Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo
69 (6-16.30-34)
…No sean
avergonzados por causa mía
los que en ti confían,
Señor, mi Señor de los ejércitos;
no sean confundidos por causa mía
los que te buscan,
Dios de Israel,
porque por amor de ti he sufrido afrenta;
confusión ha cubierto mi rostro.
Extraño he sido para mis hermanos
y desconocido para los hijos de mi madre.
los que en ti confían,
Señor, mi Señor de los ejércitos;
no sean confundidos por causa mía
los que te buscan,
Dios de Israel,
porque por amor de ti he sufrido afrenta;
confusión ha cubierto mi rostro.
Extraño he sido para mis hermanos
y desconocido para los hijos de mi madre.
Me consumió
el celo de tu Casa
y los insultos de los que te difamaban cayeron sobre mí.
Lloré, afligiendo con ayuno mi alma,
y esto me ha sido por afrenta.
Me vestí, además, con ropas ásperas
y vine a serles por proverbio.
Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta,
y en sus canciones los bebedores se burlaban de mí.
y los insultos de los que te difamaban cayeron sobre mí.
Lloré, afligiendo con ayuno mi alma,
y esto me ha sido por afrenta.
Me vestí, además, con ropas ásperas
y vine a serles por proverbio.
Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta,
y en sus canciones los bebedores se burlaban de mí.
Pero yo a
ti oraba, mi Señor,
en el tiempo de tu buena voluntad;
Dios, por la abundancia de tu misericordia,
por la verdad de tu salvación, escúchame.
Sácame del lodo
y no sea yo sumergido;
sea yo libertado de los que me aborrecen
y de lo profundo de las aguas.
No me arrastre la corriente de las aguas,
ni me trague el abismo,
ni el pozo cierre sobre mí su boca.
en el tiempo de tu buena voluntad;
Dios, por la abundancia de tu misericordia,
por la verdad de tu salvación, escúchame.
Sácame del lodo
y no sea yo sumergido;
sea yo libertado de los que me aborrecen
y de lo profundo de las aguas.
No me arrastre la corriente de las aguas,
ni me trague el abismo,
ni el pozo cierre sobre mí su boca.
Respóndeme,
mi Señor, porque benigna es tu misericordia;
mírame conforme a la multitud de tus piedades…
mírame conforme a la multitud de tus piedades…
…Alabaré
con cánticos el nombre de Dios,
lo exaltaré con alabanza.
Y agradará a mi Señor más que sacrificio de buey
o becerro que tiene cuernos y pezuñas.
Lo verán los oprimidos y se gozarán.
Busquen a Dios y vivirá sus corazones,
porque mi Señor oye a los necesitados
y no menosprecia a sus prisioneros.
lo exaltaré con alabanza.
Y agradará a mi Señor más que sacrificio de buey
o becerro que tiene cuernos y pezuñas.
Lo verán los oprimidos y se gozarán.
Busquen a Dios y vivirá sus corazones,
porque mi Señor oye a los necesitados
y no menosprecia a sus prisioneros.
¡Alábenlo
los cielos y la tierra,
los mares y todo lo que en ellos se mueve!...” Amén.
los mares y todo lo que en ellos se mueve!...” Amén.
Curiosidades
¿Qué es la “gracia” según las cartas paulinas?
La palabra “gracia” ocupa un lugar prominente en las salutaciones
iniciales y las bendiciones finales de las epístolas, como agregado al saludo
judío convencional de “paz”. La base de la doctrina de Pablo se encuentra en
Romanos 1:16-13:20. El ser humano aparece como pecador, pero es justificado por
gracia, Dios en su gracia lo trata como si
nunca hubiese pecado, a pesar de ser culpable.
La fe es la respuesta humana a la gracia divina. Esta fe es don de Dios;
las palabras “no de ustedes” pueden referirse a sesomenoi (“salvos”), pero Pablo quiere señalar que la palabra “fe”
no tiene que tomarse en el sentido de alguna acción independiente por parte del
creyente. Esta fe, aunque significa que no hay salvación por medio de la ley,
no va en contra de la ética. La fe es moralmente vital por sí misma. “Obra por
el amor”. C.A.Anderson Scott dice que desde el momento en que la fe adquirió
carácter activo idealmente se operó allí una transformación de la perspectiva
ética.
