Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 128
“¡Dichosos todos
los que honran al Señor!
¡Dichosos los que van por sus caminos!
¡Dichoso serás, y te irá bien,
cuando te alimentes del fruto de tu trabajo!
En la intimidad de tu casa,
tu esposa será como una vid con muchas uvas;
alrededor de tu mesa
tus hijos serán como retoños de olivo.
Así bendice el Señor
a todo aquel que le honra.
¡Dichosos los que van por sus caminos!
¡Dichoso serás, y te irá bien,
cuando te alimentes del fruto de tu trabajo!
En la intimidad de tu casa,
tu esposa será como una vid con muchas uvas;
alrededor de tu mesa
tus hijos serán como retoños de olivo.
Así bendice el Señor
a todo aquel que le honra.
¡Que el Señor te
bendiga desde el monte Sión!
¡Que veas en vida el bienestar de Jerusalén!
¡Que llegues a ver a tus nietos!
¡Que haya paz en Israel!” Amén.
¡Que veas en vida el bienestar de Jerusalén!
¡Que llegues a ver a tus nietos!
¡Que haya paz en Israel!” Amén.
Curiosidades
¿Qué decía la
Ley de Moisés acerca del divorcio?
En Mt.19:8 Jesús
dice que Moisés había “permitido” el divorcio a causa de la dureza del corazón
de la gente. Esto quiere decir que Moisés no ordenó el divorcio, sino que
reglamentó una práctica ya existente, y desde esta perspectiva podemos entender
mejor el contenido de la ley en Dt.24:1-4 y otros versículos más, en donde queda claro que el divorcio se
practicaba, que se le daba a la esposa algún tipo de contrato, y que desde ese
momento ella estaba libre para volver a casarse.
Los motivos del
divorcio están expuestos aquí en términos tan generales que no podemos darles
una interpretación precisa. el marido encuentra “alguna cosa indecente” en su
esposa. Poco tiempo antes de Cristo, la escuela de Shammai lo interpretaba
solamente desde la infidelidad, mientras que la escuela de Hillel lo extendía a
todo lo que resultara desagradable al esposo. Debemos recordar que Moisés no se
propone dar aquí los motivos del divorcio, sino que lo está aceptando como un
hecho que se da.
Hay dos
situaciones en las que se prohíbe el divorcio: cuando el hombre ha acusado
falsamente a su esposa de infidelidad premarital; y cuando un hombre ha tenido
relaciones con una joven, y el padre de ella lo ha obligado a casarse con ella.
En dos ocasiones
excepcionales se insistió sobre la necesidad del divorcio. Uno fue el caso de
los exiliados que retornaron casados con mujeres paganas. En Mal.2:10-16
algunos habían abandonado sus mujeres judías para casarse con mujeres paganas.
Evangelio
Desde
el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos
sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Marcos 10:1-16
“Jesús salió de allí y se fue a la región de Judea y al otro lado del
Jordán. El pueblo volvió a reunirse en torno suyo, y él volvió a enseñarles,
como era su costumbre.
Unos fariseos se le acercaron y, para ponerlo a prueba, le preguntaron si
le estaba permitido al esposo divorciarse de su esposa. Jesús les
respondió: «¿Qué les mandó Moisés?» Ellos dijeron: «Moisés permitió el
divorciarse de la esposa mediante un certificado de divorcio.» Jesús les dijo:
«Ese mandamiento les escribió Moisés por lo obstinado que es el corazón de
ustedes. Pero, al principio de la creación, Dios los hizo hombre y
mujer. Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer, y los dos serán un solo ser, así que ya no son dos, sino uno
solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe nadie.»
Ya en la casa, los discípulos volvieron a preguntarle acerca de lo
mismo, y Jesús les dijo: «Quien se divorcia de su mujer y se casa con
otra, comete adulterio contra la primera. Y si la mujer se divorcia de su
marido y se casa con otro, también comete adulterio.»
Llevaron unos niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos
reprendieron a quienes los habían llevado. Al ver esto, Jesús se indignó y
les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí. No se lo impidan, porque el
reino de Dios es de los que son como ellos. De cierto les digo que el que
no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.» Entonces Jesús
tomó a los niños en sus brazos, puso sus manos sobre ellos, y los bendijo.” Amén.
Los
textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos
podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
Dios
nos ha creado sin categorías, todos valemos igual aunque somos diferentes. No
importa ni el sexo ni la edad, las mujeres y los niños valen igual los hombres.
Esto
fue un mensaje muy duro en los tiempos de Jesús en donde las personas eran
categorizadas en libres y esclavos, hombres, mujeres y niños, en donde algunos
valían más y tenían poder sobre las otras.
Y
no es que haya cambiado mucho hoy, sólo que como sociedad ya no podemos admitir
esto, desde que se escribió la convención de los Derechos Humanos hay muchas
cosas que ya no se pueden afirmar abiertamente, pero que en el fondo aún
existen.
Nada
más mirar las leyes: es mucho más difícil para una mujer conseguir la patria potestad
completa de sus hijos que un hombre. Dentro del código civil, la mujer debe
obediencia al hombre dentro de la sociedad conyugal. En los mismos trabajos las
mujeres perciben menores pagas que los hombres. Hay profesiones que le son
vedadas a las mujeres, y curiosamente la mayoría de ellos son espacios de poder:
muchas Iglesias no aceptan el ministerio femenino, fíjense que normalmente la
pastora es la esposa del pastor así como no hay sacerdotisas…
Algunas
cosas están cambiando y las mujeres somos parte fundamental de estos logros,
aunque nos encontramos con muchas mujeres todavía que les resulta cómoda la
estructura machista y educan a sus hijos e hijas de esa manera.
Si
hablamos de los niños… ¿cuántos padres y madres los escuchan, hablan con ellos
y conocen lo que piensan y sienten?
La
mayoría de la gente cree que una buena educación es ordenarles todo a los
hijos, como si no pudieran pensar, como si tuvieran que ser autómatas. Otros
creen que la clave está en que reciban todo lo que quieren, pero no se dan
cuenta que crían a pequeños demandantes, pero se olvidan de darle lo más
importante, que es su tiempo y su afecto. Otros creen que hay que prepararlos
para la vida con computación, ingles, deporte y no sé qué otras cosas. Lo
curioso es que en todos los casos, ninguno de ellos son tratados como personas,
como seres humanos con derechos, con necesidad de descubrir sus dones, su
vocación, de desarrollarse en todos los aspectos.
¡Y
Jesús nos dice: “Dejen que los niños se acerquen a mí. No
se lo impidan, porque el reino de Dios es de los que son como ellos”. Tal vez es el momento
de pensar sobre todo esto, dejar de pensar que el mundo está dividido en los
que saben y mandan y los que tienen que obedecer y seguir los caprichos de los
fuertes.
Te invito a que revises tu vida, tus relaciones con las demás personas y que
busques cambiar tu realidad y la de los que te rodean aunque sea un poco cada
día. Vas a ver qué bueno que es. Amén.
Querido
Jesús, muchas veces me sentido maltratada por ser mujer, pero esto mismo no me
ha hecho más sabia, ya que al mismo tiempo he maltratado. Ayudame a cambiar, a
respetar al otro sea niño, anciano, adolescente, hombre o mujer. Te lo pido a
vos que nos mostraste una forma nueva de vivir. En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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