sábado, 27 de febrero de 2010

28 de Febrero

Cada latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios, escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:

Salmo 27

“Mi Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién he de temer? Mi Señor, el refugio de mi vida,
¿por quién he de temblar?

Cuando se acercan contra mí los malhechores
a devorar mi carne,
son ellos, mis adversarios y enemigos,
los que tropiezan y sucumben.
Aunque acampe contra mí un ejército,
mi corazón no teme;
aunque estalle una guerra contra mí,
estoy seguro en ella.

Una cosa he pedido a mi Señor,
una cosa estoy buscando:
morar en la Casa de mi Señor,
todos los días de mi vida,
para gustar la dulzura de mi Señor
y cuidar de su Templo.

Que él me dará cobijo en su cabaña
en día de desdicha;
me esconderá en lo oculto de su tienda,
sobre una roca me levantará.

Y ahora se alza mi cabeza
sobre mis enemigos que me hostigan;
en su tienda voy a sacrificar,
sacrificios de aclamación.

Cantaré, salmodiaré a mi Señor.

Escucha, mi Señor, mi voz que clama,
¡tenme piedad, respóndeme!
Dice de ti mi corazón:
‘Busca su rostro’.
Sí, mi Señor, tu rostro busco:
No me ocultes tu rostro.

No rechaces con cólera a tu siervo;
tú eres mi auxilio.
No me abandones, no me dejes,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
mi Señor me acogerá.

Enséñame tu camino, mi Señor,
guíame por senda llana,
por causa de los que me asechan;
no me entregues al ansia de mis adversarios,
pues se han alzado contra mí falsos testigos,
que respiran violencia.
¡Ay, si estuviera seguro de ver la bondad de mi Señor
en la tierra de los vivos!
Espera en mi Señor, ten valor y firme corazón,
espera en mi Señor.” Amén.
Curiosidades

¿Qué es la transfiguración de Jesús y por qué aparecen Moisés y Elías?

La transfiguración marca una etapa importante en la revelación de Jesús como el Cristo y el Hijo de Dios. Se trata de una experiencia semejante a la del bautismo. Aquí su gloria es revelada no sólo por sus hechos, sino de un modo más personal. La gloria denota la presencia real, porque el reino está en medio de su pueblo.
Hay muchos rasgos en relación con el relato que derivan su significación del A.T. Moisés y Elías representan la Ley y los profetas, que se cumplen, y son reemplazados por él. Los dos habían tenido visiones de la gloria de Dios sobre el monte, Moisés en el Sinaí, y Elías en Horeb. Ninguno de los dos dejó una tumba conocida. La ley de Moisés y la venida de Elías se mencionan juntas en los últimos vv. del A.T. Los dos hombres ante la tumba vacía y en el momento de la ascensión, y los “dos testigos” se identifican a veces con Moisés y Elías. La voz celestial que dijo, “este es mi Hijo amado; a él oíd”, individualiza a Jesús no sólo como el Mesías sino también como el Profeta de Dt.18:15 ss.
La nube simboliza la protección de la presencia divina. Hay una nube que recibe a Cristo y lo arrebata de la vista de sus discípulos en el momento de la ascensión. El regreso de Cristo será con nubes.
La transfiguración es, por tanto, un punto central en la revelación del reino de Dios, por cuanto se remonta al A.T. y muestra la forma en que Cristo lo cumple, y luego vuelve la mirada hacia los grandes acontecimientos de la cruz, la resurrección, y la parusía. Pedro estaba equivocado cuando trató de hacer que el experimento adquiriese permanencia. Todo lo que hacía falta era la presencia de Jesús solo, y que prestaran atención a su voz.

Evangelio

Desde el interior de las Escrituras se oyen latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto bíblico de hoy:

Lucas 9:28b-36

… tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén. Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: ‘Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías’, sin saber lo que decía. Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. Y vino una voz desde la nube, que decía: ‘Este es mi Hijo, mi Elegido; escúchenlo’. Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.” Amén.

Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de Dios: momento de reflexión:

Muchos cristianos se han sentido tentados de apartarse del mundo, de hacerse una especie de “isla sagrada” en donde sólo están ellos, sin ningún tipo de contaminación. Los monasterios y los conventos tienen algo que ver con esto, pero también dentro del mundo protestante podemos ver estos intentos de alejarse de la vida cotidiana de los seres humanos comunes y corrientes. Calvino, con su ciudad de Dios, los menonitas, con sus comunidades, algunas iglesias evangélicas, que, aunque no viven en una comunidad aparte, sólo se reúnen entre sí, y no comparten nada con el resto de la gente que no pertenece a su comunidad, escuchan sólo radios evangélicas, ven canales evangélicos, no van a los lugares de dispersión de las demás personas: bailes, cines, discotecas, etc.
Pero, cuando Jesús vino al mundo, cuando caminó entre nosotros, él se zambulló en la vida de las personas, sin hacer diferencias: habló con una mujer samaritana en el pozo, aceptó la invitación de Zaqueo a comer a su casa junto a sus amigos, buscó un grupo de discípulos que estaban lejos de ser personas reconocidas por la sociedad, y menos aún por el mundo religioso.
Jesús nos enseñó que para dar testimonio tenemos que andar entre la gente, ayudando y siendo útiles a todos aquellos que nos necesitan. Jesús nos enseñó que de ninguna manera podemos dar testimonio de él alejados de la realidad de las personas, sobre todo de aquellas que más necesitan de su mensaje de amor.
Por eso te estoy hablando ahora desde una radio común, en medio de cualquier programa, porque así tiene que ser: sólo podemos dar a conocer el mensaje liberador de Jesucristo si nos metemos hasta el cuello en el mundo y todos sus problemas y contradicciones.
Pedro, cuando sintió tanta paz y armonía en el monte, cuando Jesús se mostró con toda su gloria, y quiso quedarse así para siempre, Jesús lo cortó y le hizo saber adónde debía dar testimonio, adónde lo estaban necesitando.
Es mucho más fácil encerrase y hacerse un mundo propio con todos los que piensan lo mismo, pero, ¿se crece así? ¿se renueva el mensaje?
No, de ninguna manera. Jesús vino al mundo para salvarlo y para que todos tuviéramos la oportunidad de conocerlo. Jesús vino al mundo para enseñarnos que podemos vivir mejor y más felices. Jesús vino al mundo para que vos, que tal vez todavía no te has decidido, formes parte de los suyos. Amén.

Querido Jesús, te pido porque cada día pueda ser útil sirviéndote; que siempre esté dispuesta a ser un instrumento tuyo, a ayudar a quien lo necesite; te pido que sienta siempre la necesidad de estar con otros, con otras, de conocer sus necesidades, sus problemas, y de esta manera acercarles una palabra de aliento, un gesto de amor que muestre que es posible seguir remándola en este mundo cargado de dificultades y contradicciones. Te lo pido en tu nombre, y en el del Padre y el Espíritu Santo que reinan junto a vos por siempre. Amén.

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