Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 30
“Te ensalzaré, oh Señor, porque me has elevado,
Y no has permitido que mis enemigos se rían de mí.
Oh Señor, Dios mío,
A Ti pedí auxilio y me sanaste.
Oh Señor, has sacado mi alma del Seol;
Me has guardado con vida, para que no descienda al sepulcro.
Y no has permitido que mis enemigos se rían de mí.
Oh Señor, Dios mío,
A Ti pedí auxilio y me sanaste.
Oh Señor, has sacado mi alma del Seol;
Me has guardado con vida, para que no descienda al sepulcro.
Canten alabanzas al Señor, ustedes Sus santos,
Y alaben Su santo nombre.
Porque Su ira es sólo por un momento,
Pero Su favor es por toda una vida.
El llanto puede durar toda la noche,
Pero a la mañana vendrá el grito de alegría.
Y alaben Su santo nombre.
Porque Su ira es sólo por un momento,
Pero Su favor es por toda una vida.
El llanto puede durar toda la noche,
Pero a la mañana vendrá el grito de alegría.
En cuanto a mí, en
mi prosperidad dije:
“Jamás seré conmovido.”
Oh Señor, con Tu favor has hecho que mi monte permanezca fuerte;
Tú escondiste Tu rostro, fui conturbado.
“Jamás seré conmovido.”
Oh Señor, con Tu favor has hecho que mi monte permanezca fuerte;
Tú escondiste Tu rostro, fui conturbado.
A Ti, oh Señor, clamé,
Y al Señor dirigí mi súplica:
“¿Qué provecho hay en mi sangre (mi muerte) si desciendo al sepulcro?
¿Acaso Te alabará el polvo? ¿Anunciará Tu fidelidad?
Y al Señor dirigí mi súplica:
“¿Qué provecho hay en mi sangre (mi muerte) si desciendo al sepulcro?
¿Acaso Te alabará el polvo? ¿Anunciará Tu fidelidad?
Escucha, oh Señor, y ten piedad de mí;
Oh Señor, sé Tú mi ayuda.”
Tú has cambiado mi lamento en danza;
Has desatado mi ropa de luto y me has ceñido de alegría;
Para que mi alma Te cante alabanzas y no esté callada.
Oh Señor, Dios mío, Te daré gracias por siempre.” Amén.
Oh Señor, sé Tú mi ayuda.”
Tú has cambiado mi lamento en danza;
Has desatado mi ropa de luto y me has ceñido de alegría;
Para que mi alma Te cante alabanzas y no esté callada.
Oh Señor, Dios mío, Te daré gracias por siempre.” Amén.
Curiosidades
¿Quién es el
Cordero en el libro del Apocalipsis?
“Cordero de Dios” aparece sólo dos veces en el Nuevo Testamento.
También se encuentra la voz amnos en
Hch. Y 1 Pe.; arnos aparece en Lc., y
arnion una vez en Jn., además de 28
veces en el libro del Apocalipsis. La expresión “he aquí el cordero de Dios, que quita los pecados del mundo” se
atribuye a Juan el Bautista cuando aclama a Jesús. Se han propuesto muchas
interpretaciones del término “cordero”.
Algunos sugieren
que se refiere al cordero de la ofrenda por el pecado, y la frase “que quita el pecado del mundo” tiende a
apoyar esa tesis. El hecho de que aparentemente no hay ideas de propiciación en
otras partes del cuarto evangelio no es razón suficiente para rechazar esta
posibilidad.
Otros creen que
hay una referencia al cordero pascual. Las fiestas judías tienen una gran
significación en Juan, y Jn.19:35 puede ser una alusión al cordero de la
Pascua. Pero esto implicaría toda la frase, ya que el cordero pascual no
quitaba los pecados.
