Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 71
“En Ti, oh Señor, me refugio;
Jamás sea yo avergonzado.
Líbrame en Tu justicia, y rescátame;
Inclina a mí Tu oído, y sálvame.
Sé para mí una roca de refugio, a la cual pueda ir continuamente;
Tú has dado mandamiento para salvarme,
Porque Tú eres mi roca y mi fortaleza.
Dios mío, rescátame de la mano del impío,
De la mano del malhechor y del implacable,
Porque Tú eres mi esperanza;
Oh Señor Dios, Tú eres mi confianza desde mi juventud.
De Ti he recibido apoyo desde mi nacimiento;
Tú eres el que me sacó del seno de mi madre;
Para Ti es de continuo mi alabanza.
Jamás sea yo avergonzado.
Líbrame en Tu justicia, y rescátame;
Inclina a mí Tu oído, y sálvame.
Sé para mí una roca de refugio, a la cual pueda ir continuamente;
Tú has dado mandamiento para salvarme,
Porque Tú eres mi roca y mi fortaleza.
Dios mío, rescátame de la mano del impío,
De la mano del malhechor y del implacable,
Porque Tú eres mi esperanza;
Oh Señor Dios, Tú eres mi confianza desde mi juventud.
De Ti he recibido apoyo desde mi nacimiento;
Tú eres el que me sacó del seno de mi madre;
Para Ti es de continuo mi alabanza.
He llegado a ser el
asombro de muchos,
Porque Tú eres mi refugio fuerte.
Llena está mi boca de Tu alabanza
Y de Tu gloria todo el día.
No me rechaces en el tiempo de la vejez;
No me desampares cuando me falten las fuerzas.
Porque mis enemigos han hablado de mí;
Y los que acechan mi vida han consultado entre sí,
Diciendo: “Dios lo ha desamparado;
Persíganlo y aprésenlo, pues no hay quien lo libre.”
Porque Tú eres mi refugio fuerte.
Llena está mi boca de Tu alabanza
Y de Tu gloria todo el día.
No me rechaces en el tiempo de la vejez;
No me desampares cuando me falten las fuerzas.
Porque mis enemigos han hablado de mí;
Y los que acechan mi vida han consultado entre sí,
Diciendo: “Dios lo ha desamparado;
Persíganlo y aprésenlo, pues no hay quien lo libre.”
Oh Dios, no estés
lejos de mí;
Dios mío, apresúrate a socorrerme.
Sean avergonzados y consumidos los enemigos de mi alma;
Sean cubiertos de afrenta y de ignominia los que procuran mi mal.
Pero yo esperaré continuamente,
Y aún Te alabaré más y más.
Todo el día contará mi boca
De Tu justicia y de Tu salvación,
Porque son innumerables.
Vendré con los hechos poderosos de Dios el Señor;
Haré mención de Tu justicia, de la Tuya sola.
Dios mío, apresúrate a socorrerme.
Sean avergonzados y consumidos los enemigos de mi alma;
Sean cubiertos de afrenta y de ignominia los que procuran mi mal.
Pero yo esperaré continuamente,
Y aún Te alabaré más y más.
Todo el día contará mi boca
De Tu justicia y de Tu salvación,
Porque son innumerables.
Vendré con los hechos poderosos de Dios el Señor;
Haré mención de Tu justicia, de la Tuya sola.
Oh Dios, Tú me has
enseñado desde mi juventud,
Y hasta ahora he anunciado Tus maravillas.
Y aun en la vejez y las canas, no me desampares, oh Dios,
Hasta que anuncie Tu poder a esta generación,
Tu poderío a todos los que han de venir.
Porque Tu justicia, oh Dios, alcanza hasta los cielos,
Tú que has hecho grandes cosas;
Oh Dios, ¿quién como Tú?
Tú que me has hecho ver muchas angustias y aflicciones,
Me volverás a dar vida,
Y me levantarás de nuevo de las profundidades de la tierra.
Aumenta Tú mi grandeza
Y vuelve a consolarme.
Y hasta ahora he anunciado Tus maravillas.
Y aun en la vejez y las canas, no me desampares, oh Dios,
Hasta que anuncie Tu poder a esta generación,
Tu poderío a todos los que han de venir.
Porque Tu justicia, oh Dios, alcanza hasta los cielos,
Tú que has hecho grandes cosas;
Oh Dios, ¿quién como Tú?
Tú que me has hecho ver muchas angustias y aflicciones,
Me volverás a dar vida,
Y me levantarás de nuevo de las profundidades de la tierra.
Aumenta Tú mi grandeza
Y vuelve a consolarme.
Y yo Te daré
gracias con el arpa,
Cantaré Tu verdad, Dios mío;
A Ti cantaré alabanzas con la lira,
Oh Santo de Israel.
Darán voces de júbilo mis labios, cuando Te cante alabanzas,
Y mi alma, que Tú has redimido.
También mi lengua hablará de Tu justicia todo el día,
Porque han sido avergonzados,
Cantaré Tu verdad, Dios mío;
A Ti cantaré alabanzas con la lira,
Oh Santo de Israel.
Darán voces de júbilo mis labios, cuando Te cante alabanzas,
Y mi alma, que Tú has redimido.
