Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 97
“El Señor reina; regocíjese la tierra;
Alégrense las muchas islas.
Nubes y densas tinieblas Lo rodean,
Justicia y derecho son el fundamento de Su trono.
Alégrense las muchas islas.
Nubes y densas tinieblas Lo rodean,
Justicia y derecho son el fundamento de Su trono.
Fuego va delante de Él,
Y quema a Sus adversarios en derredor.
Sus relámpagos iluminaron el mundo;
La tierra vio y se estremeció.
Y quema a Sus adversarios en derredor.
Sus relámpagos iluminaron el mundo;
La tierra vio y se estremeció.
Como cera se
derritieron los montes ante
la presencia del Señor,
Ante la presencia del Señor de toda la tierra.
Los cielos proclaman Su justicia,
Y todos los pueblos han visto Su gloria.
Ante la presencia del Señor de toda la tierra.
Los cielos proclaman Su justicia,
Y todos los pueblos han visto Su gloria.
Sean avergonzados
todos los que sirven a imágenes talladas,
Los que se glorían en los ídolos.
Póstrense ante El todos los dioses.
Los que se glorían en los ídolos.
Póstrense ante El todos los dioses.
Oyó Sion esto y se alegró,
Y las hijas de Judá se han regocijado
A causa de Tus juicios, oh Señor.
Y las hijas de Judá se han regocijado
A causa de Tus juicios, oh Señor.
Porque Tú eres el Señor, el Altísimo sobre toda la tierra,
Muy excelso sobre todos los dioses.
Muy excelso sobre todos los dioses.
Los que aman al Señor, aborrezcan el mal;
El guarda las almas de Sus santos;
Los libra de la mano de los impíos.
El guarda las almas de Sus santos;
Los libra de la mano de los impíos.
Luz se ha sembrado
para el justo,
Y alegría para los rectos de corazón.
Justos, alégrense en el Señor,
Y alaben Su santo nombre.” Amén.
Y alegría para los rectos de corazón.
Justos, alégrense en el Señor,
Y alaben Su santo nombre.” Amén.
Curiosidades
Las “siete estrellas” de la visión de Patmos se
interpretan como una referencia a los “ángeles de las siete iglesias”, a las
que a continuación se dirigen las cartas de Apocalipsis 2 y 3. El concepto en
torno al “ángel” es problemático. A menudo se aplica a ángeles guardianes o a
dirigentes humanos u obispos de las iglesias. Ambas sugerencias presentan
dificultades. En todos los demás pasajes del Apocalipsis angelos significa por cierto “ángel”, pero un ángel difícilmente
podría compartir la responsabilidad de los pecados de la iglesia. La
interpretación “obispo” parece contrariar el uso, y no hay paralelos efectivos
que la apoyen. No hay indicios de que se haya puesto el acento en el obispado
hasta la época de Ignacio. Ni tampoco puede considerarse que esté basado en la
interpretación inferior “tu mujer” en 2:20. También sería extraño hacer que un
solo hombre fuese individual y absolutamente responsable de la iglesia. Angelos significa literalmente
“mensajero”; aunque atractiva en principio, la idea de que los angeloi pudieran ser mensajeros
nombrados por las iglesias se viene abajo ante la combinación de razones
similares.
La verdadera dificultad es que probablemente la
imagen pertenece a un contexto y a un género que elude la lógica de las
categorías modernas. Angelos debe
traducirse verbalmente como “ángel”, pero la equivalencia verbal no explica
suficientemente el pensamiento básico. El “ángel” es quizás algo así como la
contrapartida celestial de la iglesia. En la práctica podemos considerar que
equivale a una personificación de la iglesia, aún cuando esto no hace
suficiente justicia a las connotaciones del concepto original.
Evangelio
Desde el
interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos
sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Apocalipsis 22:12-14.16-17.20
“Por
tanto, Yo vengo pronto, y Mi recompensa está conmigo para
recompensar a
cada uno según sea su obra. Yo
soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin.”
Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas a la ciudad…
“Yo, Jesús, he enviado a Mi ángel a fin de darles a ustedes testimonio
de estas cosas para las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de
David, el lucero resplandeciente de la mañana.”
El Espíritu y la esposa dicen: “Ven.” Y el que oye, diga: “Ven.”
Y el que tiene sed, venga; y el que desee, que tome gratuitamente del agua de
la vida…
El que testifica de estas cosas dice: “Sí, vengo pronto.” Amén. Ven, Señor Jesús.” Amén.
Los
textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos
podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
Hay
algo bien cierto, y es que sólo hay lugar en un recipiente, si está vacío. Si
echamos agua dentro de un vaso, el límite es el vaso. Si el vaso está lleno de
agua, no podemos, aunque tengamos muchas ganas de tomar jugo, echarlo en ese
vaso, porque lo que vamos a conseguir es que rebalse, todo lo que traspase el
límite del vaso, va a caer sobre la mesa.
Así
también pasa con nosotros y nuestra relación con Dios. Si nuestra vida está
ocupada con otros intereses, si nos aferramos a otras cosas, Dios no tiene un
espacio, porque ya está ocupado por esas otras cosas.
Ahí
está una de las claves de la fe. Para que Dios forme parte de nuestras vidas es
imprescindible que nos vaciemos de todas aquellas cosas que nada tienen que ver
con él. Es imprescindible que nos vaciemos de nosotros mismos, de nuestros
egoísmos, nuestras ambiciones de poder y de querer ser dioses, del
resentimiento y del odio. Sólo así Dios entra en nuestras vidas, su Espíritu
puede anidar en nosotros.
Esto
al mismo tiempo significa que no se puede ser cristiano a medias. No se puede
buscar a Dios sólo cuando queman las papas, sino que nuestra vida la debemos
dejar en sus manos, dejar que nos guíe y no seguir nuestros caprichos
afectándonos no sólo a nosotros mismos, sino a las personas que nos rodean.
Busquemos
vaciarnos de todo aquello que nos aleja de Dios, que al mismo tiempo nos hace
mal y nos lleva a vivir una vida en la insatisfacción, la angustia y el rencor.
Busquemos que Dios nos acompañe y nos guie, que nos dejemos llevar por su
voluntad, lo que al mismo nos dará plenitud y nos permitirá descubrir que una
vida en su paz y en la entrega al otro es hermosa. Estemos listos y listas para
su llamado, con un corazón vacío para que el Espíritu de Dios lo ocupe. Amén.
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