Cada
latido de nuestro corazón marca el ritmo de una poesía hecha por Dios,
escuchemos con el alma las poesías presentes en las Escrituras:
Salmo 86
“Inclina, mi
Señor, tu oído, y escúchame,
porque estoy afligido e indigente.
Guarda mi alma, porque soy piadoso;
¡salva tú, Dios mío, a tu siervo
que en ti confía!
Ten misericordia de mí, mi Señor,
porque a ti clamo todo el día.
Alegra el alma de tu siervo,
porque a ti, Señor, levanto mi alma,
porque tú, Señor, eres bueno y perdonador,
y grande en misericordia para con todos los que te invocan.
Escucha, mi Señor, mi oración
y está atento a la voz de mis ruegos.
En el día de mi angustia te llamaré,
porque tú me respondes.
porque estoy afligido e indigente.
Guarda mi alma, porque soy piadoso;
¡salva tú, Dios mío, a tu siervo
que en ti confía!
Ten misericordia de mí, mi Señor,
porque a ti clamo todo el día.
Alegra el alma de tu siervo,
porque a ti, Señor, levanto mi alma,
porque tú, Señor, eres bueno y perdonador,
y grande en misericordia para con todos los que te invocan.
Escucha, mi Señor, mi oración
y está atento a la voz de mis ruegos.
En el día de mi angustia te llamaré,
porque tú me respondes.
Señor,
ninguno hay como tú entre los dioses
ni obras que igualen tus obras.
Todas las naciones que hiciste
vendrán y adorarán delante de ti, Señor,
y glorificarán tu nombre,
porque tú eres grande y hacedor de maravillas;
¡solo tú eres Dios!
Enséñame, mi Señor, tu camino,
y caminaré yo en tu verdad;
afirma mi corazón
para que tema tu nombre.
Te alabaré, mi Señor, Dios mío, con todo mi corazón
y glorificaré tu nombre para siempre,
porque tu misericordia es grande para conmigo
y has librado mi alma de las profundidades del seol.
ni obras que igualen tus obras.
Todas las naciones que hiciste
vendrán y adorarán delante de ti, Señor,
y glorificarán tu nombre,
porque tú eres grande y hacedor de maravillas;
¡solo tú eres Dios!
Enséñame, mi Señor, tu camino,
y caminaré yo en tu verdad;
afirma mi corazón
para que tema tu nombre.
Te alabaré, mi Señor, Dios mío, con todo mi corazón
y glorificaré tu nombre para siempre,
porque tu misericordia es grande para conmigo
y has librado mi alma de las profundidades del seol.
Dios, los
soberbios se levantaron contra mí,
conspiración de violentos ha buscado mi vida
y no te han tomado en cuenta.
Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente,
lento para la ira y grande en misericordia y verdad,
mírame y ten misericordia de mí;
da tu poder a tu siervo
y guarda al hijo de tu sierva.
Haz conmigo señal para bien,
y véanla los que me aborrecen y sean avergonzados,
porque tú, mi Señor, me ayudaste y me consolaste.” Amén.
conspiración de violentos ha buscado mi vida
y no te han tomado en cuenta.
Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente,
lento para la ira y grande en misericordia y verdad,
mírame y ten misericordia de mí;
da tu poder a tu siervo
y guarda al hijo de tu sierva.
Haz conmigo señal para bien,
y véanla los que me aborrecen y sean avergonzados,
porque tú, mi Señor, me ayudaste y me consolaste.” Amén.
Curiosidades
¿Qué significa el corazón en el Nuevo Testamento?
Según el NT el corazón es el asiento de la voluntad y del sentimiento.
Esto significa que “corazón” se acerca más que otros, entre los términos del
NT, al significado de “persona”.
No hay indicios en la Biblia de que el cerebro sea el centro del estado
consciente, del pensamiento o la voluntad. Es el corazón el que ocupa este
lugar, y si bien también se usa en relación con las emociones, más
frecuentemente son los órganos inferiores, en la medida en que se los
distingue, los que se relacionan con las emociones.
La palabra “mente” posiblemente sea el término moderno que más se acerca
al uso bíblico de la palabra “corazón”, y muchos pasajes se traducen así.
“Corazón” es, empero, un término más amplio, y la Biblia no distingue los
procesos racionales o mentales en la forma en que lo hace la filosofía griega.
C.Ryder Smith sugiere que “el principal mandamiento probablemente
significa ‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con
toda tu mente y con todas tus fuerzas’”.
El corazón del ser humano no siempre obra así, sin embargo. No es lo que
debiera ser, y el AT llega a su punto culminante cuando entiende que hace falta
un cambio en el corazón, y esto, naturalmente, se cumple en el NT.
Están las personas excepcionales cuyo corazón está bien con Dios, si bien
resulta obvio por lo que sabemos acerca de David, que esto no es verdad en
sentido absoluto, sino todavía hacen falta el arrepentimiento y la conversión.
La actitud adecuada del corazón comienza cuando quebranta, lo cual es
simbólico de humildad y penitencia, y sinónimo de “espíritu quebrantado”, ruah. Este quebrantamiento es necesario
porque se trata de un corazón duro o de piedra, que no se somete a la voluntad
de Dios. Alternativamente, es el corazón “engrosado” o “incircunciso” el que no
responde a la voluntad de Yahveh.
Yahveh conoce el corazón de cada cual, y no se deja engañar por las
apariencias externas, pero una oración digna es, no obstante, la que pide que
él examine y conozca el corazón y lo limpie. Un “corazón nuevo” ha de ser el
anhelo del malo, y eso significará que la ley de Dios ya no será simplemente
algo externo sino algo “escrito en el corazón”, y algo que purifica.
Así es como el corazón, fuente de todos los deseos, tiene que ser
guardado, y el maestro procura encaminar el corazón del alumno hacia el buen
camino.
Son los puros de corazón los que verán a Dios, y cuando Cristo mora en el
corazón por la fe es cuando los santos pueden comprender el amor de Dios.
(Nuevo
Diccionario Bíblico, 1º Edición – Ediciones Certeza - pág. 281-282)
Evangelio
Desde el interior de las Escrituras se oyen
latidos de vida, ¿qué significan esos sonidos? Escuchemos atentamente el texto
bíblico de hoy:
Romanos
8:26-27
“De
igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues qué hemos de
pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos inexpresables. Pero el que examina los corazones sabe cuál es la
intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los
santos.” Amén.
Los textos bíblicos nos dicen cosas, pero sólo si
reflexionamos sobre lo que oímos podremos escuchar los verdaderos latidos de
Dios: momento de reflexión:
La oración es uno de nuestros cables a tierra. El
ponernos en las manos de Dios nos alivia, aclara la mente y nos fortalece.
Hace un par de meses, una persona a quien estoy
acompañando pastoralmente, me comentó que tenía que hacerse un estudio, que le
daba miedo, porque ya se lo había hecho un par de veces y era muy feo. Tenía
miedo, había sentido dolor en las veces anteriores, y esta vez estaba
acobardado.
Ya hace un tiempo que nos reunimos periódicamente
con ejercicios espirituales en donde comparto con ella algunas cosas que ayudan
a la concentración: una música, una imagen mental, un texto bíblico…
Una de las primeras veces que nos encontramos le
recomendé el Salmo 23: “El Señor es mi Pastor, nada me falta, por prados de
fresca hierba me alimenta… me guía por senderos de justicia en gracias de su
nombre, aunque pase por valles de sombra, ningún mal temeré, tu vara y tu
cayado, ellos me tranquilizan…”
Llegó el día del estudio médico, ya en la camilla,
esta persona comienza a meditar sobre el Salmo y se va en sus pensamientos,
descansa en la mano de Dios. De repente siente que le palmean el pecho, y le
sorprenden las palabras “ya está, ya terminamos”…
Pudo hacerse el estudio tranquilo y se sintió
feliz por descansar en la seguridad de Dios. Éste es el poder de la oración.
La oración nos permite sobrellevar todas las
situaciones en la tranquilidad que Dios nos escucha, y eso mejora nuestra
calidad de vida.
¿Orás todos los días?
¿Orás sólo algunas veces?
¿Sentís que Dios te escucha y te alivia?
Orar es terapéutico, nos mejora en nuestra armonía
personal pero también con nuestro entorno, nos baja los decibeles, nos permite
encontrar nuestro eje y nos consuela en el sufrimiento.
Aprovechá este recurso, es gratuito y no tiene
contraindicaciones ni horarios ni lugar. Dios te espera. Amén.
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