Salmo 25
“A ti, mi Señor, levanto mi alma,
oh Dios mío.
En ti confío, ¡no sea confundido,
no triunfen de mí mis enemigos!
No hay confusión para el que espera en ti,
confusión para el que espera en ti,
confusión sólo para el que traiciona sin motivo.
Muéstrame tus caminos, mi Señor,
enséñame tus sendas.
Guíame en tu verdad, enséñame,
que tú eres el Dios de mi salvación.
En ti estoy esperando todo el día,
por tu bondad, mi Señor.
Acuérdate, mi Señor, de tu ternura,
y de tu amor, que son de siempre.
De los pecados de mi juventud no te acuerdes,
pero según tu amor, acuérdate de mí.
Bueno y recto es mi Señor;
por eso muestra a los pecadores el camino;
conduce en la justicia a los humildes,
y a los pobres enseña su sendero.
Todas las sendas de mi Señor son amor y verdad
para quien guarda su alianza y sus dictámenes.
Por tu nombre, oh mi Señor,
perdona mi culpa, porque es grande.
Si hay un hombre que tema a mi Señor,
él le indica el camino a seguir;
su alma mora en la felicidad,
y su estirpe poseerá la tierra.
El secreto de mi Señor es para quienes le temen,
su alianza, para darles cordura.
Mis ojos están fijos en mi Señor,
que él sacará mis pies del cepo.
Vuélvete a mí, tenme piedad,
que estoy solo y desdichado.
Alivia los ahogos de mi corazón,
hazme salir de mis angustias.
Ve mi aflicción y mi penar,
quita todos mis pecados.
Mira cuántos son mis enemigos,
cuán violento el odio que me tienen.
Guarda mi alma, líbrame,
no quede confundido, cuando en ti me cobijo.
Inocencia y rectitud me amparen,
que en ti espero, mi Señor.
Redime, oh Dios, a Israel
de todas sus angustias.” Amén.
Curiosidades
¿Qué es el género apocalíptico?
La apocalíptica, o género apocalíptico, es una forma de literatura sumamente estilizada, con sus propias convenciones en cuanto a simbolismo y terminología, que se nutre continuamente de fuentes del A.T. es una literatura de sueños y visiones, a menudo centrada en una visión del trono celestial. La profecía escatológica puede adoptar la forma de largas conversaciones o de imágenes simbólicas, a veces sumamente artificiales, otras muy gráficas y efectivas. Probablemente los escritores de obras apocalípticas nunca pensaron describir el fin en términos literales. Al tratar de describir una salvación futura que trasciende la experiencia histórica ordinaria, parecería que adoptaron algunos símbolos de los mitos cananeos y de la mitología que encontraron en la parte oriental de la diáspora, como también en la Palestina helenística. La literatura apocalíptica a menudo muestra una interacción íntima, pero a la vez crítica, con la cultura internacional de su época.
La orientación puramente futurista de la literatura apocalíptica judía se modifica en el N.T. por la convicción de que ya ha comenzado el cumplimiento escatológico en el hecho histórico de Jesucristo. Los cristianos viven entre el “ya” y el “todavía no”. De esta manera se sustituye la tendencia apocalíptica a valorar negativamente la historia actual por la convicción de que ya está obrando el propósito redentor de Dios dentro de la historia de la era presente.
(Nuevo Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.82-84)
Evangelio
Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Lucas 21:25-36
“‘Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán en el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobren ánimo y levanten la cabeza porque se acerca su liberación’
Les añadió esta parábola: ‘Miren la higuera y todos los árboles. Cuando ya echan brotes, al verlos, saben que el verano está ya cerca. Así también ustedes, cuando vean que sucede esto, sepan que el Reino de Dios está cerca. Yo les aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
‘Guárdense de que no se hagan pesados sus corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre ustedes, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan en la faz de la tierra. Estén en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengan fuerza y escapen a todo lo que está para venir, y puedan estar de pie delante del Hijo del hombre’.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
Estar atentos, vigilantes… prestar atención a lo que sucede… algo muy difícil en una sociedad que necesita estar siempre entretenida, divertida…
Sólo pocas personas se dedican a observar, a mantenerse en silencio, a prestar atención en los detalles de lo que sucede a nuestro alrededor, en mirar los rostros de las personas, percibir las miradas, el alma.
Nuestra sociedad está llena de ruidos, sonidos y estruendos, de imágenes de todos los colores y todos los tenores… vivimos en una estimulación constante de nuestros sentidos y nos perdemos de disfrutar los pequeños detalles, los delicados, los casi imperceptibles.
La música siempre es a todo volumen, las imágenes, impresionantes, los sabores condimentados y artificiales… y así nos vamos alejando de la naturaleza… del sonido del agua cuando corre, de la florecita del campo, de la fruta madurada por el sol…
¿Cómo prestar atención? ¿cómo percibir lo que Dios nos quiere decir? ¿cómo? Si lo que me dice que mire a veces ni lo logro percibir… un árbol con brotes nuevos, corazones livianos o pesados… o tener un momento de oración, de silencio, de introspección…
La locura y las muchas formas de anestesiarnos que tenemos para no descubrir que nuestra vida es más muerte que vida… es necesario estar atentos… atentos a que no se nos pase la vida en vano, a no desperdiciar este tiempo único y limitado que es la vida, a que cuando llegue nuestra hora finalmente nos lamentemos de tanta pérdida de tiempo. Amén.
Querido Jesús, muchas veces me dejo llevar por la ola de la sociedad, una sociedad que se ha deshumanizado. Ayudame a volver a mi raíz, a mi esencia, a encontrarme a mí misma para poder seguirte y caminar sobre tus pasos, esos pasos que me guían a mí y a toda persona que quiera escucharte, a una vida integral, armónica y en paz. Te lo pido en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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