También mi lengua hablará de Tu justicia todo el día,
Porque han sido avergonzados,
porque han sido humillados, los
que procuran mi mal.” Amén.
Curiosidades
El término griego más común para todas las formas
del amor en el NT es ágape, agapao. Esta es una de las palabras
menos comunes en el griego clásico, donde expresa, en las pocas ocasiones en
que aparece, esa forma suprema y noble del amor que ve algo infinitamente
precioso en su objeto. Su uso en el Nuevo Testamento no deriva directamente del
griego clásico sino de la LXX, en la que aparece en el 95% de los casos en que
el hebreo traduce por “amor”; y en todos los casos en que está relacionado con
el amor de Dios hacia el ser humano, del ser humano hacia Dios, y del ser
humano hacia su prójimo. La dignidad que posee este término en el NT se debe a
su uso como vehículo de la revelación del AT. Está cargada de relaciones
veterotestamentarias.
Fileo es la voz que alterna con agapao. Se usa más naturalmente para el afecto íntimo, y para el
placer de hacer cosas que resultan agradables, aunque encontramos una
considerable superposición en el uso de ambos términos. Buena parte de la
exégesis de Juan 21:15-17 ha girado en torno a la disposición de Pedro de decir
filo se, “yo soy tu amigo”, y su
aparente resistencia a decir agapo se.
Resulta difícil comprender por qué un escritor como Juan, cuyo griego era tan
simple, habría de usar las dos palabras en este contexto a menos que deseara
hacer una distinción entre sus significados. Los eruditos disputan seriamente,
sin embargo, la existencia de una clara distinción, aquí o en otros pasajes, y
los antiguos comentaristas no la mencionan, excepto quizás Ambrosio y la
Vulgata, que emplea en este pasaje diligo
y amo para traducir agapao y fileo respectivamente.
Evangelio
Desde el
interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos
sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
1 Corintios 12:27-13:13
“Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada
uno individualmente un miembro de él. Y en la iglesia, Dios ha designado primeramente, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego, milagros; después, dones de sanidad, ayudas,
administraciones, diversas clases de lenguas.
¿Acaso son todos apóstoles? ¿Acaso son todos profetas? ¿Acaso son
todos maestros? ¿Acaso son todos obradores
de milagros? ¿Acaso tienen todos dones de sanidad? ¿Acaso hablan todos en
lenguas? ¿Acaso interpretan todos? Pero deseen ardientemente los mejores dones.
Y aun yo les muestro un camino más excelente.
Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy. Y si diera todos mis bienes para dar de comer a
los pobres, y
si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me
aprovecha.
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no tiene envidia; el
amor no es jactancioso, no es arrogante. No se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no
toma en cuenta el mal recibido. El
amor no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca deja de ser. Pero si hay
dones de profecía,
se acabarán; si hay lenguas, cesarán; si hay conocimiento, se acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; pero cuando venga lo perfecto, lo incompleto se acabará. Cuando yo
era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño.
Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré
plenamente, como he sido conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza, el amor: estos tres; pero
el mayor de ellos es el amor.” Amén.
Los
textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos
podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
¿Qué
es lo que mueve al mundo?
Muchos
dicen que el dinero, otros, la pasión, y si estudiamos la historia según los
gobiernos y el poder, seguramente llegaríamos a esa conclusión. Hasta podríamos
afirmar que es la ambición la que mueve al mundo.
Pero
si pudiéramos estudiar las historias de la gente común, la de la gran masa de
personas que diariamente trabajan y en definitiva construyen la sociedad, sin
duda alguna, nos daríamos cuenta de que es el amor el que mueve el mundo, el
que lo transforma y lleva adelante cosas maravillosas.
Independientemente
de la fe, el amor hacia el ser humano que nace de ponerse en el lugar del otro
o de conmoverse por las personas más débiles y vulnerables, es el que moviliza
y construye los espacios necesarios para que la sociedad siga su curso.
Mucho
se escribe acerca del amor, y es como que sólo pertenece a los enamorados o a
determinadas relaciones familiares. Pero el amor es mucho más que eso, porque
viene de Dios. Tenemos un Dios de amor, que creó al mundo por amor y la
necesidad de compartir. A nosotros nos creó a su imagen y semejanza, lo que nos
hace seres que aman y crean, y en estas facultades es que ante las situaciones
que nos conmueven utilizamos nuestra creatividad para solucionar los problemas
y enfrentar los obstáculos.
Es
verdad que si detrás de lo que hacemos no hay amor, esto es también la
convicción de que vale la pena lo que hacemos, no vale de nada y no perdura en
el tiempo. Esto es fácil de observar cuando nos encontramos con proyectos que
sólo pertenecen al interés de una persona, y no desde el amor, ya que el amor
siempre se multiplica y se contagia.
¿Cómo
está tu vida? ¿buscás hacer las cosas con amor, mismo que a veces no sean tanto
de tu agrado? ¿qué has hecho hoy con amor?
El
amor no es pasión, no nace de las emociones, sino de nuestra conexión con Dios
y con las personas que nos rodean, que son nuestros semejantes. El amor del que
te hablo no tiene nada que ver con la familia o los amigos, se extiende no sólo
hacia las personas sino a toda la creación de Dios. Vos podés ser el
protagonista del cambio. Amén.
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