sábado, 22 de abril de 2017

30 de Abril

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 16

““Guárdame, oh Dios, en ti está mi refugio.

Yo digo a mi Señor: ‘Tú eres mi Señor,
mi bien, nada hay fuera de ti’;
ellos, en cambio, a los santos que hay en la tierra:
‘¡Magníficos, todo mi gozo en ellos!’

Sus ídolos abundan, tras ellos van corriendo.
Mas yo jamás derramaré sus libámenes de sangre,
jamás tomaré sus nombres en mis labios.

Mi Señor, la parte de la herencia y de mi copa,
tú mi suerte aseguras;
la cuerda me asigna un recinto de delicias,
mi heredad es preciosa para mí.

Bendigo a mi Señor que me aconseja;
aun de noche mi conciencia me instruye;
pongo a mi Señor ante mí sin cesar;
porque él está a mi diestra, no vacilo.

Por eso se me alegra el corazón, mis entrañas retozan,
y hasta mi carne en seguro descansa;
pues no has de abandonar mi alma al seol,
ni dejarás a tu amigo ver la fosa.
Me enseñarás el camino de la vida,
hartura de goces, delante de tu rostro,
a tu derecha, delicias para siempre.” Amén.

Curiosidades

Los campesinos fueron masacrados en la guerra de 1525, los levantamientos campesinos siempre tuvieron ese final, pero, ¿qué consecuencias tuvo para los sublevados?

Las consecuencias para los sublevados fueron drásticas. Según estimaciones, ya solamente durante la fase bélica habrían perdido la vida unos 100.000 campesinos. Los sobrevivientes fueron automáticamente afectados por la proscripción imperial ("Reichsacht") que comportaba una situación parecida a la muerte civil. Así fueron privados de todos sus derechos y posesiones y podían ser declarados proscriptos "Vogelfrei". Los líderes fueron castigados con la pena de muerte.
Los otros amotinados fueron sometidos a los tribunales penales de los señores territoriales, que podían ser muy crueles. Muchos relatos dan cuenta de decapitaciones, extirpación de ojos, amputaciones de miembros y cosas por el estilo. Aquellos que debieron pagar solamente penas pecuniarias, podían considerarse privilegiados, si bien muchos de los condenados ni siquiera estaban en condiciones de hacerlo.
Comunidades enteras fueron desposeídas de todos sus derechos por haber sostenido a los insurgentes. En parte perdieron los derechos de jurisdicción, se prohibieron las fiestas y las fortificaciones de los pueblos fueron arrasadas. Las armas debieron ser entregadas y hasta se prohibió la frecuentación de tabernas por la noche.
En algunas regiones, sin embargo, tuvo consecuencias positivas, si bien no fueron muchas. En algunos territorios fueron solucionados inconvenientes por medio de acuerdos, en los casos en que los levantamientos hubieran tenido lugar en razón de circunstancias particularmente malas, como en el caso del principado-abadía de Kempten, por el que se estableció un acuerdo en la Dieta de Espira de 1526.
https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_los_campesinos_alemanes

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 24:13-35

“Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran. El les dijo: «¿De qué discuten entre ustedes mientras van andando?» Ellos se pararon con aire entristecido.
Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?» El les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazoreo, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados lo condenaron a muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él sería el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no lo vieron.»
El les dijo: «¡Oh insensatos y lentos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?» Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras.
Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos lo forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?»
Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!» Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Hay una canción de Carmen Veneziale y Juan Carlos Maddio, inspirada en este relato bíblico que compartimos hoy, que dice:
“Quedate con nosotros,
Señor de la esperanza,
el mundo que tú amas
hoy lucha por vivir;
y aunque a veces dudamos
de tu presencia en casa
no dejes que la noche nos sorprenda sin ti.

Y porque ya anochece,
quédate con nosotros,
no dejes que la noche
nos sorprenda sin ti."
La mezcla de la certeza y la duda que tanto tiene que ver con nuestra fe humana, que va y vuelve, y que, a pesar de todos nuestros deseos e intenciones, no logramos ser perseverantes y firmes. A pesar de nuestras dudas, no nos abandones, Señor…
No hay nada más terrible que irse a dormir con miedo, con preocupaciones, con dolor, con angustia… nada de eso nos permitirá descansar, y cualquiera de estas cosas nos hará pasar la noche más oscura que puede existir.
Sentir el abrazo de Dios, invocando su presencia en una oración, una canción o un texto bíblico, es muy importante a la hora de buscar un descanso reparador. Dejar nuestras preocupaciones a Dios es fundamental, para que “la noche no nos sorprenda si ti”.
Antiguamente no se permitía a la gente marcharse a la noche, porque la noche era símbolo de inseguridad. Por eso los discípulos de Jesús no lo dejaron ir a pesar de que no lo habían reconocido. Y al recibirlo en la casa, lo reconocieron al partir el pan. Tanto habían buscado respuestas en palabras y lo encontraron en lo más cotidiano: la mesa y el pan.
Y es que Dios está en lo cotidiano, aunque nos cuesta verlo, aunque muchas veces “dudamos de su presencia en casa”.
Dios nos acompaña cada día, son nuestros ojos los que no lo ven, pero es posible sentirlo cuando vivimos una vida en el amor, la hospitalidad, la comprensión mutua, la contención y la aceptación del otro tal cual es. Dios está en cada persona, ahí lo podemos descubrir y nos puede acompañar. La cosa es no desesperar ni dejarse invadir por la soledad y el miedo, porque aún solos/as, Dios nos abraza y nos protege con su amor. Amén.

Querido Jesús, muchas veces me siento como tus discípulos de Emaús, me cuesta verte, me cuesta sentir tu cercanía. Ayúdame a quitarme las escamas de mis ojos para ver tu luz y vivir en tu paz. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario