viernes, 31 de agosto de 2012

2 de Septiembre

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 15

Señor, ¿quién puede vivir en tu templo?
¿Quién puede habitar en tu santo monte?
El que vive rectamente y practica la justicia,
el que es sincero consigo mismo,
el que no calumnia con la lengua,
ni perjudica a sus amigos,
ni procura el mal de su vecino;
el que desprecia al que Dios desprecia,
pero honra al que da honra a Dios;
el que cumple sus promesas aunque salga perjudicado.
El que no presta dinero con interés,
ni acepta soborno en contra del inocente.
El que así vive, jamás caerá.” Amén.

Curiosidades

¿Qué es el “corbán?

El término griego korbán proviene de la transliteración del hebreo qorbân, que significa "un regalo", "una ofrenda" a Dios; literalmente, "lo que se trae cerca").
El Corbán como expresión es usada por los judíos refiriéndose a una ley que liberaba de la obligación de atender a los padres (Mr. 7:11).
Qorbân aparece con frecuencia en el AT (Lv. 1:3; 2:1; 27: 9; Nm. 7:3, 12, 13, 17; etc.) y significa una ofrenda. Cuando un judío pronunciaba este término, bajo las circunstancias que describió Jesús, significaba que cualquier beneficio que los padres pudieran obtener de él, a partir de ese momento era un regalo para el templo, por lo cual no podían utilizarlo. Cristo reprendió severamente a los que, en su intento por defraudar a sus progenitores, usaban este esquema piadoso con la consecuencia de que un mandamiento de Dios, el 5º, se ponía totalmente a un lado (Mr. 7:9-13; cf Mt. 15:3-5). Para conocer tradiciones judías con respecto a los votos, véase el tratado Nedarim de la Mishná. Durante las excavaciones cerca del Muro de los Lamentos en Jerusalén, en 1968, se descubrió la pata de un utensilio de piedra sobre la que había grabado la palabra qorbân en letras hebreas. El utensilio habría sido dedicado a Dios o al templo.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Marcos 7:1-13

“Los fariseos y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén, se acercaron a Jesús y vieron que algunos de sus discípulos comían pan con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado. (Los fariseos, y todos los judíos, viven aferrados a la tradición de los ancianos, de modo que, si no se lavan las manos muchas veces, no comen. Cuando vuelven del mercado, no comen si antes no se lavan. Y conservan también muchas otras tradiciones, como el lavar los vasos en que beben, los jarros, los utensilios de metal, y las camas.) Entonces los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos impuras?» Jesús les respondió: «¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, cuando escribió:
»“Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
No tiene sentido que me honren,
si sus enseñanzas son mandamientos humanos.”
Porque ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, y se aferran a la tradición de los hombres.» [Es decir, al lavamiento de jarros y de vasos para beber, y a muchas otras cosas semejantes.]
También les dijo: «¡Qué bien invalidan ustedes el mandamiento de Dios, para mantener su propia tradición! Porque Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”, y también: “El que maldiga al padre o a la madre, morirá irremisiblemente.” Pero ustedes dicen: “Basta que alguien diga al padre o a la madre: ‘Todo aquello con que podría ayudarte es Corbán’ (es decir, mi ofrenda a Dios)”, y con eso ustedes ya no permiten que nadie ayude más a su padre o a su madre. Es así como ustedes invalidan la palabra de Dios con la tradición que se han transmitido, además de que hacen muchas otras cosas parecidas.»” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Nunca me deja de asombrar cómo una y otra vez se repite el hecho de que aquellas personas que se muestran más devotas a Dios, con las más legalistas y discriminadoras. Es como que en esa búsqueda de transitar el camino de Jesús, terminan sintiéndose mejores que otras personas, a las que por supuesto, condenan.
Y esto se hace visible en momentos, como el año pasado, se estudió y se aprobó el matrimonio igualitario. En ese momento, en el nombre de Dios, muchísimos cristianos salieron al ruedo hablando acerca del pecado de la homosexualidad, se dijeron cosas horribles acerca de las personas de condición sexual diferente quela heterosexualidad.
La pregunta es ¿dónde se encuentran en la Biblia los textos que condenan la homosexualidad? ¿cuándo Jesús habló de esto? En realidad no encontramos en ninguno de los evangelios que Jesús hablara acerca de la sexualidad humana, él se dedicó a explicarnos cómo amar, como cumplir el mandato del amor.
Pero los cristianos no nos conformamos con eso, no nos sentimos diferentes y especiales practicando el amor al prójimo. Necesitamos definir quienes están bien y quienes están mal… ¡ahí ya estamos transitando en el pecado!
Pero no sólo nos pasa con las personas homosexuales, también con aquellas personas que no van a la iglesia, o las que van a otra. En vez de seguir a Jesús, queremos imponer reglas, definir quién es mejor que el otro. Nos rasgamos las vestiduras antes algunas cosas, pero a la vez cometemos actos terribles en el nombre de Dios.
Cuando por fin dejemos de creernos dueños de la opinión de Dios acerca de las demás personas, y nos dediquemos a seguir los pasos de Jesús, seguramente muchas cosas van a cambiar.
Es importante que comprendamos que el amor está por encima de cualquier costumbre, y que los seres humanos no vivimos siempre como “se debería” sino como podemos. Jesús siempre se ubicó en cada situación, y así como el derroche de agua en un lugar desierto es mayor pecado que lavarse las manos y los utensilios que se van a usar, así también en toda circunstancia debemos ubicarnos para ir al encuentro del otro, en el amor y la comprensión, con la certeza de que Jesús vino al mundo y murió también por esa persona tan diferente a mí. Amén.

Querido Jesús: sé que muchas veces mido diferente a los demás que a mí misma. Soy compasiva conmigo misma y justifico mis acciones, incluso cuando van en contra de tus enseñanzas. Perdóname por esto y ayudame a cambiar, a ser inclusiva, a ponerme en el lugar del otro. Te lo pido a vos que me mostraste que esto es posible, que diste tu vida mí y por los demás y que junto al Padre y al Espíritu Santo reinas por toda la eternidad. Amén.

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