Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de
una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las
Escrituras:
Salmo 118
“…“Alaben a mi Señor, porque él es bueno,
porque para siempre es su misericordia.
porque para siempre es su misericordia.
Diga ahora Israel
que para siempre es su misericordia.
Diga ahora la casa de Aarón
que para siempre es su misericordia.
Digan ahora los que temen a mi Señor
que para siempre es su misericordia.
que para siempre es su misericordia.
Diga ahora la casa de Aarón
que para siempre es su misericordia.
Digan ahora los que temen a mi Señor
que para siempre es su misericordia.
Desde la angustia invoqué a Jah,
y me respondió Jah, poniéndome en lugar espacioso.
Mi Señor está conmigo; no temeré
lo que me pueda hacer el hombre.
Mi Señor está conmigo entre los que me ayudan;
por tanto, yo veré mi deseo en los que me aborrecen.
Mejor es confiar en mi Señor
que confiar en el hombre.
Mejor es confiar en mi Señor
que confiar en príncipes.
y me respondió Jah, poniéndome en lugar espacioso.
Mi Señor está conmigo; no temeré
lo que me pueda hacer el hombre.
Mi Señor está conmigo entre los que me ayudan;
por tanto, yo veré mi deseo en los que me aborrecen.
Mejor es confiar en mi Señor
que confiar en el hombre.
Mejor es confiar en mi Señor
que confiar en príncipes.
Todas las naciones me rodean;
mas en el nombre de mi Señor yo las destruiré.
Me rodean y me asedian;
mas en el nombre de mi Señor yo las destruiré.
Me rodean como abejas;
se enardecen contra mí como fuego entre espinos;
mas en el nombre de mi Señor yo las destruiré.
Me empujaste con violencia para que cayera,
pero me ayudó mi Señor.
Mi fortaleza y mi cántico es Jah,
y él me ha sido por salvación.
mas en el nombre de mi Señor yo las destruiré.
Me rodean y me asedian;
mas en el nombre de mi Señor yo las destruiré.
Me rodean como abejas;
se enardecen contra mí como fuego entre espinos;
mas en el nombre de mi Señor yo las destruiré.
Me empujaste con violencia para que cayera,
pero me ayudó mi Señor.
Mi fortaleza y mi cántico es Jah,
y él me ha sido por salvación.
Voz de júbilo y de salvación
hay en las tiendas de los justos;
la diestra de mi Señor hace proezas.
La diestra de mi Señor es sublime;
la diestra de mi Señor hace valentías.
¡No moriré, sino que viviré
y contaré las obras de Jah!
Me castigó gravemente Jah,
pero no me entregó a la muerte.
hay en las tiendas de los justos;
la diestra de mi Señor hace proezas.
La diestra de mi Señor es sublime;
la diestra de mi Señor hace valentías.
¡No moriré, sino que viviré
y contaré las obras de Jah!
Me castigó gravemente Jah,
pero no me entregó a la muerte.
¡Abranme las puertas de la justicia;
entraré por ellas, alabaré a Jah;
ésta es la puerta de mi Señor;
por ella entrarán los justos!
entraré por ellas, alabaré a Jah;
ésta es la puerta de mi Señor;
por ella entrarán los justos!
Te alabaré porque me has oído
y me fuiste por salvación.
La piedra que desecharon los edificadores
ha venido a ser la cabeza del ángulo.
De parte de mi Señor es esto
y es cosa maravillosa a nuestros ojos.
Éste es el día que hizo mi Señor;
¡nos gozaremos y alegraremos en él!
Mi Señor, sálvanos ahora, te ruego;
te ruego, mi Señor, que ahora nos hagas prosperar.
¡Bendito el que viene en el nombre de mi Señor!
Desde la casa de mi Señor les bendecimos.
Mi Señor es Dios y nos ha dado luz;
aten víctimas con cuerdas
a los cuernos del altar.
y me fuiste por salvación.
La piedra que desecharon los edificadores
ha venido a ser la cabeza del ángulo.
De parte de mi Señor es esto
y es cosa maravillosa a nuestros ojos.
Éste es el día que hizo mi Señor;
¡nos gozaremos y alegraremos en él!
Mi Señor, sálvanos ahora, te ruego;
te ruego, mi Señor, que ahora nos hagas prosperar.
¡Bendito el que viene en el nombre de mi Señor!
Desde la casa de mi Señor les bendecimos.
Mi Señor es Dios y nos ha dado luz;
aten víctimas con cuerdas
a los cuernos del altar.
