Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 8
“¡Oh Señor, Señor nuestro,
Cuán glorioso es Tu nombre en toda la tierra,
Que has desplegado Tu gloria sobre los cielos!
Cuán glorioso es Tu nombre en toda la tierra,
Que has desplegado Tu gloria sobre los cielos!
Por boca de los
infantes y de los niños de pecho has establecido Tu fortaleza,
Por causa de Tus adversarios,
Para hacer cesar al enemigo y al vengativo.
Por causa de Tus adversarios,
Para hacer cesar al enemigo y al vengativo.
Cuando veo Tus
cielos, obra de Tus dedos,
La luna y las estrellas que Tú has establecido,
Digo: ¿Qué es el hombre para que Te acuerdes de él,
Y el hijo del hombre para que lo cuides?
La luna y las estrellas que Tú has establecido,
Digo: ¿Qué es el hombre para que Te acuerdes de él,
Y el hijo del hombre para que lo cuides?
¡Sin embargo, lo
has hecho un poco menor que los ángeles,
Y lo coronas de gloria y majestad!
Tú le haces señorear sobre las obras de Tus manos;
Todo lo has puesto bajo sus pies:
Y lo coronas de gloria y majestad!
Tú le haces señorear sobre las obras de Tus manos;
Todo lo has puesto bajo sus pies:
Todas las ovejas y
los bueyes,
Y también las bestias del campo,
Las aves de los cielos y los peces del mar,
Cuanto atraviesa las sendas de los mares.
Y también las bestias del campo,
Las aves de los cielos y los peces del mar,
Cuanto atraviesa las sendas de los mares.
¡Oh Señor, Señor nuestro,
Cuán glorioso es Tu nombre en toda la tierra!” Amén.
Cuán glorioso es Tu nombre en toda la tierra!” Amén.
Curiosidades
La palabra “gracia” ocupa un lugar prominente en
las salutaciones iniciales y las bendiciones finales de las cartas, como
agregado al saludo judío convencional de “paz”. La base de la doctrina de Pablo
se encuentra en Romanos en los capítulos 1 al 3. El ser humano aparece como
pecador, pero es justificado por gracia, Dios en su gracia lo trata como si
nunca hubiese pecado, a pesar de ser culpable.
La fe es la respuesta humana a la gracia divina.
Esta fe es don de Dios; las palabras “no de ustedes” pueden referirse a sesosmenoi (“salvos”), pero Pablo quiere
señalar que la palabra “fe” no tiene que tomarse en el sentido de alguna acción
independiente por parte del creyente. Esta fe, aunque significa que no hay
salvación por medio de la ley, no va en contra de la ética. La fe es moralmente
vital por sí misma.
La posición del creyente bajo la gracia se
explica, no por algo en él mismo, sino por voluntad de Dios. La doctrina de la
elección tiene dos funciones: detener o regular el espíritu humano
independiente y farisaico, y mostrar que al otorgar su favor, Dios es
perfectamente libre. Cada paso en el curso de la vida cristiana se debe a la
gracia: llamado, arrepentimiento y fe.
En Romanos 8 Pablo repasa la agencia divina desde
el llamado hasta la gloria final de los redimidos. Con todo, no pasa por alto
la responsabilidad del ser humano. La obediencia es una actitud moral y no
puede convertirse en ninguna otra cosa. Los seres humanos se vuelven a Dios por
su propia cuenta. Los dos lados de la cuestión aparecen juntos en Romanos 9 y
10. El capítulo 9 contiene las afirmaciones más rotundas en cuanto a una doble
predestinación, mientras que el capítulo 10 afirma que el rechazo por parte de
Dios se debe a la incredulidad y la desobediencia. Debe tenerse presente, no
obstante, que el tema fundamental de dichos capítulos no es la salvación personal,
sino las funciones colectivas de los que han sido elegidos por Dios para llevar
a cabo sus propósitos.
Romanos 6 se vale de la figura del Bautismo para
enseñar la victoria sobre el pecado por medio de la gracia.
Evangelio
Desde el
interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos
sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Romanos 5:1-5
“Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Y no sólo esto, sino que
también nos gloriamos en las aflicciones,
sabiendo que la aflicción produce paciencia (perseverancia); y la paciencia (perseverancia), carácter probado; y el carácter probado,
esperanza. Y la esperanza no
desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por
medio del Espíritu Santo que nos fue dado.” Amén.
Los
textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos
podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
Hay
una cosa que desde siempre ha desconcertado a aquellas personas que no viven la
fe como sostén de sus vidas: estar alegres incluso en las situaciones más difíciles.
Hay una canción clásica en nuestra Iglesia que dice en su última estrofa:
“Dame la fe
que da el valor,
que ayuda al
débil a triunfar,
que todo sufre
con amor,
y puede en el
dolor cantar,
que puede al
cielo escalar,
o aquí con
Cristo caminar”
Puede
en el dolor cantar… en los escritos acerca de los primeros mártires cristianos,
que eran la atracción del circo romano, una de las cosas inexplicables para
todos era que mientras eran torturados hasta la muerte, cantaban cantos al
Señor. Incluso en el libro de los Hechos aparece esta característica, mientras
estaban presos, para no desanimarse y fortalecerse al mismo tiempo, cantaban
los cantos de sus celebraciones.
Yo
he conocido personas que a pesar de una vida con muchos tropiezos y dolor nunca
responsabilizaron a Dios, sino que se aferraron a él y se sintieron siempre muy
cuidados y protegidos.
Mientras
tanto hay tantas personas que se dicen cristianas y son una sola queja, cada
vez que las encontramos nos hablan de todos sus problemas e incluso algunas se
preguntan ¿qué hice yo para que Dios me castigue de esa manera? O esperan que
Dios les resuelva todos sus problemas, siendo que Dios le da las herramientas y
oportunidades, que dicho sea de paso, no las aprovechan, sólo se quejan de todo
y cualquier excusa sirve para echarle la culpa a Dios por lo que les pasa a
ellos o a otros.
Son
formas de ver la vida, formas de vivir la vida. Vivir en la fe en Dios,
sintiéndose amparado por su amor y su cuidado a pesar de todas las cosas que
pasan, se refleja en la persona que lleva una vida serena y feliz, que puede
reír y cantar y renacer una y otra vez. Es un placer tener que ver con personas
así y siempre cambian el entorno en donde se mueven.
Mientras
que la persona que vive angustiada, se queja de todo, nunca está del todo bien,
termina generalmente sola, porque las personas se alejan de ella, porque
amargan el lugar en donde se mueven.
Son
opciones de vida y cada uno de nosotros decide como vivir nuestra vida: en
agradecimiento o en constante reclamo. Dios nos ayude en esta decisión que no
sólo nos afecta a nosotros, sino a todas las personas con las que nos
relacionamos. Amén.
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