Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo
62
“En Dios
solamente descansa mi alma;
de él viene mi salvación.
Solamente él es mi roca y mi salvación;
es mi refugio, no resbalaré mucho.
¿Hasta cuándo conspirarán contra un hombre,
tratando todos ustedes de aplastarlo
como a pared desplomada y como a cerca derribada?
Solamente conspiran
para arrojarlo de su grandeza.
Aman la mentira;
con su boca bendicen,
pero maldicen en su corazón.
de él viene mi salvación.
Solamente él es mi roca y mi salvación;
es mi refugio, no resbalaré mucho.
¿Hasta cuándo conspirarán contra un hombre,
tratando todos ustedes de aplastarlo
como a pared desplomada y como a cerca derribada?
Solamente conspiran
para arrojarlo de su grandeza.
Aman la mentira;
con su boca bendicen,
pero maldicen en su corazón.
En Dios
solamente reposa mi alma,
porque de él viene mi esperanza.
Solamente él es mi roca y mi salvación.
Es mi refugio, no resbalaré.
En Dios está mi salvación y mi gloria;
en Dios está mi roca fuerte y mi refugio.
porque de él viene mi esperanza.
Solamente él es mi roca y mi salvación.
Es mi refugio, no resbalaré.
En Dios está mi salvación y mi gloria;
en Dios está mi roca fuerte y mi refugio.
Pueblos,
¡esperen en él en todo tiempo!
¡Derramen delante de él su corazón!
¡Dios es nuestro refugio!
¡Derramen delante de él su corazón!
¡Dios es nuestro refugio!
Por cierto,
sólo un soplo son los hijos de los hombres,
una mentira son los hijos de los poderosos;
pesándolos a todos por igual en la balanza,
serán menos que nada.
No confíen en la violencia
ni en la rapiña se envanezcan.
Si se aumentan las riquezas,
no pongan el corazón en ellas.
una mentira son los hijos de los poderosos;
pesándolos a todos por igual en la balanza,
serán menos que nada.
No confíen en la violencia
ni en la rapiña se envanezcan.
Si se aumentan las riquezas,
no pongan el corazón en ellas.
Una vez
habló Dios;
dos veces he oído esto:
que de Dios es el poder,
y tuya, Señor, es la misericordia,
pues tú pagas a cada uno
conforme a su obra.” Amén.
dos veces he oído esto:
que de Dios es el poder,
y tuya, Señor, es la misericordia,
pues tú pagas a cada uno
conforme a su obra.” Amén.
Curiosidades
¿Qué era un tribunal?
En griego se refiere a la asamblea que se reúne en frente de un estrado
desde el cual se administraban todos los asuntos oficiales. Vemos que Herodes
Agripa I se sentó en el estrado para dirigirse a las repúblicas de Tiro y
Sidón. También se utiliza el término griego para tribunal, la plataforma sobre
la que se sentaba el magistrado romano, con sus consejeros a los lados, para
administrar justicia. Tradicionalmente se erigía en algún lugar público, como
aparentemente ocurrió en el caso de Pilato, o en un auditorio. El que la
solemne integridad de la justicia romana haya inspirado la imagen del “tribunal
de Cristo” parecería posible desde el momento en que en ambos casos Pablo se
dirigió a una congregación familiarizada con el gobierno romano directo.
Evangelio
Desde el interior de las Escrituras se oyen
latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto
bíblico de hoy:
1
Corintios 4:1-5
“Por tanto, que
los hombres nos consideren como servidores de Cristo y administradores de los
misterios de Dios. Ahora bien, lo que se requiere de los administradores
es que cada uno sea hallado fiel. En cuanto a mí, en muy poco tengo el
ser juzgado por ustedes o por tribunal humano. ¡Ni aun yo mismo me juzgo! Aunque de nada tengo mala conciencia,
no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor. Así que no juzguen nada antes de
tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las
tinieblas y manifestará las intenciones de los corazones. Entonces, cada uno
recibirá su alabanza de Dios.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si
reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de
Dios: momento de reflexión:
Es curioso cómo somos las personas. Vivimos
afectados por lo que los demás dicen de nosotros, pero a la vez nos la pasamos
hablando de los demás y juzgando a los demás. Siempre tenemos la justa, pero no
nos gusta que alguien nos diga nada ¡y menos si nos equivocamos!
Creo que es una de las cosas que más nos cuesta:
el no meternos en la vida del otro. De hecho por eso mismo hay tantos programas
de chimentos y las noticias que más se buscan son las más morbosas. Los
noticieros que elegimos son los amarillistas y después de mirar toda la sangre
chorreando decimos: ¡qué mal está en el mundo!
Evidentemente es algo inherente al ser humano,
porque si observamos a los niños, también podemos ver esto, uno contando del
otro, justificándose que el otro lo hizo primero… ¡cosas de chicos! Decimos.
Pero los adultos hacemos los mismo, pero no tan obvio.
Según el apóstol Pablo somos servidores de Cristo
y administradores de los misterios de Dios, y esto tiene que ver con una
conducta, un estilo de vida, en donde parte de ello es no juzgar al otro, sino
procurar uno mismo ser fiel a Dios.
Ocuparnos cada uno de hacer el bien es lo que
podemos hacer, el otro o los demás, tendrán que ocuparse de sí mismos. Pero mi
actuar, mi forma de vivir, puede tal vez inspirar a otro, y ahí está la clave.
Si yo me la paso mirando lo que hace el otro y criticando, no me ocupo de lo
que a mí me toca y pierdo mi tiempo, en vez de aprovecharlo en pos del Reino de
Dios.
Es bastante simple, pero a la vez, en nuestra
humanidad nos cuesta. Y eso es porque miramos constantemente al otro y decimos
“si éste hace esto ¿por qué no lo voy a hacer yo?”, así buscamos sacar ventaja,
hasta de una ambulancia que tiene que pasar con semáforo en rojo porque lleva
un herido y me cuelo por atrás, o tantos pequeños detalles que son abusos,
falta de consideración hacia el otro.
Te propongo prestar atención en estas cosas que
estoy compartiendo, y la próxima vez que te sientas tentado, tal vez lo pienses
y busques ser diferente. Si cada uno mejora su forma de vivir, juntos
construiremos una sociedad diferente.
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