Salmo 69 (6-16.25-36)
“…Tú, oh Dios, mi torpeza conoces,
no se te ocultan mis ofensas.
¡No se avergüencen por mí los que en ti esperan,
oh mi Señor el Justo!
¡No sufran confusión por mí los que te buscan,
oh Dios de Israel!
Pues por ti sufro el insulto,
y la vergüenza cubre mi semblante;
para mis hermanos soy un extranjero,
un desconocido para los hijos de mi madre;
pues me devora el celo de tu casa,
y caen sobre mí los insultos de los que te insultan.
Si mortifico mi alma con ayuno,
se me hace un pretexto de insulto;
si tomo un sayal por vestido,
para ellos me convierto en burla,
cuento de los que están sentados a la puerta,
y copla de los que beben licor fuerte.
Mas mi oración hacia ti, mi Señor,
en el tiempo propicio:
por tu gran amor, oh Dios, respóndeme,
por la verdad de tu salvación.
¡Sácame del barro, no me hunda,
escape yo a los que me odian,
a las honduras de las aguas!
¡El flujo de las aguas no me inunde
no me trague el abismo,
ni el pozo cierre sobre mí su boca!
¡Respóndeme, mi Señor, pues tu amor es bondad;
en tu inmensa ternura vuelve a mí tus ojos;
no retires tu rostro de tu siervo,
que en angustias estoy, pronto, respóndeme;
acércate a mi alma, rescátala,
por causa de mis enemigos, líbrame!...
…Derrama tu enojo sobre ellos,
los alcance el ardor de tu furia;
su recinto quede hecho un desierto,
en sus tiendas no haya quien habite:
porque acosan al que tú has herido,
y aumentan la herida de tu víctima.
Culpa añade a su culpa,
no tengan más acceso a tu justicia;
del libro de la vida sean borrados,
no sean inscritos con los justos.
Y yo desdichado, dolorido,
¡tu salvación, oh Dios, me restablezca!
El nombre de Dios celebraré en un cántico,
lo ensalzaré con la acción de gracias;
y más que un toro agradará a mi Señor,
más que un novillo con cuernos y pezuñas.
Lo han visto los humildes y se alegran;
¡viva vuestro corazón, los que buscan a Dios!
Porque mi Señor escucha a los pobres,
no desprecia a sus cautivos.
¡Alábenlo los cielos y la tierra,
el mar y cuanto se mueve en él!
Pues salvará Dios a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá:
habitarán allí y las poseerán;
la heredará la estirpe de sus siervos,
los que aman su nombre en ella residirán.” Amén.
Curiosidades
¿Quién fue Martín Lutero?
Nació en Eisleben, Alemania, el 10 de Noviembre de 1483, hijo de burgueses de una posición bastante acomodada, por lo que tuvo la posibilidad de estudiar en la Universidad de Erfurt con el fin de obtener el título de abogado. En una oportunidad viajaba de Erfurt la casa de sus padres en Mansfeld, lo sorprendió una tormenta en la que sintió el peligro de muerte. En esa situación extrema le prometió a Santa Ana que si salía vivo de la tormenta, tomaría los hábitos. Y así lo hizo, en Julio de 1505 ingresó al convento de monjes agustinos en Erfurt.
En su vida monástica se destacó por su aplicación y la gran cantidad de ejercicios religiosos para ganarse la misericordia de Dios: ayunos, vigilias, castigos corporales y rezos, hasta el agotamiento.
En 1508 fue llamado como profesor de ciencias bíblicas, a la Universidad de Wittenberg. En 1510 viajó al Vaticano, en Roma, de donde volvió absolutamente decepcionado al ver que allí sólo reinaba la vana piedad y la vida impía, tanto en el clero como en los creyentes. Al regresar, volvió a su cátedra, dedicándose especialmente a las epístolas de Pablo y los escritos de san Agustín.
A pesar de su vida severa y piadosa no lograba encontrar paz para su alma. Le afligía el hecho de no comprender de qué manera el cristiano lograba el perdón de Dios y así la salvación.
Mientras preparaba una conferencia sobre la epístola a los Romanos descubrió un pasaje que le cambiaría la vida por completo: “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley”, Ro.3:28.
En esos tiempos, el Papa León propagaba la venta de indulgencias para la construcción de la Basílica de san Pedro en Roma. Esto enojó a Lutero que elaboró 95 tesis que condenaban la venta de indulgencias, sosteniendo que la salvación es por la fe, y las colocó en la puerta de la catedral de Wittenberg el 31 de Octubre de 1517, vísperas del Día de Todos los Santos. Estas tesis se propagaron rápidamente y fueron objeto de muchos debates.
En 1520 el Papa amenazó con excomulgarlo a través de una bula, la que Lutero quemó en la plaza pública. Fue citado a retractarse, y no hizo, sino que reafirmó sus ideas. Así fue declarado hereje, un “fuera de la ley”, que cualquiera podía matar. Entonces su amigo Federico de Hesse lo mandó a secuestrar cuando viajaba de vuelta a Wittenberg, para de esa manera darle protección en su castillo de Wartburg, viviendo allí como el caballero Jorge.
Durante su estadía en el castillo de Wartburg aprovechó bien el tiempo: entre otras cosas, tradujo el N.T. del griego al alemán corriente.
En 1525 se casó con Catarina von Bora, una de las monjas fugitivas, tuvieron 5 hijos, de los que sólo sobrevivieron dos.
En 1529 publica los catecismos Mayor y Menor. Ese mismo año, en la Dieta de Espira, Lutero y sus partidarios son excomulgados, lo que provocó una protesta de los evangélicos, a partir de entonces se los llamó protestantes.
En 1530 el emperador Carlos V convocó a la Dieta de Augsburgo, cuya finalidad era superar las diferencias religiosas entre Roma y los reformados, para ese fin se elaboró la Confesión de Augsburgo. Más tarde los condes, príncipes y ciudades formaron la Liga de Esmalcalda para proteger la causa de la Reforma.
Lutero falleció el 18 de Febrero de 1546 en Eisleben, su ciudad natal. Trabajó hasta el final, predicando y publicando sus escritos.
Evangelio
Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Lucas 10:25-37
"Se levantó un legista, y dijo para ponerle a prueba: ‘Maestro, ¿que he de hacer para tener en herencia vida eterna?’ Él le dijo: ‘¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?’ Respondió: ‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.’ Le dijo entonces: ‘Bien has respondido. Haz eso y vivirás.’
Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: ‘Y ¿quién es mi prójimo?
Jesús respondió: ‘Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de bandidos, que, después de robarle y golpearlo, se fueron dejándolo medio muerto. Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verlo, dio un rodeo. De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio lo vio y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verlo tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándolo sobre su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: ‘Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva.’ ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?’
Él dijo: ‘El que practicó la misericordia con él.’ Le dijo Jesús: ‘Vete y haz tú lo mismo’." Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
No es lo mismo la lástima que la misericordia.
La lástima es un sentimiento de pena, pero que no nos involucra. Produce una limosna como una forma de sentir que se hace algo, pero no se está dispuesto a más. En el fondo, está la idea de que lo que se ve es una realidad que no se puede cambiar o que quien la sufre se la merece.
La misericordia está directamente relacionada al amor, por eso moviliza a quien la siente. La persona ve una realidad y se conmueve con quien la padece, e intenta cambiarla, hacer algo por el otro, la otra.
Cuando me veo en los ojos de la persona que sufre una situación pasajera o permanente, y logro hacer la empatía y pensar que puedo ser yo la que está sufriendo, es cuando la misericordia se hace presente. Dios es misericordioso, por eso cuando practicamos la misericordia, somos imagen y semejanza de Dios.
Tal como lo presenta el ejemplo de Jesús, no quedamos atados a la persona con quien practicamos la misericordia, ni ella queda atada a nosotros. Es una relación del momento de necesidad, por eso, cuando creamos obras como hogares de día para niños o jóvenes en situación de riesgo u otro tipo de espacios de ayuda, estos deben capacitar para la libertad. De nada sirve que se genere una dependencia eterna o un sentimiento de deuda.
La forma en que se devuelve un acto de misericordia es hacer lo mismo con otra persona, esto es ayudar a quien lo necesite.
De esta manera se va formando una gran cadena de amor, de servicio, de solidaridad, que es en definitiva lo que Dios espera de nosotros como humanidad y lo que Jesús nos vino a enseñar a través de su vida y su muerte.
La misericordia es la fuerza que nos permite cambiar el mundo desde las pequeñas actitudes cotidianas. Todos y todas podemos ser parte de esta tarea. Amén.
Querido Jesús, ¡cuántas veces he pasado al lado de quien necesita una mano! A veces porque estaba apurada, a veces porque tuve miedo, a veces, simplemente, porque no tenía ganas en ese momento. Ayudame a ser misericordiosa, a pensar que yo puedo ser esa persona que pide una ayuda y que quienes pasan le dan vuelta la cara. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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