La posición del creyente bajo la gracia se explica, no por algo en él
mismo, sino por la voluntad de Dios. La doctrina de la elección tiene dos
funciones: detener y regular el espíritu humano independiente y farisaico, y
mostrar que al otorgar su favor, Dios es perfectamente libre. Cada paso en el
curso de la vida cristiana se debe a la gracia: llamado, arrepentimiento y fe.
En Romanos 8 Pablo repasa la agencia divina desde el llamado hasta la
gloria final de los redimidos. Con todo, no pasa por alto la responsabilidad
del ser humano. La obediencia es una actitud moral y no puede convertirse en
ninguna otra cosa. Los seres humanos se vuelven a Dios por su propia cuenta.
A.Stewart sugiere que 1 Tesalonisenses
enseña que hasta la perseverancia es puesta en tela de juicio. Los dos
lados de la cuestión aparecen juntos en Romanos 9-10. El capítulo 9 contiene
las afirmaciones más rotundas en cuanto a una doble predestinación, mientas que
en el capítulo 10 afirma que el rechazo por parte de Dios se debe a la
incredulidad y la desobediencia. Debe tenerse presente, no obstante, que el
tema fundamental de dichos capítulos no es la salvación personal, sino las
funciones colectivas de los que han sido elegidos por Dios para llevar a cabo
sus propósitos.
Romanos 6 se vale de la figura del bautismo para enseñar la victoria
sobre l pecado por medio de la gracia. H.Wheeler Robinson sostiene que el
bautismo del creyente no constituye simplemente un simbolismo ilustrativo sino
el aspecto objetivo de lo que e la fe subjetivamente. Otros dirían que el
bautismo de párvulos es un medio de gracia, porque el niño es un símbolo de la
incapacidad y la impotencia humanas. Estos puntos de vista parecerían
contradecir la inalterable valoración paulina de la fe.
(Nuevo
Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - págs.563-564)
Evangelio
Desde el interior de las Escrituras se oyen
latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto
bíblico de hoy:
Romanos
5:12-15
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por
un hombre y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres,
por cuanto todos pecaron. Antes de la Ley ya había pecado en el mundo; pero donde no hay Ley,
no se inculpa de pecado. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que
no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que
había de venir.
Pero el don no fue
como la transgresión, porque si por la transgresión de aquel uno muchos
murieron, la gracia y el don de Dios abundaron para muchos por la gracia de un
solo hombre, Jesucristo.” Amén.
Si bien no nos gusta hablar demasiado del tema, la
muerte es parte de la vida. Somos conscientes de que desde nuestro nacimiento,
la muerte es nuestro destino más seguro y de lo que nadie puede escapar,
independientemente de su poder económico, religioso o político. La muerte nos
iguala a tod@s.
La explicación bíblica de la muerte es la
desobediencia de Adán. Dios le ordena que no coma del árbol del conocimiento y
junto con Eva es una de las primeras cosas que hacen, entonces Dios los echa
del huerto y desde ese momento la muerte entra en escena, junto con el
sufrimiento, el dolor, la fatiga, el trabajo, el deseo. Esta es la realidad del
ser humano con la que debe convivir y salir adelante.
Una de las misiones de Jesús al venir a la tierra
fue revertir esta realidad, y vence a la muerte con su muerte, la derrota,
resucita y así se presenta a sus discípulos y discípulas. Ell@s descubren su
corporeidad en la resurrección, por lo que no es un fantasma o un ánima, sino
que es concreto. Él fue el primero y nosotros somos llamados a resucitar a
partir de él. Esta Vida en abundancia no la hemos logrado por nuestros propios
medios, sino por gracia, esto es, como un regalo de Dios a través de su Hijo.
Es curiosa esta decisión de Dios de darnos la vida
eterna, ya que una de las razones por las cuales expulsó a Adán y Eva del
huerto fue que no vayan a comer del árbol de la Vida… no es que nos tiene
vedada la Vida eterna, sino que Él decidirá el momento y el árbol…
Este árbol termina siendo un madero seco, una
cruz, y su fruto, su propio Hijo, Jesucristo.
Si lo pensamos bien es una historia de amor y
cuidado tremenda y hermosa, de entrega y de tiempos precisos…
Nosotros, los seres humanos, somos muy ansiosos,
nos cuestan los procesos de espera, dar el tiempo necesario para que todo
encaje perfectamente. Dios, en su obra redentora, nos invita a dejar fluir las
cosas, tomarnos el tiempo necesario y esperar los momentos precisos. Todo
llega… sólo hay que tener la paciencia y la paz para dejar que Dios actúe en
nuestras vidas. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario