se
trata la vida, de lograr superar los diferentes obstáculos con alegría e
integridad.
Lo
importante de todo esto es que si nos aferramos a Dios en los momentos
difíciles y dejamos que las cosas “fluyan” confiando en El, nuestra vida va a
ser mucho mejor y más tranquila. Amén.
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