Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de
una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las
Escrituras:
Salmo
137
Junto a los ríos de Babilonia,
allí nos sentábamos y llorábamos
acordándonos de Sión.
Sobre los sauces, en medio de ella,
colgamos nuestras arpas.
Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían cánticos,
los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo:
«Cantadnos algunos de los cánticos de Sión.»
allí nos sentábamos y llorábamos
acordándonos de Sión.
Sobre los sauces, en medio de ella,
colgamos nuestras arpas.
Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían cánticos,
los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo:
«Cantadnos algunos de los cánticos de Sión.»
¿Cómo cantaremos un cántico de mi Señor
en tierra de extraños?
Si me olvido de ti, Jerusalén,
pierda mi diestra su destreza.
Mi lengua se pegue a mi paladar,
si de ti no me acuerdo;
si no enaltezco a Jerusalén
como preferente asunto de mi alegría.
en tierra de extraños?
Si me olvido de ti, Jerusalén,
pierda mi diestra su destreza.
Mi lengua se pegue a mi paladar,
si de ti no me acuerdo;
si no enaltezco a Jerusalén
como preferente asunto de mi alegría.
Mi Señor, recuerda a los hijos de Edom
cuando el día de Jerusalén decían:
«¡Arrásenla, arrásenla
hasta los cimientos!»
cuando el día de Jerusalén decían:
«¡Arrásenla, arrásenla
hasta los cimientos!»
Hija de Babilonia, la desolada,
bienaventurado el que te dé el pago
de lo que tú nos hiciste.
¡Dichoso el que tome tus niños
y los estrelle contra la peña!” Amén.
bienaventurado el que te dé el pago
de lo que tú nos hiciste.
¡Dichoso el que tome tus niños
y los estrelle contra la peña!” Amén.
Curiosidades
¿Qué significa el término “luz” en la Biblia?
La santidad de Dios se expresa en términos de luz, por ejemplo en 1
Timoteo, donde se dice que habita “en luz inaccesible”, en 1 Juan, que dice
“Dios es luz”, otros pasajes en la misma epístola, en los que se explican las
consecuencias de este hecho para el creyente. Podemos ver el mismo pensamiento
en la típica expresión hebrea “hijos de luz”, que dos veces emplea Pablo.
En el evangelio de Juan el término luz se refiere, no tanto a la santidad
de Dios, como a la revelación de su amor en Cristo y la penetración de dicho
amor en vidas entenebrecidas por el pecado. Es así que Cristo se refiere a sí
mismo como “la luz del mundo”, y en el Sermón del Monte aplica esta expresión a
sus discípulos. En forma semejante, Pablo puede referirse a “la luz del
evangelio de la gloria de Cristo”, y a Dios mismo como el que “resplandeció en
nuestros corazones”.
(Nuevo
Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág.833)
Evangelio
Desde el interior de las Escrituras se oyen
latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto
bíblico de hoy:
Juan 3:14-21
“Y como Moisés
levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre
sea levantado, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que
tenga vida eterna.
»De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga
vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino
para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree no es condenado;
pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del
unigénito Hijo de Dios. Y ésta es la condenación: la luz vino al mundo,
pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran
malas, pues todo aquel que hace lo malo detesta la luz y no viene a la
luz, para que sus obras no sean puestas al descubierto. Pero el que
practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus
obras son hechas en Dios.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si
reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de
Dios: momento de reflexión:
Una de las pruebas en el desierto, mientras que el
pueblo de Israel caminaba hacia la tierra prometida fue una invasión de
serpientes venenosas. La única forma de no morir era mirar fijamente una
serpiente de bronce atada a un mástil en el medio del campamento, cuando la
persona era picada por una de las víboras venenosas. Esta fue la imagen que
Jesús eligió para hablar acerca de la fe en Él.
Los problemas por los que nos toca atravesar como
parte de la vida son como mordidas de serpientes venenosas, nos cuesta no mirar
el tobillo y ver el daño. Nos agachamos y nos encorvamos sobre nosotros mismos,
encerrándonos en nuestro dolor y preocupación. Esto mismo nos distrae y dejamos
de fijar nuestros ojos en la cruz, en Cristo, en la serpiente de bronce que se
alza en medio del desierto.
Ahora, si a pesar del dolor y la preocupación,
logramos ver por encima de esto y no nos encerramos en nosotros mismos, sino
que permitimos que Dios actúe mediante la fe en Cristo, todo es más fácil y
menos trágico. Sentimos el dolor, pero no nos concentramos en él, nos
concentramos en la promesa de Vida de Jesús, y de saber que todo pasa, incluso
el dolor que sentimos que es insuperable.
Hoy te invito a que fijes tu mirada en Jesús, en
sus ojos buenos, en su presencia amable y afectuosa. Te invito a que busques
sus Palabras y que sean el bálsamo que alivien tu dolor y te permita así ver
que siempre después de la tormenta sale el sol y que lo más importante es no
desesperar, no creer que está solo, que Jesús te acompaña a través de las
personas que te rodean y te tienden una mano.
Que tu dolor y tu angustia no te enceguezca para
no identificar todas las manos que están dispuestas a ayudarte, aliviarte y
levantarte. Amén.
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