Mi Dios eres tú y te alabaré;
Dios mío, te exaltaré.
Dios mío, te exaltaré.
Alaben a mi Señor, porque él es bueno,
porque para siempre es su misericordia.” Amén.
porque para siempre es su misericordia.” Amén.
Curiosidades
¿Cuáles eran las tareas de un pastor de ovejas en los tiempos de la
Biblia?
En el NT la misión de Cristo es la del Pastor, o mejor, el Gran Pastor.
Juan 10 lo explica en detalle, capítulo que merece compararse con Ezequiel 34.
Los puntos principales que destaca Juan son: la iniquidad de los que se
“infiltran dentro del rebaño”; el uso de la puerta como la marca del verdadero
pastor; la familiaridad de las ovejas con la voz del jefe les ha sido asignado
(en el oriente los pastores modernos utilizan justamente los mismos métodos);
las enseñanzas sobre la persona de Cristo, a quien se compara con la puerta
(los pastores orientales frecuentemente dormían atravesando la “puerta” o
abertura en el muro del redil); se lo compara con el buen pastor y se lo
contrasta con el asalariado, que huye cuando se presenta el peligro. Juan hace
notar también la relación entre Cristo, sus seguidores, y Dios; la reunión de
las “otras ovejas” en “su rebaño”; y el rechazo de lo que no son verdaderas
ovejas de Cristo.
(Nuevo
Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.1048)
Evangelio
Desde el interior de las Escrituras se oyen
latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto
bíblico de hoy:
Juan
10:11-18
“»Yo soy el buen
pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Pero el asalariado,
que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y
deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye porque es asalariado y no le importan
las ovejas.
»Yo soy el buen
pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre
me conoce y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. Tengo, además,
otras ovejas que no son de este redil; a ésas también debo atraer y oirán mi
voz, y habrá un rebaño y un pastor. Por eso me ama el
Padre, porque yo pongo mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita,
sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para
volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si
reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de
Dios: momento de reflexión:
Hay muchas formas de dar la vida.
Generalmente se asocia el dar la vida con morir
por una causa. Pero dar significa entrega, regalo, y de eso se trata.
En un mundo en donde nada se regala, o si se da es
a cambio de algo, no como una transacción económica clara, sino como el
adueñarse de la vida del otro, sea en la política, en el fútbol o en la
religión, es difícil pensar en dar por amor, simplemente.
Como seres humanos tenemos miedo a sufrir, ya sea
por el engaño, por la estafa, la desilusión, el abuso. Tenemos miedo de
entregarnos, de mostrarnos tal como somos, de exponernos, de hacernos
vulnerables. Sin embargo la propuesta de Jesús es justamente esta.
Él mismo se expuso sin límites al punto de
terminar sólo, colgado en una cruz, como un bandido, un fuera de la ley,
despreciado por todos, abandonado por sus amigos.
El dar puede ser muy ingrato, pero puede
provocarnos una felicidad enorme también. Entregarse es un riesgo, pero ¿vale
la pena?
¿Qué hubiera pasado si Jesús se ponía a medir las
cosas a favor y las cosas en contra antes de entregarse por nosotros? La
historia hubiera sido totalmente otra.
Como cristianos siempre digo que tenemos un as en
la manga, porque a partir de Jesús ni la muerte puede afectarnos, porque
permanecemos vivos en Cristo. De ahí que a la hora de la entrega, de
arriesgarnos a favor de la vida, de la defensa de la vida, contamos con una
ventaja. Pero debemos estar convencidos de que esto es así, y es ahí en donde falla.
El tema es que para saber cómo se siente cuando
nos entregamos a pleno a una vida en Cristo sólo es posible a partir de la
experiencia misma, y eso pasa a ser la limitación o la imposibilidad de
hacerlo.
Un ejemplo concreto: alguien necesita algo que yo
tengo, que también necesito. Si lo doy seguramente no me va a faltar, me va a
sobrar, pero para experimentarlo, tengo hacerlo, pero el temor a que me falte
me impide vivir esa experiencia. Pasa con la ofrenda, con la hospitalidad, con
todo aquello que exija de mí una entrega de tiempo, dinero, esfuerzo, etc.
El dar es una experiencia hermosa. Dar la vida lo
es mucho más, es dejarse llevar por Dios mismo
para ser su herramienta en la certeza de que nada me pasará y lo que
suceda será siempre de bendición. Dar no es una teoría, es práctica, es
vivencia. Amén.
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