Algunos
sostienen que aquí tenemos una referencia al siervo sufriente de Is.53. la
palabra amnos aparece en Is.53:7 en
la LXX. El Bautista citó de Is.40 el día anterior, y bien puede haber estado
meditando sobre estos capítulos. La función de llevar los pecados está clara en
Is.53. la sugerencia de que amnos es
una mala traducción del arameo talya,
con el significado “sirviente”, “siervo” es ingeniosa, pero no ha podido
ser demostrada.
Otra posible
referencia es al macho cabrío con cuernos que iba a la cabeza del rebaño. “Cordero de Dios” podría así significar
lo mismo que “el rey de Israel”. Este
parecer sólo puede aceptarse si se supone que ho airón ten hamartian no tiene significado propiciatorio.
Parece probable que, cualquiera sea el
significado que quiso darle el Bautista, el propósito del evangelista fue que
sus lectores pensaran en el cordero que se ofrecía en el templo, el cordero
pascual, y el siervo sufriente. El “Cordero
de Dios” también nos recuerda la provisión por Dios de un cordero para el
sacrificio de Abraham.
Evangelio
Desde
el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos
sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Apocalipsis 5:6-14
“Miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres vivientes) y los
ancianos, a un Cordero, de pie, como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Él vino y tomó el libro de la mano derecha de Aquél que estaba sentado en el trono. Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante
del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de
oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. Y cantaban un cántico nuevo, diciendo:
“Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque Tú fuiste inmolado, y con Tu sangre
compraste (redimiste) para Dios a
gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación.
Y los has hecho un reino y sacerdotes para
nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.”
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era miríadas de miríadas, y
millares de millares, que
decían a gran voz:
“El Cordero que
fue inmolado es
digno de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor,
la gloria y la alabanza.”
Y oí decir a toda cosa creada que está en el cielo, sobre la
tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay:
“Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el dominio por los siglos de
los siglos.”
Los cuatro seres
vivientes decían:
“Amén,” y los ancianos se
postraron y adoraron.” Amén.
Los
textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos
podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
Como
cristianos creemos en un Dios que es para todas las personas,
independientemente de su cultura, etnia y lugar en el mundo. A pesar de que
Jesús vino al mundo en un hogar del Oriente Medio y judío, su mensaje desde el
principio apuntó no sólo a su gente, sino también a quienes eran considerados
impuros, extranjeros y hasta despreciables. Jesús aceptó entrar en las casas y
compartir las mesas de toda persona que le abriera la puerta. Si alguien se
acercaba buscándolo, siempre lo escuchaba y le transmitía paz, provocaba un
giro en su vida.
Esa
ha sido la misión de los cristianos y cristianas de todos los tiempos, llevar un
mensaje de inclusión, de aceptación del otro, de búsqueda de la paz, de
diálogo, de comprensión, de reconciliación al mundo, todas cosas que se
encuadran en el amor, que debería ser la ley de cada persona que se dice
cristiana.
Este
amor, esta paz a la que somos llamados a transmitir es independiente de la
cultura o las costumbres de las personas, está por encima, por eso no importa
en qué lugar del mundo se predica, tiene un espacio y puede anidar la Palabra.
En
un mundo en donde resaltamos las diferencias, buscamos la exclusividad, vivimos
en el egoísmo, este mensaje de Cristo está más vigente que nunca y podría ser
un agente de cambio importante, al punto que ya no tendrían sentido ni las
guerras ni la acumulación desmedida de las riquezas y ni todas las cosas de las
que se alimenta un mundo que vive en el perverso sistema neoliberal, que
necesita de víctimas, que necesita de los indigentes como parte del mismo.
Jesucristo
vino al mundo y dio su vida, para mostrarnos una nueva forma de vivir, sin
competencia entre nosotros, sin categorías, sin hambre y miseria, porque cuando
Dios creó este mundo lo hizo con lugar para todos, con todo lo necesario para
vivir, pero nuestro corazón mezquino no lo ha podido ni entender ni aceptar.
Seamos
mensajeros de Cristo, seamos sus embajadores, cambiemos el mundo empezando con
cambiar nuestras vidas. Amén.
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