Salmo 63
"Dios, tú mi Dios, yo te busco,
mi ser tiene sed de ti,
por ti languidece mi cuerpo,
como erial agotado, sin agua.
Así como te veía en el santuario,
contemplando tu fuerza y tu gloria,
-pues tu amor es mejor que la vida,
por eso mis labios te alaban-,
así quiero bendecirte en mi vida,
levantar mis manos en tu nombre;
me saciaré como de grasa y médula,
mis labios te alabarán jubilosos.
Si acostado me vienes a la mente,
quedo en vela meditando en ti,
porque tú me sirves de auxilio
y exulto a la sombra de tus alas;
mi ser se aprieta contra ti,
tu diestra me sostiene.
Mas los que tratan de acabar conmigo,
¡caigan en las honduras de la tierra!
¡Sean pasados a filo de espada,
sirvan de presa a los chacales!
Cuando el rey en Dios se alegrará,
el que jura por él se felicitará,
cuando cierren la boca a los mentirosos. " Amén.
Curiosidades
¿Qué lugar ocupaba el pan en la Edad Media?
El pan fue algo característico de la alimentación medieval, sería la base alimenticia de las clases populares, pudiendo constituir el 70 % de la ración alimentaria del día. Se estima que el consumo de pan en varias regiones pudo llegar a ser muy similar al 1–1,5 kg por persona y día.
Bien es cierto que los campesinos tomaban las harinas menos refinadas y su pan habitualmente pan de centeno, cebada, alforfón, mijo y avena, era más negro y con mayor contenido de salvado. El arroz, introducido en España por los árabes se mantuvo demasiado caro como para ser empleado en la fabricación del pan. El pan que se elaboraba en la cultura sefardí procedía de una masa cocida dos veces (el lunes y el viernes) y su aspecto era seco, se guardaba en jarras y posteriormente se humedecía con agua o aceite. Las harinas refinadas de trigo consideradas como unas de las más nutritivas, se reservaban para la elaboración de pan blanco que comerían las clases altas, los panaderos cocían panes grandes que frecuentemente se utilizaban como plato donde reposar los alimentos que se comen.
Aquellos alimentos que acompañaban al pan se denominaban “companagium”.
Durante los periodos de escasez en las cosechas de cereal se empleaba como sustituto a estos algunos frutos secos tales como las nueces, las legumbres secas, helechos y una amplia variedad de materia vegetal. La alternativa a aquellos que no podían adquirir pan era siempre las gachas.
Las gachas son un plato sencillo que se elabora cociendo granos de avena (normalmente molidos, aunque también machacados, cortados o en harina de avena) u otros cereales, frutos secos o legumbres en agua, leche o una mezcla de ambas. Suelen servirse calientes en un cuenco o plato. Las gachas de avena y sémola son las variedades más populares, si bien también se emplean otros cereales como, la cebada y el maíz,
La importancia del pan como un alimento diario, convertía a los panaderos en un elemento social de gran importancia para la comunidad. Se mejoró la cocción del pan gracias a la confluencia de dos hechos: la introducción de hornos dentro de viviendas gracias al uso de nuevos materiales de construcción, resistentes a las altas temperaturas, y la fabricación de molinos cerca de estos hornos.
Así, aparecieron las primeras tiendas especializadas en venta de pan -panaderías- Entre los primeros gremios de la ciudad que se organizaron estaban, naturalmente, los panaderos
Las legumbres al no ser muy panificables, generalmente se molían en forma de harina y se disolvían en potajes. La mayoría de la población comía gachas, antes de la llegada de los moriscos, igual que en el periodo romano. En algunas ocasiones se remojaba un pedazo de pan en una salsa, que contuviese vino, leche o cualquier otra sustancia líquida, a esto llamaban sop. Horno de pan en la edad media. Todos ellos precursores primitivos de los potajes y cocidos, la más popular entre los sefardíes era la adafina, que posteriormente se elaborarían con mayor empeño a lo largo de la geografía española.
Otros alimentos como puede ser la carne, los huevos y el pescado eran completamente estacionales. Algunos detalles de la cocina española de la época se pueden ver en poemas literarios de la época como el Cantar de mio Cid en el que los caballeros cristianos adoban el conducho, pan y vino mezclado con algún grano de trigo.
https://restaurantebeltane.wordpress.com/2012/07/27/alimentacion-y-gastronomia-en-la-edad-media/
Evangelio
Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Mateo 16:21-28
"Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día.
Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: "¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!"
Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: "¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!
Entonces dijo Jesús a sus discípulos: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará. Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? "Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.Yo les aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino." Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
¿Cuántas veces te has sentido tentado/a de sacar el cuerpo a una situación complicada, que te compromete o complica la vida?
¿Cuántas veces te ha pasado que pensaste contar con alguien, pero en el momento justo estabas solo/a?
Vivimos en un tiempo en donde son pocas las personas que realmente se comprometen con algo. No estoy hablando sólo de la Iglesia, sino en cualquier institución que no dé réditos, como por ejemplo las cooperadoras de las escuelas o jardines, las bibliotecas, etc.
Vivimos en un tiempo en el que si no recibo algo concreto a cambio, no me comprometo, no me involucro. Sólo cuando me toca de cerca, entonces me doy cuenta lo importante que es poder contar con el apoyo, la ayuda de alguien, la contención...
Como cristiana sé que Jesús no se dejó tentar, asumió el compromiso de dar su vida por nosotros, de morir en la cruz para resucitar al tercer día, para nuestra salvación. Como cristiana sé que Jesús no "esquivó el bulto" sino que hizo la voluntad del Padre, que lo había enviado.
Sé también que me llama a seguirlo, a asumir el compromiso de transmitir su Evangelio, que no es otra cosa que comprometerme con la realidad en la que vivo, aún que sienta que estoy remando contra la corriente, y que a veces me canse.
De ahí que surge también la pregunta ¿qué sentido tiene mi vida si la vivo sólo para mí misma?
El punto que para vivir la experiencia es necesario salir de la propia comodidad, sin eso no es posible. Es verdad que muchas veces sentimos que hay más problemas que soluciones, pero el pequeño grano de arena que pueda compartir, hace la diferencia.
Para recibir Vida, hay que dar Vida... la recompensa es grande, no por un reconocimiento, sino simplemente por la alegría del deber cumplido y descubrir en los demás a Cristo mismo. Amén.
Querido Jesús, ¡gracias por enseñarme el valor del compromiso! Por mostrarme que se pueden vencer las tentaciones, y no somos unos tontos quienes hemos decido vivir conforme nuestros principios. Ayudame a tomar mi cruz y seguirte, caminando sobre tus pasos. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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