Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 91
“El que habita al
amparo del Altísimo
Morará a la sombra del Omnipotente.
Diré yo al Señor: “Refugio mío y fortaleza mía,
Mi Dios, en quien confío.”
Porque El te libra del lazo del cazador
Y de la pestilencia mortal.
Con Sus plumas te cubre,
Y bajo Sus alas hallas refugio;
Escudo y baluarte es Su fidelidad.
Morará a la sombra del Omnipotente.
Diré yo al Señor: “Refugio mío y fortaleza mía,
Mi Dios, en quien confío.”
Porque El te libra del lazo del cazador
Y de la pestilencia mortal.
Con Sus plumas te cubre,
Y bajo Sus alas hallas refugio;
Escudo y baluarte es Su fidelidad.
No temerás el terror de la noche,
Ni la flecha que vuela de día,
Ni la pestilencia que anda en tinieblas,
Ni la destrucción que hace estragos en medio del día.
Aunque caigan mil a tu lado
Y diez mil a tu diestra,
A ti no se acercará.
Con tus ojos mirarás
Y verás la paga de los impíos.
Porque has puesto al Señor, que es mi refugio,
Al Altísimo, por tu habitación.
No te sucederá ningún mal,
Ni plaga se acercará a tu morada.
Ni la flecha que vuela de día,
Ni la pestilencia que anda en tinieblas,
Ni la destrucción que hace estragos en medio del día.
Aunque caigan mil a tu lado
Y diez mil a tu diestra,
A ti no se acercará.
Con tus ojos mirarás
Y verás la paga de los impíos.
Porque has puesto al Señor, que es mi refugio,
Al Altísimo, por tu habitación.
No te sucederá ningún mal,
Ni plaga se acercará a tu morada.
Pues El dará
órdenes a Sus ángeles acerca de ti,
Para que te guarden en todos tus caminos.
En sus manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y la cobra pisarás;
Pisotearás al cachorro de león y a la serpiente.
Para que te guarden en todos tus caminos.
En sus manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y la cobra pisarás;
Pisotearás al cachorro de león y a la serpiente.
“Porque en Mí ha
puesto su amor, Yo entonces lo libraré;
Lo exaltaré, porque ha conocido Mi nombre.
Me invocará, y le responderé;
Yo estaré con él en la angustia;
Lo rescataré y lo honraré;
Lo saciaré de larga vida,
Y le haré ver Mi salvación.” Amén.
Lo exaltaré, porque ha conocido Mi nombre.
Me invocará, y le responderé;
Yo estaré con él en la angustia;
Lo rescataré y lo honraré;
Lo saciaré de larga vida,
Y le haré ver Mi salvación.” Amén.
Curiosidades
¿Qué significa "palabra" en el lenguaje bíblico?
En el AT “la palabra de Dios” se usa 394 veces
para hacer referencia a una comunicación divina que llega a los seres humanos
de parte de Dios en forma de mandamiento, profecía, advertencia o aliento. La
fórmula usual es “vino palabra de mi Señor a…”, pero a veces la palabra es
“vista”, como si fuese una visión. La palabra de mi Señor es extensión de la
personalidad divina, investida con autoridad divina, y debe ser escuchada por
ángeles y personas; permanece para siempre, y una vez pronunciada no puede
volver sin que se cumpla. Se la usa como sinónimo de ley de Dios en el Salmo
119, único lugar donde se hace referencia a ella como mensaje escrito en lugar
de hablado.
En el NT es traducción de dos términos, logos y rhema, de los que el primero se usa especialmente en cuanto al
mensaje evangélico cristiano, aunque el segundo también tiene el mismo
significado. Nuestro Señor habló de la palabra de Dios, pero en los evangelios
sinópticos siempre se valió del plural al hablar de su propio mensaje. En el
cuarto evangelio, sin embargo, con frecuencia se encuentra el singular. Para la
iglesia primitiva la palabra es un mensaje revelado por Dios en Cristo, que
debía ser predicado, atendido, y obedecido. Se trataba de la palabra de vida,
de verdad, de salvación, de reconciliación, de la cruz.
Evangelio
Desde el
interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos
sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Romanos 10:5-13
“Pues Moisés escribe que el hombre que practica la justicia que es
de la ley, vivirá por ella. Pero la justicia que es de
la fe, dice así: “No digas en tu corazón: ‘¿Quien subirá al cielo?’ Esto es, para hacer bajar a Cristo, o ‘¿Quien descenderá al abismo?’ Esto es, para subir a Cristo de entre los muertos.”
Pero, ¿qué dice? “Cerca de ti esta la palabra, en tu boca y
en tu corazón,” es
decir, la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios Lo resucitó de entre los
muertos, serás salvo. Porque
con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.
Pues la Escritura dice: “Todo el que cree en El no será avergonzado.” Porque
no hay distinción entre Judío y Griego, pues el mismo Señor es Señor de todos, abundando en riquezas para todos los que Le
invocan; porque:
“Todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo.” Amén.
Los
textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos
podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
Me
gusta pensar que la fe en Jesús nos iguala a todos y que rompe todas las
barreras.
Hoy
se habla mucho de inclusión y de aceptación del otro, pero no es tan fácil
llevarlo a la práctica, porque el pensar diferente, el tener costumbres
diferentes, requiere un esfuerzo de todas las partes. El aspecto físico es algo
absolutamente irrelevante comparado con el intentar una comunión, una
convivencia en el respeto y la aceptación.
Nuestra
tendencia es querer imponer lo nuestro como lo mejor, porque es lo mejor para
nosotros y eso es lógico. Muchas veces lo hacemos inconscientemente, y eso es
peor aún, porque a veces hasta nos sentimos muy abiertos y receptivos y no lo
somos.
Pero
ahí está el mensaje de Cristo, el que nos hermana y el Espíritu que es el que
nos da la capacidad de la aceptación mutua en las diferencias. La convicción de
que Jesucristo murió por todas las personas de este mundo, incluso aquellas que
no nos caen bien o que incluso nos hacen daño, es lo que también nos permite
comprender que en la diferencia está la riqueza.
Uno
de los países en donde ha sido y lo sigue siendo, muy fuerte la discriminación
entre las personas es Sudáfrica. Una de las formas de comprenderse en su
pluralidad de etnias y pueblos fue el arco iris. Los colores diferentes del
arco iris son los que lo hacen hermoso y son su esencia. Lo mismo es la
diversidad en cuanto a costumbres, creencias, color de piel, sexualidad y
tantas otras cosas más.
Al
mismo tiempo, los colores del arco iris componen la luz. Si para nosotros la
Luz es Cristo, es obvio que estando El en cada uno de nosotros, al igual que
cuando la luz pasa por el prisma aparecen los colores, diferentes pero
necesarios para dar luz.
Si
creemos en Cristo podemos ser luz, y aunque brillemos de diferentes colores
todos podemos iluminar y eso es lo bueno. Amén.
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