Salmo 118
“¡Aleluya!
“¡Aleluya!
¡Den gracias a mi Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
¡Diga la casa de Israel:
que es eterno su amor!
¡Diga la casa de Aarón:
que es eterno su amor!
¡Digan los que temen a mi Señor:
que es eterno su amor!
porque es eterno su amor!
¡Diga la casa de Israel:
que es eterno su amor!
¡Diga la casa de Aarón:
que es eterno su amor!
¡Digan los que temen a mi Señor:
que es eterno su amor!
En mi angustia hacia mi Señor grité,
él me respondió y me dio respiro;
mi Señor está por mí, no tengo miedo,
¿qué puede hacerme el ser humano?
Mi Señor está por mí, entre los que me ayudan,
y yo desafío a los que me odian.
Mejor es refugiarse en mi Señor
que confiar en ser humano;
mejor es refugiarse en mi Señor
que confiar en magnates.
Me rodeaban todos los gentiles:
en el nombre de mi Señor los desuní;
me rodeaban, me acorralaban:
en el nombre de mi Señor los desuní.
Me rodeaban como avispas,
llameaban como fuego de zarzas:
en el nombre de mi Señor los desuní.
Se me empujó, se me empujó para abatirme,
pero mi Señor vino en mi ayuda;
mi fuerza y mi cántico es mi Señor,
él ha sido para mí la salvación.
Clamor de júbilo y salvación,
en las tiendas de los justos:
"¡La diestra de mi Señor hace hazañas,
excelsa la diestra de mi Señor,
la diestra de mi Señor hace hazañas!"
No, no he de morir, que viviré,
y contaré las obras de mi Señor;
me castigó, me castigó mi Señor,
pero a la muerte no me entregó.
¡Ábranme las puertas de justicia,
entraré por ellas, daré gracias a mi Señor!
Aquí está la puerta de mi Señor,
por ella entran los justos.
Gracias te doy, porque me has respondido,
y has sido para mí la salvación.
La piedra que los constructores desecharon
en piedra angular se ha convertido;
esta ha sido la obra de mi Señor,
una maravilla a nuestros ojos.
¡Este es el día que mi Señor ha hecho,
exultemos y gocémonos en él!
¡Ah, mi Señor, da la salvación!
¡Ah, mi Señor, da el éxito!
¡Bendito el que viene en el nombre de mi Señor!
Desde la Casa de mi Señor los bendecimos.
Mi Señor es Dios, él nos ilumina.
¡Cierren la procesión, ramos en mano,
hasta los cuernos del altar!
Tú eres mi Dios, yo te doy gracias,
Dios mío, yo te exalto.
¡Den gracias a mi Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!” Amén.
y yo desafío a los que me odian.
Mejor es refugiarse en mi Señor
que confiar en ser humano;
mejor es refugiarse en mi Señor
que confiar en magnates.
Me rodeaban todos los gentiles:
en el nombre de mi Señor los desuní;
me rodeaban, me acorralaban:
en el nombre de mi Señor los desuní.
Me rodeaban como avispas,
llameaban como fuego de zarzas:
en el nombre de mi Señor los desuní.
Se me empujó, se me empujó para abatirme,
pero mi Señor vino en mi ayuda;
mi fuerza y mi cántico es mi Señor,
él ha sido para mí la salvación.
Clamor de júbilo y salvación,
en las tiendas de los justos:
"¡La diestra de mi Señor hace hazañas,
excelsa la diestra de mi Señor,
la diestra de mi Señor hace hazañas!"
No, no he de morir, que viviré,
y contaré las obras de mi Señor;
me castigó, me castigó mi Señor,
pero a la muerte no me entregó.
¡Ábranme las puertas de justicia,
entraré por ellas, daré gracias a mi Señor!
Aquí está la puerta de mi Señor,
por ella entran los justos.
Gracias te doy, porque me has respondido,
y has sido para mí la salvación.
La piedra que los constructores desecharon
en piedra angular se ha convertido;
esta ha sido la obra de mi Señor,
una maravilla a nuestros ojos.
¡Este es el día que mi Señor ha hecho,
exultemos y gocémonos en él!
¡Ah, mi Señor, da la salvación!
¡Ah, mi Señor, da el éxito!
¡Bendito el que viene en el nombre de mi Señor!
Desde la Casa de mi Señor los bendecimos.
Mi Señor es Dios, él nos ilumina.
¡Cierren la procesión, ramos en mano,
hasta los cuernos del altar!
Tú eres mi Dios, yo te doy gracias,
Dios mío, yo te exalto.
¡Den gracias a mi Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!” Amén.
Curiosidades
¿Cómo era el ritual de sepultura en los tiempos de Jesús?
Tabita fue lavada y colocada en una habitación en el piso alto. Los brazos y las piernas de Lázaro y de Jesús fueron envueltos con vendas de lienzo impregnadas con perfumes aromáticos, y alrededor de la cabeza les envolvieron otro trozo de lienzo. El que los judíos adoptaron el latín sudarium, que significa pañuelo o servilleta, para describir al “turbante” resulta evidente por el uso juanino y por el sudarim misnaico, que lo definen como “una bufanda envuelta alrededor de la cabeza, que cuelga sobre el cuello”. Debemos suponer también que se vestía el cuerpo; tal vez el singular sindon indique una camisa de lienzo. Se sabe que la práctica normal del s.I el cuerpo se ungía inmediatamente, y se ataba el mentón “no para elevarlo, sino para que no se hunda más”; de la misma manera se describe una inmediata ligadura de las mandíbulas, lo cual indica la función del sudarium. Jesús reconoció una anticipación de las costumbres mortuorias normales entre los judíos cuando fueron ungidos sus pies o su cabeza en Betania; pero los preparativos de las mujeres para ungirlo se vieron frustrados.
Evangelio
Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
¿Cómo era el ritual de sepultura en los tiempos de Jesús?
Tabita fue lavada y colocada en una habitación en el piso alto. Los brazos y las piernas de Lázaro y de Jesús fueron envueltos con vendas de lienzo impregnadas con perfumes aromáticos, y alrededor de la cabeza les envolvieron otro trozo de lienzo. El que los judíos adoptaron el latín sudarium, que significa pañuelo o servilleta, para describir al “turbante” resulta evidente por el uso juanino y por el sudarim misnaico, que lo definen como “una bufanda envuelta alrededor de la cabeza, que cuelga sobre el cuello”. Debemos suponer también que se vestía el cuerpo; tal vez el singular sindon indique una camisa de lienzo. Se sabe que la práctica normal del s.I el cuerpo se ungía inmediatamente, y se ataba el mentón “no para elevarlo, sino para que no se hunda más”; de la misma manera se describe una inmediata ligadura de las mandíbulas, lo cual indica la función del sudarium. Jesús reconoció una anticipación de las costumbres mortuorias normales entre los judíos cuando fueron ungidos sus pies o su cabeza en Betania; pero los preparativos de las mujeres para ungirlo se vieron frustrados.
Evangelio
Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:
Lucas 24:1-12
“El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. Pero encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro, y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. Como ellas temiesen e inclinasen el rostro a tierra, les dijeron: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden cómo les habló cuando estaba todavía en Galilea, diciendo: "Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado, y al tercer día resucite. " Y ellas recordaron sus palabras.Regresando del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás. Las que decían estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana y María la de Santiago y las demás que estaban con ellas. Pero todas estas palabras les parecían como desatinos y no les creían.Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se inclinó, pero sólo vio las vendas y se volvió a su casa, asombrado por lo sucedido.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:
Jesús eligió a las mujeres para que fueran las primeras en enterarse de su resurrección. Esas mujeres que lo acompañaron todo el tiempo, desde lejos, las mismas que estuvieron bajo la cruz, llorando…
Esas mujeres que querían sepultarlo con los honores que merecía su maestro, ese hombre que tantas cosas les había enseñado, que las había incluido en su grupo, sin hacer diferencias, sino como a iguales.
Sí, eligió a las mujeres como las primeras en anunciar la gran noticia y lo que es el sustento de la fe de los cristianos: la resurrección del Señor. Mujeres que no podían ser testigos ante la Ley judía, eran testigos de que Jesús había cumplido su promesa de derrotar a la muerte.
Así, Jesús quiso reivindicar a la mujer, volverla al lugar que tuvo desde la creación: compañera del hombre, carne de su carne y hueso de sus huesos, aquella que llenó de alegría a Adán, aquella, creada a imagen y semejanza de Dios, aquella, discriminada, abusada y menospreciada hasta en lo más maravilloso de la creación de Dios: el poder de engendrar vida dentro de su vientre, de alimentar a través de su propio cuerpo…
Pero todo eso no sirvió de nada… siglos y siglos después, las mujeres seguimos siendo discriminadas, relegadas, despreciadas y abusadas de muchas maneras. Siglos y siglos de cristianismo, de la Iglesia predica acerca del lugar de la mujer como un escalafón más bajo que el hombre, miles y miles de cristianos que todavía nos consideran impuras, tentadoras y buenas para manejar el trapo y la olla.
Y no es casual, porque en este mundo dirigido por los hombre, en donde las mujeres que asumen cargos de poder repiten el modelo machista, sentándose sobre los que están debajo de ella, no permitiendo que como mujer, imponga otro modelo, más integrador, más armónico.
Algunas cosas han cambiado, es verdad… pero todavía no hemos comprendido ni las propias mujeres qué es lo que Dios espera de nosotras, ni qué es lo que Jesús nos quiso decir cuando nos eligió como las que tuvimos el privilegio de descubrir la tumba vacía.
No se trata de puja de poder, se trata de un cambio de modelo en todos los aspectos. Se trata de una sociedad más inclusiva, más justa, más misericordiosa, en donde no es el fuerte que se impone sino que cada cual pueda desarrollarse como persona, se trata de dignificar a todas las personas, de aprovechar las diferencias para el crecimiento.
A las mujeres que descubrieron el sepulcro vacío, a las mujeres que anunciaron que el Señor había resucitado, les costó mucho ser aceptadas como a iguales (la envidia siempre hace sus cositas) pero hoy el mundo habla acerca de la muerte y resurrección de Jesucristo… por lo que trascendió. Animémonos también hoy, amigas, a anunciar que a partir de Jesús podemos ser herramientas transformadoras de nuestra sociedad. Amén.
Querido Jesús, ¡cómo me gustaría haber sido una de esas mujeres! Siempre me imagino caminando con los perfumes, de mañana muy temprano… quiero ser tu discípula y a pesar del miedo, animarme a contar tu obra maravillosa de redención. Dame la fortaleza y la alegría necesaria para emprender esta difícil tarea en un mundo que te necesita, pero no quiere saber de vos. Te lo pido en el nombre del Padre y del Espíritu Santo, que junto a vos, reinan por toda la eternidad. Amén.
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