viernes, 5 de agosto de 2016

7 de Agosto

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 33

“¡Griten de júbilo, justos, por mi Señor!,
de los rectos es propia la alabanza;
¡den gracias a mi Señor con la cítara,
entonen para él al arpa de diez cuerdas;
cántenle un canto nuevo,
toquen la mejor música en la aclamación!

Pues recta es la palabra de mi Señor,
toda su obra fundada en la verdad;
él ama la justicia y el derecho,
del amor de mi Señor está llena la tierra.

Por la palabra de mi Señor fueron hechos los cielos
por el soplo de su boca toda su tropa.
El recoge, como un dique, las aguas del mar,
en depósitos pone los abismos.

¡Tema a mi Señor la tierra entera,
ante él tiemblen todos los que habitan el orbe!
Pues él habló y fue así,
mandó él y se hizo.

Mi Señor frustra el plan de las naciones,
hace vanos los proyectos de los pueblos;
mas el plan de mi Señor perdura para siempre,
los proyectos de su corazón por todas las edades.
¡Feliz la nación cuyo Dios es mi Señor,
el pueblo que se escogió por posesión!

Mi Señor mira de lo alto de los cielos,
ve a todos los hijos de Adán;
desde el lugar de su residencia observa
a todos los habitantes de la tierra,
él, que forma el corazón de cada uno,
y repara en todas sus acciones.

No queda a salvo el rey por su gran ejército,
ni el bravo inmune por su enorme fuerza.
Vana cosa el caballo para la victoria,
ni con todo su vigor puede salvar.

Los ojos de mi Señor están sobre quienes le temen,
sobre los que esperan en su amor,
para librar su alma de la muerte,
y sostener su vida en la penuria.

Nuestra alma en mi Señor espera,
él es nuestro socorro y nuestro escudo;
en él se alegra nuestro corazón,
y en su santo nombre confiamos.
Sea tu amor, mi Señor, sobre nosotros,
como está en ti nuestra esperanza.” Amén.

Curiosidades

¿Qué es un catecismo?

La palabra Catecismo significa: libro de enseñanza, así que el catecismo se entiende como manual para la instrucción en la fe cristiana.
En el transcurso de la historia cristiana hubo muchos de estos catecismos: por ejemplo el “Catecismo Romano” de la Iglesia Católica, el "Catecismo de Heidelberg" difundido en la Iglesia  Reformada, o el "Catecismo de Ginebra" redactado por el reformador Juan Calvino; especialmente nos interesan el "Catecismo  Mayor" y el "Menor" del Dr. Martín Lutero.
Todos estos catecismos pertenecen a la época de la Reforma del siglo XVI. desde entonces, el ser humano y el mundo en que él vive, han sufrido profundos cambios. Por eso se han publicado en los últimos decenios, nuevos catecismos. Estos explican la doctrina cristiana en un lenguaje de nuestra época. Se destaca de entre ellos el renombrado "Catecismo Holandés", que es producción del obispado católico-romano de los Países Bajos, y está inspirado en el Concilio Vaticano II. Este catecismo que también en nuestra iglesia evangélica llamo la atención, ya no es un manual para los niños. Es un libro voluminoso que se dirige a los adultos, más bien como "mensaje  de fe".
Martín Lutero publicó sus dos catecismos en un mismo año, el 1529. El reformador se había dado cuenta de que los evangélicos del país de la Reforma prácticamente vivían ajenos al evangelio y sin la fe auténtica.
De la doctrina cristiana eligió cinco temas principales, que ya eran conocidos entre la feligresía a través de los cultos dominicales. Los explico con palabras corrientes, para que los creyentes puedan entender lo que se solía rezar allí.
El "Catecismo Menor" es un folleto dedicado a los maestros de escuela y a los padres de familia, para que estos adoctrinen a las personas, especialmente a los niños. Contiene preguntas y respuestas didácticas para estudiar de memoria. El "Catecismo Mayor" ya es un pequeño libro que tiene por objeto fortalecer la fe evangélica de los pastores y maestros.
El catecismo no sustituye la Biblia. Más bien es como una brújula que indica el camino correcto; es como una llave a la Biblia, para que ésta se transforme en la puerta que da paso a la fe en Jesucristo, nuestro Señor.
“Escudo de la Fe” – Manual para el curso de confirmación - Con ligeras actualizaciones, a partir de la de la 5ta. edición en castellano, revisada y ampliada de 1980 -  IGLESIA EVANGÉLICA DEL RÍO DE LA PLATA -  Realizado en la Parroquia Norte-Bovril en 2004, para su uso interno, pág.3

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 12:32-48

"No temas, pequeño rebaño, porque a su Padre le ha parecido bien darles a ustedes el Reino.
‘Vendan sus bienes y den limosna. Háganse bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla; porque donde esté su tesoro, allí estará también su corazón.
‘Estén preparados y las lámparas encendidas, y sean como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo les aseguro que se apretará las ropas, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos! Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le perforasen su casa. También ustedes estén preparados, porque en el momento que no piensan, vendrá el Hijo del hombre.’
Dijo Pedro: ‘Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?’
Respondió el Señor: "¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su cantidad conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad les digo que lo pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda en venir’, y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, lo separará y lo señalará su suerte entre los infieles.
‘Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Mi madre era una mujer muy justa. De pequeña aprendí mi responsabilidad de mis actos y decisiones… sobre todo en las travesuras…
No era severa, era comprensiva a la hora de hacer una macana por desconocimiento. Ella decía que nadie nace sabiendo y equivocarse es humano. Yo me sentía segura y personada ante mis errores en cuanto estaba aprendiendo algo.
Pero también tenía muy claro que cuando hacía una macana, se me rompía algo o me fallaban los cálculos en algo que estaba haciendo, lo más importante, y cuanto antes, era contarlo, mostrarle lo que pasó, explicarle la situación. Ella premiaba estimulando el asumir la responsabilidad. Consideraba un valor asumir la culpa, decir: me pasó esto, no quise hacer daño.
Ahora, si al mandarme una macana, me escondía, desaparecía las pruebas o la negaba… ¡mamita querida! Se armaba el tole tole. Ella no soportaba la mentira, el que no me hiciera cargo de mi responsabilidad. En eso era implacable. Y por eso la respetábamos y le temíamos.
Pero ella era igual consigo misma. Ella era una persona íntegra, coherente.
Recuerdo una vez, que por mi culpa rompimos una de sus plantas en la sala. Corríamos con mi hermana sobre el escritorio de mi papá para sentarnos sobre una banqueta de tres patas… y por supuesto, una de las veces que las dos nos sentamos sobre ella a toda velocidad, caímos sobre la planta.
Mi reacción fue inmediatamente mostrarle a mamá lo que había pasado. Prefería que la viera desde ese mismo momento a que la descubriera más tarde. Mi hermana, dos años mayor que yo, fue corriendo a esconderse debajo de la cama de mis padres. Cuando mi mamá me preguntó por ella, le mostré donde se había escondido. Mi mamá la tomó de una de sus piernas y la sacó rápidamente… ¡y muy enojada! No por la planta, sino por la actitud de mi hermana.
De alguna manera resume lo que el evangelio de hoy nos dice acerca de Dios. Cada uno tiene la responsabilidad según lo que conoce y lo que sabe. Por eso Dios exige más a quien más conocimiento tiene y más responsabilidad tiene. Si conozco el mensaje de Jesús, no puedo no amar a mi prójimo, actuar en consecuencia. Pero quien aún no lo conoce, no tiene esa exigencia. Quienes tenemos fe corremos con una ventaja, porque nuestra vida la vivimos acompañados y fortalecidos por Dios. Mientras que quien no la tiene, todo le es más difícil, incluso discernir entre lo que Dios espera de nosotros y lo que no. Aunque intuitivamente cumpla Su voluntad. Amén.

Querido Jesús, sé que tengo la responsabilidad de mantenerme firme en la fe más allá de las tentaciones que se me presenten, y que mi responsabilidad es mayor que la de aquellas personas que aún no te conocen. Dame fuerzas para que siga siempre vigilante, siempre firme, que nada me desvíe de tu camino. Te lo pido a vos que me demostraste que es posible seguir la voluntad de Dios hasta el final. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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