Salmo 85
“Fuiste propicio a tu tierra, mi Señor;
volviste la cautividad de Jacob.
Perdonaste la maldad de tu pueblo;
todos los pecados de ellos cubriste.
Reprimiste todo tu enojo;
te apartaste del ardor de tu ira.
Restáuranos, Dios de nuestra salvación,
y haz terminar tu ira contra nosotros.
¿Estarás enojado contra nosotros para siempre?
¿Extenderás tu furia de generación en generación?
¿No volverás a darnos vida,
para que tu pueblo se regocije en ti?
¡Muéstranos, mi Señor, tu misericordia
y danos tu salvación!
Escucharé lo que hablará mi Señor Dios,
porque hablará paz a su pueblo y a sus santos,
para que no se vuelvan a la locura.
Ciertamente cercana está su salvación a los que lo temen,
para que habite la gloria en nuestra tierra.
La misericordia y la verdad se encontraron;
la justicia y la paz se besaron.
La verdad brotará de la tierra
y la justicia mirará desde los cielos.
Mi Señor dará también el bien
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia irá delante de él
y sus pasos nos pondrá por camino.” Amén.
Curiosidades
¿Cómo era la vestimenta de los caballeros en la Edad Media?
Para protegerse en las batallas los caballeros llevaban ARMADURA.
La armadura es una vestidura compuesta por piezas metálicas o de otro material resistente (en muchos casos el cuero) que se utilizaba para protegerse en el combatiente.
Las armaduras se colocaban por todo el cuerpo (pecho, brazos, espalda, piernas, pies), eran muy pesadas (unos 25 a 30 kg.);de modo que los caballeros necesitaban la ayuda de sus escuderos para vestirse y subirse en los caballos. Y una vez que se caían, no podían montarse de nuevo.
Una armadura completa consta de numerosas piezas articuladas.
Partes del yelmo:
Cimera: La cimera no tenía la función de proteger la parte frontal inferior de su portador sino para decorar el yelmo y estaba situado en la parte más alta del mismo.
Celada: Pieza de la armadura que servía para cubrir y resguardar la cabeza. Es la parte móvil de algunos yelmos que se alzaba o bajaba sostenida por dos ejes a los lados de la misma, en la que había orificios para ver, y con la que el guerrero se protegía.
Babera: Es la parte que se encargaba de proteger la barbilla, boca y las mandíbulas.
Collar: Es el adorno situado en la parte inferior que rodea toda la circunferencia del yelmo.
Para defensa del cuerpo se aplicaban:
* el gorjal o gorguera en la parte alta del pecho y espalda, llegando a sustituir a la gola
* el peto, en el resto del pecho
* las escarcelas que llegaban algo más abajo que el anterior
* los escarcelones, especie de escarcelas que se prolongaban con Articulaciones hasta las rodillas
* el guardarrenes, para los lomos
* la pancera para el vientre, hecha de malla
* la culera, para los glúteos, también fabricada de malla
Las extremidades superiores se cubrían con:
* las hombreras en el hombro
* los guardabrazos en la parte superior del brazo
* las sobaqueras en las axilas
* los codales en el codo
* los brazales en el antebrazo
* los cangrejos en la parte opuesta del codo
* las manoplas en las muñecas y manos
* los guanteletes en los dedos y la mano
Las extremidades inferiores se protegían por:
* los quijotes o musleras para defensa de los muslos
* las rodilleras para las rodillas
* las grebas para las piernas
* los escarpes y zapatos herrados para el pie
* la tarja o tarjeta, que se añadía a dichas piezas en las justas y consistía en un escudito que se fijaba en la parte superior e izquierda del peto y que llevaba pintado el emblema y la divisa del caballero noble.
http://clasedemartasj.blogspot.com.ar/2014/03/vestimenta-medieval-y-vestimenta-de-los.html
Evangelio
Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Mateo 14:22-33
“En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Después de despedir a la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas, porque el viento estaba en contra. Pero a la cuarta vigilia de la noche, Jesús fue a ellos andando sobre el mar. Los discípulos, viéndolo andar sobre el mar, se desconcertaron, diciendo:
_ ¡Un fantasma!
Y gritaron de miedo.
Pero en seguida Jesús les habló, diciendo:
-¡Tengan ánimo! Soy yo, no teman.
Entonces le respondió Pedro, y dijo:
_ Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
Y él dijo:
_ Ven.
Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó:
_ ¡Señor, sálvame!
Al momento Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo:
_ ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
En cuanto ellos subieron a la barca, se calmó el viento.
Entonces los que estaban en la barca se acercaron y lo adoraron, diciendo:
_ Verdaderamente eres Hijo de Dios.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
Hay algunas disciplinas, en cuanto al deporte, que exigen mucha concentración, en donde la persona debe mantener la vista fija hacia adelante, hacia la meta, y no dejarse atormentar o asustar por lo que pasa alrededor, o por la altura en la que están haciendo la actividad.
En esa concentración de alguna manera dominar el miedo al peligro que les genera, y les permite realizar lo que se han propuesto. Puede ser escalar una montaña, caminar en la cuerda floja, o alguna actividad acuática en un mar embravecido.
Los ojos fijos en un punto o en la meta… fundamental para lograr con éxito aquello que se han propuesto.
En el relato de hoy, Pedro comienza a hundirse cuando percibe el riesgo que está corriendo al caminar sobre el mar, pierde la concentración, se olvida de su objetivo, que es unirse a Jesús, que lo ha invitado. Pedro se hunde porque deja de concentrarse en ir hacia Jesús y se distrae con las olas que se sacuden a su alrededor.
Eso mismo nos pasa cuando atravesamos por las tormentas de la vida, y nos invade la desesperanza. Dejamos de confiar en que Dios nos sostiene en su mano, y nos distraemos con tanta información y situaciones que estamos viviendo, que nos turban, y no nos permiten ver el horizonte, la Luz.
Cuando Jesús le extiende la mano a Pedro, siente su calor y se siente a salvo. De la misma manera, cuando sentimos el calor de una mano amiga en nuestros momentos de desesperación, vuelve la tranquilidad y la paz a nuestro corazón.
Hoy Jesús nos llama a no desesperar, a no distraernos en medio de la tormenta, del caos, para que nuestra mente permanezca clara y concentrada, porque solamente en ese estado es posible caminar hacia adelante. Dios nos acompaña, aún cuando no sintamos el calor de una mano amiga. Pero si en algún momento ya no logramos concentrarnos más, Jesús la tiende a través de las personas que nos rodean, y nos hace sentir que concretamente nos acompaña en nuestra angustia.
No lo olvides. Amén.
Querido Jesús, gracias porque sé que estás a mi lado siempre, porque tus ojos me vigilan y no me van a dejar que me hunda. Ayudame a confiar en vos siempre. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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